La Morena que tenía el teléfono celular pegado a su oído la tuvo que separar para corroborar si efectivamente aquella llamada era realmente una llamada del Coronel - ¿Lo aceptas? Es un simple matrimonio - Nuevamente la voz de Benjamín se escuchó.
— ¿Estás borracho?— Diana había terminado con la llamada mientras el Coronel se había mordido el labio inferior dejando ver una media sonrisa.
Diana había proseguido su camino hasta que sus pasos se habían detenido, ya que había chocado con alguien - Lo lamentó— Expresó la Morena prosiguiendo con su andar mientras el hombre con quien había chocado sacó su teléfono celular.
— Tengo una Víctima perfecta parece despistada, fíjate en la Morena que va saliendo es la próxima Víctima sin errores como venimos actuando - Con aquellas palabras Bastian Walton había terminado la llamada, Diana aún seguía sin creer que Benjamín haya dicho semejantes Palabras la morena había empezado a caminar deteniéndose en una tienda de Ropas sin percatarse de que por detrás de ella una Camioneta Negra estaba siguiendo sus pasos, era un callejón con poco tránsito a esas horas del día aquello facilitaba que los hombres actuaran con total calma, pero Diana antes de salir de la tienda de ropas sintió temblores en su cuerpo la Morena se llevo las manos en el pecho.
— ¿Qué está pasando? - Se preguntó Diana al sentirse rara ante aquella impresión.
— ¿Señorita, se encuentra bien? - Preguntó una de las vendedoras del sitio al caer en cuenta que Diana había detenido sus pasos.
— Si estoy bien, muchas gracias - Con aquellas palabras Diana había tomado la decisión de salir de la tienda y quizás aquello haya sido la peor idea, a medida que avanzaba sentía pesado sus pasos además de sentirse observada, sin embargo, no se había dado la vuelta para inspeccionar lo que se encontraba en sus alrededores y efectivamente nadie excepto ella transitaba por aquel sendero, pero sí había decidido sacar su teléfono celular.
Base Militar
— Mundo Ferrer - El Sargento Santiago se había adentrado en la Oficina de Benjamín posicionándose por delante del Coronel - Nada es Oficial, ellos no dejan rastros, no tenemos ni la mínima parte de pruebas de lo que se expresa en estos documentos que prácticamente es Nulo.
— Ya verás que Benjamín Walton va a desatar hasta el nudo más pequeño, no existe la perfección, así que empieza a explicarme— Benjamín dejó ver una pequeña sonrisa.
— Es manejado por una mujer - Benjamín sonrió claramente, él ya tenía una pequeña sospecha de quién era aquella mujer - Mafia Rosa - Santiago analizó a su amigo mientras hablaba.
— Has el favor de continuar, deja de mirarme así— Benjamín negó con la cabeza.
— Es que es la única información con la que contamos, ya te he dicho que todas sus acciones son fantasmas, pero existen movimientos que podría delatarlos, sin embargo, la mujer parece ser demasiado inteligente - Santiago creyó que sería mejor que Benjamín lo viera con sus propios ojos.
— Esto es demasiado falso— El Coronel tiró los documentos por encima del escritorio.
— Es lo que te digo tienen la coartada perfecta para hacer sus fechorías - Agregó Santiago Abdo.
— No existe manera de tanta perfección, es probable que el Propio Estado o el Grupo Antinarcóticos esté involucrado - Benjamín se puso de pie - Comunícate con el Jefe de La Agrupación Especializada consigue una Reunión, dile que el Coronel de las Fuerzas Armadas Benjamín Walton exige una Reunión de Carácter Profesional y Urgente mañana a las 20 horas en El Club Nocturno.
— ¿Pero en qué Club Nocturno? - Santiago se había puesto de pie.
— Si eres un buen Sargento y si mereces estar en mi Ejército que va a Combatir a la Mafia, sabrás en qué Club Nocturno, Benjamín Walton estuvo cerca de acostarse con la mujer que lleva las riendas de la Mafia Rosa - La sonrisa Ladina de Benjamín también había sido contagiosa para Santiago.
— ¿Has dejado ir una? - el Sargento sonrió aún más.
— Mejor ponte a trabajar— Benjamín se puso de pie colocándose en la Ventana a observar a los Cadetes aquello le había traído recuerdos en su época de Cadete, pero su teléfono celular había vibrado dejando en claro que había llegado un Mensaje de texto, el Coronel se había acercado hasta el escritorio agarrando el móvil, pero como casi nunca recibía textos normales no le estaba prestando tanta atención entonces podría no darse cuenta de que se trataba de un mensaje SOS ¿qué significaba?.
Era un mensaje que en la actualidad puede tener muchos usos y uno de ellos eran enviar la ubicación actual a los contactos de Confianza, en caso de que el que envía el SMS estuviera en peligro, aquel mensaje alertaba al que recibía el texto de la situación de quien envía el SMS, pero antes de que Benjamín pudiera descubrir que se trataba de Diana la puerta de la Oficina de Benjamín había sido golpeada.
— Benjamín ¿Podemos hablar? - La voz de Victoria Herrera se escuchó, el Coronel bloqueó el móvil de una al escuchar la voz de la mujer sin ni siquiera dedicarle una mirada a su Teléfono celular.
— ¿Qué quieres? - Pregunto Benjamín mientras veía que Victoria se había adentrado en su Oficina.
— Vengo a hablar contigo de algo muy importante y muy serio - la mujer había tragado saliva.
— ¿Y qué estás esperando para empezar a hablar? Porque ya no tengo ideas de cómo decirte que no quiero tenerte cerca de mí.
- Esto es serio e importante ¿No estás escuchando acaso? - Benjamín se había fijado en una pequeña mordida que reposaba en el cuello de la mujer aunque aquello al Coronel no le importaba - Benjamín siempre fui instruida para causarte aquel dolor - Sus ojos oscuros eran penetrantes y filosos que parecían traspasar el cuerpo de la mujer - Tu padre no es aquello que aparenta ser, él y yo mantenemos una relación desde que yo tengo 15 años él ideó todo el plan para que yo me acercará a ti, yo era joven y supuse que él era el amor de mi vida - Benjamín estaba escuchando todo eso, pero en su interior un tumulto de emociones lo golpeaban - Él me había hecho creer en mi ingenuidad que aquello era lo correcto pasando el tiempo tú y yo nos conocimos nunca te quise a ti, pero a él si, entonces fue fácil para mí lograr destruirte cuándo invente lo de la enfermedad y todo lo que prosigue de una u otra manera también me aferraba a un futuro con tu padre él siempre decía que tu madre y él se estaban por separar, pero aquello nunca ocurrió posteriormente él me mandó a Haití con las Fuerzas Armadas ya después de que todo ocurriera allí seguimos manteniendo nuestra relación - Victoria suspiró.
— Ya no me interesa saber su maldita y asquerosa relación ¿Qué quieres Victoria? - Benjamín posó sus manos por encima del escritorio —¿Por qué vienes a mí y me dices todo esto?.- Preguntó Benjamín con una sonrisa que contenía burla, pero a la vez quizás un poco de dolor aunque no lo demostraría jamás.
- He caído en cuenta hace algunas horas de mis errores - Fue la respuesta dada por Victoria Herrera.
— ¿Has ido a Misa? - Benjamín arrugó las cejas al expresar aquello.
— Tu padre acaba de tomarme a la fuerza luego de que tú y él tuvieran aquella reunión con el Abogado con respecto a la voluntad de tu madre, bueno yo lo he cuestionado en algo y me llevó a un hotel y allí ocurrió — Benjamín pasó saliva apretando los puños - Y que si vuelvo a cometer aquel error mi cuerpo podría aparecer tirado en alguna alcantarilla— Aquello fue suficiente para que Benjamín soltará el aire con fuerza.
— Dime que es una más de tus mentiras - El Coronel se mordió los labios al realizar aquella pregunta - Dímelo Victoria, ya bastante tengo con que a mi padre no le importó como para descubrir que es un maldito criminal.
— Él lo es, tu padre es un asqueroso abusador, él me forzo y estoy segura de que no soy la única, perdóname, pero no pude quedarme callada, hoy yo tengo quizás la suerte de contarle a alguien, la misma suerte que otras no tuvieron o quizás no la tengan, pero también consciente de que fue mi culpa qui— pero antes de que Victoria dijera algo más Benjamín la interrumpió.
— Tú puedes ser una maldita mujer, pero nadie absolutamente nadie tiene el derecho de ponerte una mano encima en contra de tu voluntad - Benjamín era consumido por la ira— Nadie Victoria, escúchame bien, nadie tiene el jodido derecho a hacerlo, no te perdonaré jamás el daño que me has causado, pero tampoco perdonaré jamás al hombre que abusó de ti y si lo ha hecho por otras mujeres más, juró que someteré a mi propio padre bajo un arresto Militar las mujeres no se lastiman, no se ultrajan, las mujeres tienen que darnos placer y elevarnos al cielo a través del sexo, pero jamás debemos obligar a que aquello ocurra ahora vete fuera del País yo voy a comandar tu envío a un Ejército secreto en dónde estés lejos de mi padre hasta que necesite de tu testimonio - Benjamín le señaló la puerta a la mujer el Coronel se masajeó la frente fueron los 10 minutos más intensos, todo lo que Victoria le había dicho fue peor que estar en una Guerra o escuchar el sonido del Cañón hasta que volvió a tomar su teléfono Móvil.
— Estoy en problemas, me siento observada y en Peligro, ayúdame * Diana Santos *- El aire no llegaba a los pulmones de Benjamín, luego de terminar de leer aquel mensaje, el Coronel rápidamente había llamado a Santiago y había movilizado al equipo de Inteligencia de la Base.
— ¿Qué ocurre? - El Sargento Santiago Abdo había acudido de manera inmediata al llamado del Coronel de la misma manera que los Agentes Informáticos más preparados de la Base.
— Quiero la ubicación del Móvil en menos de 60 segundos- Benjamín tiró su celular al Ingeniero en Sistemas Informáticos que había sudado frío al leer sé que se trataba el Texto.
- Calle Palermo es una de las avenidas menos transitadas de la Capital, de allí fue enviado el Texto, pero la ubicación ahora nos indica que se encuentra en las afueras de la Ciudad avanzando a una velocidad de 300 km/h, es al Sur.
— Santiago prepara los Helicópteros y las Camionetas Militares quiero aquellos que supere los 300 km/h y ustedes quiero que no pierdan el rastro de lo contrario les vuelo la cabeza - Benjamín no dio ninguna orden más saliendo inmediatamente de la Base, el Ferrari Rojo ya esperaba por él mientras que los Ingenieros habían conectado la Ubicación en tiempo real del móvil de Diana en la pantalla de Benjamín aquello fue suficiente para el Coronel que hizo rugir el Motor que salió disparado de la Base Militar por detrás de él, el Sargento también ya tenía absolutamente toda la Comitiva del Ejército de Benjamín Walton que se encaminaba en búsqueda de Diana Santos.
El vehículo negro sin matrícula se había introducido en una Propiedad que claramente tenía el Indicador - Prohibida la Entrada Propiedad Privada.
— ¿Ha despertado? - Preguntó el Hombre que sostenía la cabeza de Diana por su regazo, ya la joven estaba amordazada y tenía un golpe en la cabeza, producto de haberse defendido de sus agresores, pero no pudo hacer mucho los hombres pudieron más que ella.
— Es una Morena y está como para que la disfrutemos como se debe — Expresó el conductor del Vehículo.
— No haremos eso aún, recordemos que después de que el Jefe la posea nos toca a nosotros— Respondió otro hombre, ya que en total eran 4.
— El jefe no tiene por qué saberlo - Fue allí que el tercero de los 4 sacó una Pastilla de su bolsillo - El jefe aún no vendrá y nosotros estimularemos a la bella dama con este medicamento y la disfrutaremos por completo.- La sonrisa del Hombre era asquerosa hasta que llegaron a una casa, dicha casa tenía un sótano y aquel era el Sitió en dónde trasladaron a Diana, ni bien se habían instalado el hombre ya hizo que la morena se tragará la medicina estimulante.
— Nos divertiremos bastante, preciosa - Diana aún estaba inconsciente, pero las manos del Hombre empezaron a recorrer su cuerpo.
Mientras tanto, Benjamín sentía que esto era una pesadilla, la dirección y la ubicación exacta de Diana marcaba en la Propiedad Privada de la Familia Walton y las palabras de Victoria lo golpearon con fuerza - tu padre es un abusador - Bastian Walton juro que te voy a cortar las manos si llegas a tocarla.
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