viviendo un infierno peor.

Los días seguían pasando Emily se había acostumbrado a hacer el amor con Guillermo, ya no le dolía se podía decir que lo disfrutaba, pero siempre sentía que faltaba ese algo que no sabía que era, el se iba todas las mañanas muy temprano a trabajar y regresaba por la tarde noche, ella dedicaba su tiempo libre a plantar hortalizas y plantas medicinales, la casa parecía una cuchara de plata, siempre estaba muy limpia y ordenada y las flores le daban un agradable olor.

Emily recordaba a su amado padre constantemente sobre todo cada que veía sus flores favoritas, las blancas y no podía evitar llorar, y más cuando recordaba lo que le había dicho su madre cuando la llamó.

____ "gracias por marcharte ya estorbabas demasiado, has de cuenta que eres huérfana al 100%, tu padre murió y ya tampoco tienes madre."

Ella sintió su corazón desgarrarse con aquellas palabras, hubiera preferido que su madre la regañara por escapar de casa, pero no, su madre en lugar de eso le dió fue las gracias por haberse ido, así que ella decidió hacer de cuenta que ya no tenía ni padre ni madre aunque le doliera el alma.

____ Emily ya no quiero que sigas vistiendo de negro, no quiero que sigas guardando luto, ya han pasado cinco meses desde la muerte de tu padre. _ le sugirió Guillermo esa noche mientras cenaban.

____ Aún no me parece correcto dejar el luto, aunque también es cierto que el luto se lleva en el corazón, yo aún quiero seguir llevándolo en mi ropa también, no fue cualquiera quien murió, fue mi padre la persona más importante para mí.

____ No quiero discutir contigo, ahora yo soy tu marido y si digo que no quiero que sigas vistiendo de negro pues tú dejas de hacerlo ¿estamos? _ él la miro desafiantes y con autoridad.

____ Pero Guillermo....

____ Pero nada, a partir de mañana no quiero verte vestida de negro y espero que sea la última vez que te lo diga. _ ella no dijo nada más y siguió cenando aunque con un nudo en la garganta.

...

____ ¿Cuándo me llevarás de paseo a la ciudad? _ preguntó ella cuando estuvieron en la cama.

____ ¿Oara que quieres ir a la ciudad? Aquí no te hace falta nada. _ dijo el tajante y molesto.

____ A veces me aburro aquí sola, quisiera salir a pasear aunque sea de vez en cuando, ver cosas diferentes, gente, no sé.

____ ¿Quieres ver otros hombres?, ¿Es eso?

____ No, no, yo no he dicho eso Guillermo yo solo quiero salir a distraerme como cualquier chica de mi edad y hacerlo contigo. _ dijo ella tímida.

____ Las chicas de tu edad solo quieren andar por ahí de fiesta en fiesta y andar con uno y otro y yo no voy a permitir que tú seas así, eres mi mujer y de aquí no sales si a mí no se da la gana. _ dijo con voz fuerte. ____ ya me hiciste enojar mejor vete a dormir al sofá.

____ Pero...

____ ¡pero nada!, toma una almohada y una cobija y andate a dormir a la sala, no me quiero enojar más.

Emily salió de la habitación en silencio, pero por dentro sentía que estaba muriendo, Guillermo había cambiado últimamente ya no era amoroso como cuando eran novios, se enojaba con facilidad, no le permitió seguir estudiando cuando ya se lo había prometido y ahora ni siquiera quería que saliera de la casa.

A la mañana siguiente Emily se sentía cansada durmió muy incómoda en el sofá y tenía los ojos hinchados de tanto llorar, se paró fue al baño. se ducho y se cambió fue muy duro para ella colocarse ropa de colores, pero lo hizo no quería enojar más a Guillermo, se puso a cocinar y cuando Guillermo se levantó ya el desayuno estaba listo y servido.

____ Buenos días mi amor. _ saludó el cómo si nada. ____ te ves muy bella hoy. _ se empezó a tomar el café que ella le sirvió después de darle un beso. ____ Te voy a pedir que te comportes bien, no me hagas enojar mi amor, no me gusta tratarte mal ¿me prometes portarte bien de ahora en adelante?.

____ Lo prometo. _ respondió la chica con un nudo en la garganta. Guillermo había cambiado últimamente, ya no la trataba como cuando eran novios y eso a ella le dolía, su padre siempre la trató bonito para él ella era su princesa, la luz de sus ojos, si bien Guillermo no la maltrataba físicamente últimamente lo estaba haciendo emocionalmente.

...

Seis meses habían pasado desde que Emily escapó de su casa y Guillermo muchas veces era lindo, dulce y amoroso con ella, pero otras también era tosco, grosero y humillante, cada vez que se enojaba por algo la hacía dormir en el incómodo sofá de la sala, un día le tiró la comida a los pies porque quedó un poco baja de sal, otro día la insultó porque la camisa tenía leves arrugas y así cada día era una humillación diferente, le quitó el celular porque sus amigas de la escuela le llamaron en algunas ocasiones para saber de ella, eso lo enfureció mucho y ahí vino el primer golpe.

____ Estoy cansada de esta situación, mi padre jamás me trató mal, ni mucho menos me golpeó. _ reclamó Emily dolida y enojada. ____ No quiero seguir más a tu lado, me voy, yo no merezco ser tratada así.

____ ¡No! no me dejes Emi, yo te amo, no te vayas, te prometo que voy a cambiar, seré un hombre diferente ya no te trataré mal ni te gritaré. _ Guillermo se arrodilló ante Emily y se abrazó a sus piernas mientras lloraba. ____ ¿Qué va a ser de mi si me dejas mi amor? no lo hagas no me abandones, dame otra oportunidad por favor. _ le rogó llorando.

Esa fue la primera vez que Emily se dejó convencer por palabras vacías y llantos hipócritas, Guillermo la maltrataba, luego le pedía perdón se portaba bien unos días y luego volvía a lo mismo de antes, Emily estaba viviendo un infierno peor que el que vivía con su madre

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