capítulo 18- la verdad...

Riley espera que Brady descubra la verdad y que deje de molestarlo, aunque sabe defenderse y Hayden también lo ha ayudado, no va negar que disfruto ver como el demonio golpeó al príncipe, incluso lo sometió con sus feromonas, esa fue la mejor parte, pues por lo visto, en ese mundo los alfas tienen ese don con sus feromonas y no solo lo usan para someter a los omegas. Susan entra a la habitación para entregarle un par de sobres, estas eran invitaciones de los nobles que tenían su territorio cerca, algunos haces fiesta y siendo Riley el príncipe, siguen enviando invitaciones, seguramente teniendo otras intenciones, pues contrario a lo que dijo Brady, seguramente quieren seducirlo para unirse a la familia real.

— les enviaré una respuesta diciendo que no puede.— menciona Susan.

— si, hazlo, no me interesa ir a un sitió donde solo me ven como una herramienta.— responde molesto.

— ¿y si pide que lo acompañe el general? Se armará un rumor y así ya no lo molestan.— sugiere Susan.

— no lo usaré de esa forma, ya se cansarán de enviar invitaciones.— deja las cartas en la mesa y deja salir un largo suspiró.

— deberíamos ir, Susan tiene razón, de ese modo dejarán de molestar, me molesta que quieran usarlo solo para aumentar su estatus.—

Hayden estaba de pie en la entrada, Riley se queda pensando, no quiere usar de ese modo a Hayden, la última vez se enojó y con justa razón.

— no creo que sea correcto, usted es el rey demonio, sería perjudicial para usted en un futuro.—

Si todos creen que tiene algo, seguramente en Kardek se enojaron al pensar que la futura "reina" es un omega y que este vendía su cuerpo. Hayden se acerca arrodillandose ante Riley y le sujeta la mano.

— no te menosprecies de esa forma, quien diga algo malo me encargaré de cortar su lengua.— muestra una leve sonrisa amable.

— de acuerdo, iremos a una.— suspira resignado.

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Mientras en otro lado, Brady llegaba con su escuadrón hasta aquel pueblo donde encontró a Riley, al no ser un pueblo grande, probablemente ellos si puedan decirle donde esta su hijo o al menos tener una pista de su ubicación. Los habitantes del pueblo estaban curiosos por la llegada de aquel elegante hombre, que sin duda era un noble por su forma de vestir y por el número de guardias que iban con él.

Brady camino hacía la calle donde había encontrado a Riley, ahí había una casa abandonada de donde le vio salir y al parecer, ahora ya nadie habitaba el lugar, pero recuerda que una mujer estaba acompañando a Riley. Mando a buscar a los dos vecinos más cercanos y los guardias los trajeron ante él.

— aquí vivía un chico omega de cabello rubio, él tenía un hijo, ¿saben donde esta el niño y la mujer que vivía con él?—

La anciana que fue presentada ante él, lo observa temerosa, aunque logra reconocerlo, es el hombre que se llevo a ese pequeño omega.

— usted se llevo a ese jovencito, ¿que no le dijo? Si bebé murió porque contrajo una terrible enfermedad, yo misma envolví su cuerpecito, pobre criatura, me rompió el corazón cuando la madre lloro toda la noche.— menciona la anciana con tristeza.

—¿q-que? E-es imposible...ese niño no puede estar muerto.—

— usted mismo vio la condición del omega, era tan lamentable verlo, mi esposo y yo lo ayudamos en lo que podíamos, pero no tenemos mucho tampoco.— se lamenta la mujer.

La otra mujer que fue llevada ante Brady le relata que Riley vivía en una vieja choza, en el callejón cruzando la calle, muchas veces ellas cuidaron al bebé mientras él salía por las noches a buscar algo de dinero, pero volvía golpeado, lastimado y sin dinero, porque los hombres solo se aprovechaban de él y su cuerpo cada día se veía más deteriorado, cuando el bebé enfermo, se esforzó por buscar más dinero, ellas también trataron de ayudar, pero el médico del pueblo, al final solo les estafó y les dio una medicina que no servia, el bebé empeoró, la fiebre no le bajaba y lo peor es que Riley también se puso mal, porque la herida de su vientre se infectó, cayó enfermo, Rosa la dueña de aquella casa abandonada, hizo lo posible por ayudarlo y al bebé también, pero cuando llegó una noche a darle algo de comer, el bebé ya había muerto, por lo Rosa las llamo y fue la anciana quien envolvió al bebé en una sábana, mientras que Rosa, llevo a Riley a su casa y lo cuido durante una semana hasta que se recuperó.

— un mes después usted apareció y se lo llevo, Rosa también fue llevada por unos caballeros y a veces viene al pueblo a traernos un poco de despensa.— menciona la anciana.

— ¿como esta el pequeño Ril? Dígame que aún vive...él merece vivir.— habla la otra señora.

Brady estaba pasmado ante lo que había escuchado, Riley le había dicho la verdad, ese bebé no esta vivo, ahora se sentía un estúpido por como le grito sin saber el dolor por el que Riley había pasado.

— él esta bien...pero el bebé...—

— nos alegra, ojalá un día pueda venir a visitar a su bebé, ambas le llevamos flores cuando podemos.— menciona con pesar la anciana.

— ¿saben donde esta enterrado? Llevenme con él...necesito saber donde está...— pide desesperado.

Las mujeres se miran entre si y por la forma en la que Brady lo pide, se hacen una idea del porque lo busca. La mujer más joven le pide que lo siga. Le lleva a unas cuantas calles, llegando al final del pueblo, donde hay una zona rodeada de una cerca y se ven lápidas de piedra o madera, algunas limpias, otras totalmente abandonadas. La mujer le muestra una pequeña lápidas, bajo un árbol, esta solo era hecha con un pequeño montón de piedras pequeñas y un jarrón viejo donde hay algunas flores.

— lo dejaré solo.—

La mujer se aleja y los guardias de Brady de también. El castaño de arrodilla frente a esa pequeña tumba, con una expresión de dolor, pensar que su hijo nisiquiera vivió lo suficiente y paso por tanto dolor, si tan solo no hubiera sido tan indiferente con Riley, quizás su hijo ahora estaría con ellos, serían una familia, aunque no se amarán, podrían haber criado bien a su hijo.

{Aunque te lamentes y te arrepientas, mi hijo no volverá.} Se escucha una suave voz en eco.

Brady abre los ojos y al levantar la vista puede ver a Riley, pero su apariencia era borrosa, era como una ilusión nada más, levanto la mano intentando sujetar la de Riley pero no pudo.

— Riley...perdóname...todo ha sido mi culpa, pero regresa...estaremos bien juntos...—

{Ya no puedo volver y no podría estar contigo, en mi corazón solo había un hombre y lo perdí al casarme contigo.}

—¿que? E-eso no...ella dijo que amabas y que por eso no quería estar en esa mansión, porque no quería malos entendidos...—

{¿Ella? La mujer que se jactaba de ser tu amada. Ella te mintió, yo amaba a un hombre maravilloso, pero me obligaron a casarte contigo, jamás pensaste en eso, solo me despreciaste sin indagar primero...}

— y-yo lo lamento...pero prometo que será diferente...cuidaré de ti, si ese hombre no quiere estar contigo, yo te cuidaré...— pedía con desesperación.

{No, yo ya no existo en este mundo, la persona que has visto no soy yo, es otra alma y no esta destinado para ti.} La voz de aquella alma sonaba suave y amable.

Pero al escuchar todo lo que aquella alma le decía, solo causaba dolor en Brady, le hacía ver que fue un mal hombre y le hizo daño cuando no lo merecía. Aquella alma comenzaba a desvanecerse.

— Ri-Riley...espera...por favor...dame otra oportunidad...no me dejes...— suplica.

{Es tarde...}

Una ventisca sopla causando que Brady se cubre con los brazos y cuando abre los ojos, Riley ya no estaba. Se sentía confundido, no sabe si solo alucino o en verdad el alma de Riley le había hablado, ¿pero como? Riley estaba vivo ¿o es como dijo, el alma es otra?

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