Cap.9

Beto muy temprano se fue a su compañía, dejó a María dormida, Bernardo llegó a la hacienda de la Vega y allí estaban sus padres y hermanos, Susana y Cristóbal.

_ y ese milagro que vienes a vernos hijo?

_ tengo un asunto que atender con mi padre en persona mamá, por eso vine

_ o más bien será que viniste porque supiste que tu eterna enamorada llegó?. Dijo Cristóbal

_ no hables estupideces, estoy casado y lo que pasó con esa mujer solo es cuestión de interés, padre vamos al despacho, quiero hablarte.

Bernardo se fue con su padre al despacho, quería saber si había hecho algo para que la familia González y María salieran de ese lugar.

_ no hiciste nada que sirviera, porque tenías tiempo endulzando a esa mujer y no lograste nada

_ ella se enamoró de mí solo tenía que esperar un poco más.

_ pues no creo que esté tan enamorada como dices, si no te has dado cuenta, está casada y nada más y nada menos que con uno de los hombres más millonarios de este país

_ millonario ese pobre diablo de Alberto González, él tal Beto, que me da náuseas, solo escuchar su nombre

_ eso parece más a celos que a otra cosa, mucho cuidado, con salirme que estás enamorado de esa mujer, porque si así fuera te saco de la herencia,

_ y qué tal si la habría embarazado?

_ la mato, un nieto mío no puede, no debe llevar sangre de esos malditos.

_ pero no fue mi caso, tendré hijos con Prudencia, aunque es insoportable, cada día la soporto menos.

Beto no sentía nada por su esposa, y solo se había casado por dinero, posición y seguir llevando una vida de lujos, su familia era rica, pero no como la familia Mendiola, y ahora que María estaba casada con Alberto González, era más millonaria.

María salió a darse un baño al lado más cercano a la hacienda, pero era el que daba más cerca a la hacienda de los de la Vega, a ella siempre le gustaba pasar tiempo en ese lugar, y además de que ese lugar siempre era uno del punto de encuentro de ella con Bernardo.

Era un día caluroso, ella no deseaba ir a la fábrica se sentía tan sofocada, no quería hacer nada ese día, así que decidió irse a uno de sus lugares favoritos en la hacienda y era ese lago, se quitó la ropa y se metió solo en ropa interior, cuando estaba relajada escucho que alguien la llamó y ella reconocía esa, por un momento sintió de todo hasta deseos de correr a los brazos de el hombre a quien le había entregado todo, pero decidió salir y decirle todo lo que sentía por él.

_ que demonios haces aquí?

_ venga a verte princesa, necesito que hablemos, me debes una explicación, estoy muy herido, supe lo de tu matrimonio, porque me has hecho esto. María solo miraba como Bernardo era tan desgraciado, infeliz, poco hombre que no era capaz de ser sincero.

María al escucharlo, lo que le provocó fue darle una cachetada.

_ eres un cínico, tú crees que yo soy tonta? vienes a mis tierras cosa que tienes prohibido entrar, vienes a decirme estupideces, tú crees que no sé que te casaste con la hija del gobernador, crees que no me daría de cuenta. Bernardo abrió los ojos de sorpresa, él creía que ella no sabía nada de su matrimonio.

_ amor te puedo explicar

_ explicar un cuerno, de ti no quiero saber nada, estoy casada, amo a mi esposo, solo te tenía para pasar el rato. Bernardo no soportó aquello y le dio una cachetada a María, tan fuerte que cayó al suelo, María tocó sus mejillas y lo miró con odio.

_ a mí no me vas a tratar así, eres una cualquiera y me las vas a pagar. María se levantó, por instinto puso su mano en su vientre, ella tenía que cuidar su embarazo, no debía tener ese tipo de emociones.

_ Bernardo de la Vega, tú eres el que me las va a pagar, me quisiste ver la cara y eso no se va a quedar así, eso te lo juro.

Las cosas no salieron como Bernardo quería, pero lo que le dijo María le dolió, él quería a la chica, pero no quería aceptarlo, pero al saber que ella se había casado le dolió tanto que fue en busca de ella para conquistarla, sin saber que ella ya sabía lo de su matrimonio.

María se fue a la hacienda, se sentía muy mal, al caer al suelo le provocó un pequeño dolor, así que trato de caminar lo más lento que podía, las lágrimas no paraban de salir, llegó a su casa donde estaba su familia reunida en la sala, al verla llegar así, todos se sorprendieron.

_ hija que pasó, porque vienes así

_ nada mamá

_ como que nada, mírate estás pálida, toda mojada y estabas llorando. Dijo Raúl

_ no es nada hermano

_ María no mientas algo te pasó, mírate estás sangrando. Dijo Carmen, poniendo en alerta a todos en la casa, María al ver que estaba sangrando se desmayó, Raúl tomó a su hermana en brazos mientras que Doña Juana tomaba el teléfono para llamar a Beto.

_ hijo, nos estamos llevando a María a la clínica, está muy mal, está sangrando vete para allá

_ enseguida madre. Beto salió de la oficina, muy preocupado.

Al llegar a la clínica, buscaron un médico, María se veía muy mal, Beto no tardó en llegar.

_ que ha pasado con mi esposa

_ llegó mojada, muy pálida y se veía que había llorado, y Carmen se percató que estaba sangrando y luego María se desmayó, Dijo doña Juana

_ seguro estaba en el lago. Dijo Beto él la conocía tan bien que sabía que a ella le gustaba ir a nadar.

_ no entiendo por qué llegó así, es como si hubiera visto algo o alguien. Dijo Carmen

_ yo vi que tenía una mejilla roja, es como si le hubieran pegado.

_ pero quién? ¿En ese lugar?

Beto apretó los puños, se sentía con una ira, esperaría que María se pusiera bien, y luego hablaría con ella, no iba a permitir que nadie le hiciera daño.

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Emy Prado

Emy Prado

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2024-04-07

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Jesus

Jesus

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2024-04-03

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Silvia

Silvia

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