CAPÍTULO 16

— ¿Ha visto un Fantasma?— Fue la pregunta realizada por la mujer que había dejado sin habla Al Coronel colocándose de pie, segundos después las manos de Benjamín la sostuvieron del Brazo, pero la mujer rápidamente volvió a deshacerse del agarre del Coronel— no te he dado autorización de que me toques.

Benjamín sabía que aquella mirada solamente le podía pertenecer a Diana, no obstante; la voz de la mujer enmascarada era más grave que la de Diana, pero la apariencia física era la misma, sus curvas con aquel vestido eran idénticas a la de Diana y el Coronel las conocía perfectamente - Diana - susurró Benjamín con la voz baja llegando a tragar saliva los reportes habían informado que tanto el cuerpo de Diana Santos y Bastian Walton no fueron localizados en el Río razón por la Cual los habían declarado desaparecidos y 3 meses después habían sido declarados muertos.

— Creó que me está confundiendo - Su voz tenía un encanto seductor, sin embargo; la máscara impedía ver el rostro de la mujer.

— Quítate la máscara— Benjamín se acercó más a ella, pero la mujer retrocedió.

— No - fue la contestación dada por la enmascarada de manera contundente, para que la frustración del Coronel sea mayor, la mujer parecía no tener intención de mantener alguna conversación con él, pero estamos hablando Benjamín Walton alguien que tiene la astucia en la palma de sus manos tomando la decisión de alejarse voluntariamente, pero ni bien había llegado al área Privado había sacado su teléfono celular.

— Habla el Coronel Benjamín Walton quiero que me investiguen la información de la mujer que está sentada en la Barra vestido Azul cuenta con una máscara quiero toda la información antes de las 3 de la madrugada— La llamada había terminado al mismo tiempo que la mujer se dispuso a salir aquella acción obligó a Benjamín a volver a marcar el número de la persona con quien se había comunicado - Ahora está saliendo - Con eso la llamada volvió a terminar de la misma manera que el Coronel también había tomado la decisión de salir, ni bien había llegado a su camioneta se había llevado las manos en el rostro.

— Supongo que te estoy viendo en cualquier mujer; sin embargo, tú no eres cualquier mujer eres Diana Santos, la morena que me encanta con exceso - Benjamín golpeo el volante del vehículo dejando escapar un profundo suspiro— Esperó que en dónde estés la muerte no sea suficiente para ti Bastian Walton— Antes de que el Coronel dijera algo más su teléfono celular había sonado.

— Lo único que tenemos es la dirección de dónde vive Coronel - Informó el hombre al otro lado de la línea.

— Que estás esperando para darme la jodida dirección— Se notaba el fastidio en la Voz del Coronel, una vez que su enviado le había brindado la dirección el Vehículo salió con dirección al sitio estipulado. Benjamín no tenía pruebas de que aquella mujer era Diana; sin embargo, tampoco tenía dudas para él no existía otra mujer con esas características.

El vehículo transitaba lentamente por él, sitió hasta que se detuvo delante de una de las mansiones, específicamente la que le habían indicado, sus ojos oscuros analizaron por unos segundos la casa, pero se vio obligado a avanzar al percatarse de que 3 vehículos más también se dirigían allí así que el Coronel no tuvo más opción que avanzar.

— Coronel salga de inmediato del Condominio, estamos pisando el Territorio de uno de los Capos de la Mafia más peligrosa de América— Aquello hizo que Benjamín definitivamente saliera del Terreno, no por miedo, más bien por los Protocolos que involucraba aquello y pertenecer a las Fuerzas Armadas aquello podía considerarse como una falta de respeto a la Organización encargada de cazar al Mafioso.

El interior de la casa era oscura la mujer estaba observando con sus ojos avellana el vehículo alejarse hasta que la puerta fue abierta un hombre elegante se había adentrado - ¿A dónde has estado? - su voz erizaba la piel de la mujer mientras sentía la cercanía del hombre las manos de él tocaron los brazos de la dama que se encontraba de espalda al hombre— Vamos date la vuelta— Está vez la mujer se había dado la vuelta - Sabes que no me gusta verte con la máscara DiDi - la manera de hablar que el hombre tenía lograba cierto efecto en la mujer, pero no tanto como las manos y la voz del Coronel Benjamín Walton, pero eran sensaciones muy distintas.

— No me gusta estar sin ella, ya me he acostumbrado a ella - Pero el hombre no aceptaba un no como respuesta y le había quitado la máscara Diana Santos dejó escapar, un suspiro cuando su rostro quedó a la vista de su marido, el Mafioso más Temido de América Arnaldo Benzema. Un hombre nacido en Francia, pero lleva viviendo toda una vida protegida por los Corruptos de aquella Nación.

— DiDi, ya todo ha pasado - El hombre para suerte o desgracia de Diana Santos aquella fatídica mañana se encontraba en la Ciudad Londinense cuando se había producido el impacto entre el vehículo que conducía Bastian Walton y el Tráiler a pesar de que las unidades de rescate habían acudido rápido no fueron capaces de encontrar a Diana y a Bastian por la razón de que Arnaldo Benzema se encontraba en su yate en las cercanías de lo ocurrido, pero tampoco el hombre había sido lo suficientemente rápido como para impedir que el rostro de Diana fuera atacado por pirañas que habían detectado la sangre producto de la herida que ocasionó el choque fue así que el rostro de la morena había sido desfigurado en cuestión de segundos.

Arnaldo tenía ciertas conexiones con el Gobierno Inglés que provocó su salida de manera efectiva y rápida del País a espaldas de las Fuerzas Armadas, ya en la Tierra en dónde domina su mal él había sometido a Cirugía de manera inmediata a Diana el accidente no había provocado mucho daño en ella y al momento en que volvió a reaccionar la mujer se había encontrado en un ambiente completamente diferente, pero todo había cambiado cuándo 3 meses después Arnaldo le había propuesto matrimonio y la Morena sabía que no tenía escapatoria más bien ella lo veía como un agradecimiento convirtiéndose en la Dama de la Mafia Americana aunque la organización siempre había pasado desapercibido su mundo había cambiado drásticamente no esperaba que en esta noche se Volviera a encontrar con el Coronel que le había propuesto matrimonio con quien había tenido su primera experiencia sexual, pero después de todo para Diana Sabia que aquello debía quedar atrás.

— He ido a un bar - Respondió la morena con una sonrisa, pesé al último pensamiento que tenía.

— Deberíamos de buscar al Primer heredero— Expuso Arnaldo acariciando aún más a la mujer que se había llevado la cabeza hacia atrás, posteriormente se habían fundido en un beso obsesionante en dónde sus cuerpos se encuentran de manera delirante.

La espalda desnuda del hombre era visible en la cama, Diana se había puesto de pie realizando un puchero al sentir una pequeña molestia en su feminidad, aquello hizo que la Morena sonriera, entonces fue imposible que su mente no fuera acaparado por un Coronel de ojos oscuros como la noche.

— No fuimos hace 6 años, no lo seremos ahora - Susurró Diana dedicando una mirada al hombre que dormía desnudo en la cama, así que la mujer tomó la decisión de darse una ducha unos minutos después Diana estaba vestida completamente de negro. Ni bien la puerta se había cerrado, Arnaldo abrió los ojos agarrando su teléfono celular par dejar órdenes a sus subordinados.

— La Dama está bajando cuídenla y una orden suya es una orden Mía respeten su privacidad - Con aquellas palabras Arnaldo había terminado con la llamada.

Los pasos de la Morena se escuchaban por las escaleras hasta llegar hasta la parte trasera de la casa - Señora - Expresó otra mujer ganándose la atención de Diana la organización de la Mafia dominada por Arnaldo Benzema tenía una peculiaridad que había adoptado después de su matrimonio con Diana y era que todas las Guardaespaldas de él y los miembros de su Organización estaban conformadas exclusivamente de mujeres y no eran cualquier mujer todos tenían curvas generosas y es que Arnaldo Benzema se había sentido atraído por la morena de ojos avellana con curva desde el primer momento así que había dado una oportunidad a todas las mujeres de talle plus como su esposa en su mundo.

— Abre la puerta y déjame a solas con él - Ordenó Diana, incluso su voz se escuchaba con más madurez.

— Por supuesto, señora - luego de abrir la puerta la mujer se había alejado mientras que Diana se había introducido en lo que parecía ser un calabozo, la morena tenía una Fusta de caballo en manos además de una pistola colgada de su cintura.

— ¿Qué tal va tu estadía aquí? - La burla en la voz de la morena era evidente - Las ratas como tú deben estar en zonas peores - luego de expresar aquellas palabras había llegado el primer golpe con la fusta en el rostro de la persona que se encontraba sostenido por enormes cadenas y por el cuello tenía otra cadena que transmitía electricidad la persona había hecho el intento de impedir que el golpe llegará, pero aquello era imposible como cada día siempre recibía los peores castigos— Sabes que no tengo lástima por ti al verte aquí al observar las condiciones en las que te encuentras - Diana había oprimido el pequeño botón rojo logrando que se produzca una pequeña descarga eléctrica en el cuello del hombre los ojos del hombre estaban rojos por todo el sufrimiento que él pasaba en ese lugar.

— Tú te mereces esto y mil veces sucesos más peores, Bastian Walton— Fue allí que otro golpe había llegado al cuerpo ensangrentado del hombre - Sabes que estuve viendo todo el historial de tu sucio trayecto eres un maldito infeliz que disfrutaba ver el sufrimiento de sus víctimas tenías incluso a niñas en tu cartelera de víctimas eres un maldito asesino, porque al ultrajarlas también matabas la inocencia que las envolvía - Diana miraba con odio y desprecio al hombre que tenía delante de ella - Y ni siquiera con todo el sufrimiento que cargas día a día aquí es suficiente para todo el daño que tú has causado - Otra descarga eléctrica se había producido el hombre ya no tenía fuerzas para nada entonces Diana había tomado la decisión de volver a salir.

— Introduzcan al invitado en un tambor cargado de Hielo y unos minutos antes de que muera por hipotermia lo sacan - Diana luego de aquella orden volvió a salir, pero en sus ojos avellana no había remordimientos la morena tenía grababa muchos de los gritos de las jóvenes que habían sufrido en manos de Bastian Walton, sufrimiento de víctimas que él había grabado y por último por supuesto que no olvida que él es una de las razones por la que ella está ahora aquí, sin embargo; tampoco olvidaba la traición de Martín con la persona que ella consideraba su amiga.

— Nunca le causaría el dolor que Patricia me causó a mi; a alguien - Susurró Diana con una sonrisa - Yo Diana Santos nunca seré la causante de la Herida a causa del Amor de otra mujer porque yo he sido esa mujer hace meses atrás.

— Señora puede enfermarse - Otra mujer con curvas exuberantes, había llegado junto a Diana, era hermosa, también poseía una sonrisa que podría cautivar a cualquiera de ojos verdes que te pueden mostrar un nuevo mundo, una nueva alborada, pero Diana ya había visto aquellos ojos tiempo atrás y ahora la ve con más admiración.

— Sofía, ¿No tenías que sumarte hoy a la Base de las Fuerzas Armadas del Paraguay? - Preguntó Diana - Además deja de decirme señora, soy menor que tú.

— Solo por dos años más, además usted está casada con el Jefe y las cosas se han complicado, la llegada de un nuevo Coronel podría cambiar absolutamente todo.

— Sofía te he dicho que nos tratemos de tú o de Profesional a Profesional - Diana sonrió - Yo soy la Neurocirujana y tú la Cirujana Plástica a eso le debemos de agregar que esta obra de arte es mérito tuyo - Diana se acarició el rostro - y lo de la llegada del Coronel no tiene por qué detenerte necesitamos tener aliados dentro de esta base Militar— Sentenció Diana.

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