Rosa Blanca, Mathania Leucothea Y Strix

Rosa Blanca, Mathania Leucothea Y Strix

Capitulo 1

Una mañana hermosa con un cálido ambiente, mariposas volando y flores muy hermosas hacían que el día se vea más precioso y decorado. Los niños jugaban en aquel ambiente, correteando y riendo mientras jugaban entre sí. Todos estaban felices, a excepción de una pequeña niña, aquella misma niña, miraba a través de la ventana del castillo, sus rizos castaños eran peinados por ella misma y no se daba cuenta lo mal que lo estaba haciendo, puesto que se quedaba más cabellos en el peine de lo normal al tirar con brusquedad, también sucedia eso por no prestar atención, ya que su mirada estaba en aquella escena con una expresión decaída y al mismo tiempo, aquella expresión facial era acompañada por una enorme envidia.

La niña, al terminar de peinarse, dejo el peine de marfil sobre su mueble, el cual, tenía detalles de mariposas tallados en el, y dejo de ver por aquella ventana. Se acomodó el vestido que era demasiado desmesurado para su gusto, le gustaba que sea de color rosa, ya que era su supuesto color favorito, pero aun así, era muy incómodo como para poder sentarse sobre su cama sin sentir molestia alguna. La niña soltó un suspiro al poder sentarse sobre su cama, luego de tener una pequeña batalla con su vestido, al apenas sentarse, escucho unos pasos acercarse, la pequeña de rizos castaños hizo una pequeña mueca que intento cambiar cuando por fin los pasos ya se había detenido dentro de su habitación.

—Catherine, ¿Qué haces aquí?, se supone que debes de estar abajo practicando—le regañaba una mujer con los mismos cabellos que tenía la niña y que vestía con una túnica de color rojo, en su rostro se veía claramente como tenía su ceño fruncido demostrando molestia.

—Mamá, estoy cansada de practicar siempre, no quiero practicar hoy—respondía la pequeña ante la molestia de su madre.

—Pero es tu deber hacerlo, tu eres la única que puede gobernar. Todo hubiera sido más fácil si en lugar de nacer tu como niña hubiera nacido un bebé varón, ya te lo explicamos con tu padre—seguía regañando sin pensar bien en lo hirientes que eran sus palabras, aunque la niña no entendiera muy bien el dolor de ellas, solo le provocaba algo de enojo porque no podría hacer lo que ella quisiera hacer como una niña normal.

—Lo sé, pero quiero tan solo un día sin hacer eso, quiero al menos un día salir y poder jugar con los demás niños.

La madre soltó una risa amarga.

—¿No tuviste mucha diversión con los días que te escapabas del castillo?, Esos días, tu padre y yo estuvimos como locos buscándote pensando que te había pasado algo grave.

—Ya pedí perdón por eso, yo solo quería salir—murmuraba ya sin saber como convencer a su madre para dejarla salir.

—Un perdón no basta con lo que paso Catherine, ve a practicar ahora en este instante si no quieres que le diga sobre esta rebeldía a tu padre.

Catherine miro a su madre con su expresión decaída. No dijo más nada ya que no quería más problema con ella como era de costumbre, cada conversación, por alguna razón, terminaba en una discusión en la cual su padre terminaba interviniendo, pero regañándola de una forma peor. La niña siempre estaba confundida, no entendía porque todos se molestaban con ella o la miraban mal, no comprendía porque no podía salir tan solo unos minutos afuera para jugar o juntar flores, lo único que podía hacer, era mirar la belleza de las flores desde la distancia por su ventana o también a las mariposas que volaban. Cuando escapaba del castillo, que eran muy pocas oportunidades, solo logró acercarse un poco a una flor de color amarillo, pero que se notaba que a su alrededor tenía aún más flores de ese mismo color, lastimosamente termino siendo sorprendida por detrás por uno de los caballeros del castillo, el cual no escucho sus suplicas y solo la llevo nuevamente a su hogar que casi consideraba como una celda.

—Catherine presta atención, camina bien, así no caminan las princesas, ni mucho menos las reinas, tu postura está demasiado mal, ¿Acaso no estuviste sentándose derecha?—le regañaba una mujer de mayor edad que saco de sus recuerdos a Catherine, no se veía muy feliz al ver los pequeños avances de la niña.

—Perdón abuela—se disculpo Catherine sin ver a aquella mujer de edad avanzada, siempre le intimidaban aquellos ojos de color miel, aún cuando eran iguales a los suyos—no recuerdo si estuve sentada derecha, pero creo que si lo eh hecho.

—Un "Creo" No me ah de servir Catherine, camina más derecha—le exigía sin ningún tipo de amabilidad en su tono.

La niña soltó otro suspiro y empezó con sus prácticas y lecciones diarias sin ningún tipo de descanso o protesta. En todo momento, Catherine miraba por la única ventana que había en aquella sala, la vista daba a una parte del reino, en la cual solo se veía un muro hecho de piedra que la separaba de un lugar desconocido que siempre la dejaba con la idea de explorarlo, en su imaginación, tras el muro se vería muchas flores y mariposas coloridas, que al apenas poner un pie, la percha de mariposas saldrían volando dando un hermoso espectáculo que le fascinaría ver.

Una exploración que parecía de sueños, pero que le encantaba imaginarlo de esa manera tan ensoñadora.

(...)

La luna estaba sobre la sima del cielo, haciendo que todo se oscurezca, pero dando una pequeña fuente de luz como para ver a medias el camino de las personas que volvían a sus casas para dormir. En la noche, todo era silencio, lo único que se escuchaba, eran los ulular que transmitían los búhos, acompañado con las estridulaciónes de los insectos como el de los grillos que eran de lo más frecuente. A muchos le molestan esos ruidos, ya que no los dejaba dormir bien, pero a la pequeña princesa ensoñadora, le encantaban, le transmitían demasiada calma. La pequeña miraba por su ventana a las aves que volaban rápido hacia distintas direcciones, con su rapidez, no podía identificar si era un ave cualquiera, búho, o hasta alguna lechuza. De lo lejos que estaba del suelo, no podía ver que era lo que transmitía aquel sonido tan característico de los grillos, sabía sobre algunos animales e insectos por libros que hablaban sobre ellos, pero nunca logró ver uno o tocarlo por más comunes que eran. Los pensamientos de la pequeña de rizos castaños nuevamente fueron interrumpidos al ver una sombra pasar por detrás de un árbol. Catherine enfocó su vista a aquel lugar con curiosidad, para descubrir de que animal se trataba, pero solo vio lo que parecía ser una mano asomándose por el árbol. Ladeó la cabeza confundida al no entender que era, lo más lógico que llegó a su cabeza, es que era una persona normal y corriente que daba un paseo nocturno, cosa que era raro, sin embargo, sabía que no era eso al ver que aquella mano era completamente esquelética. Se asomó aún más por la ventana teniendo su cuerpo apoyado en el marco para tener mejor vista de que o quien podría ser aquello que estaba detrás del árbol y se escondía, pudo visualizar como el cuerpo de aquella cosa se asomaba más mostrando solamente puros huesos y partes esqueléticas, la cabeza fue la última parte en salir de atrás del árbol para mostrar sus cuencas vacías y oscuras que parecían verla fijamente. La cabeza de la criatura se ladeó y le fue inevitable para Catherine empezar a hiperventilar al ver eso.

Catherine dio pasos hacia atrás, con sus piernas temblorosas, aún sin apartar su mirada llena de miedo de aquella criatura, sus pasos se detuvieron en seco cuando la criatura empezó a correr a lo que parecía ser en dirección hacia ella, subió el castillo con una facilidad extraordinaria hasta finalmente llegar a la ventana de la pequeña. Ambos se quedaron mirando fijamente, la criatura por afuera de la ventana y Catherine por dentro de ella, temblando de miedo. Los labios de la de rizos castaños se movían intentando pronunciar alguna palabra o decir algo, cosa que finalmente logró al ver que la criatura hizo un movimiento con la mano que no sabía para que era, pero no espero a que lo haga y soltó un fuerte grito alertando a muchas personas.

—¡¿Catherine?!—el rey entró al cuarto azotando la puerta, haciendo así, que choque con la pared provocando un estruendo que asusto aún más a la pequeña princesa llena de terror y lágrimas.

—Y-yo, yo, vi, lo vi, e-esta ahí—decía tartamudeando y apuntando la ventana mientras no apartaba la vista de su papá que se acercaba a ella confundido.

—¿Qué viste Catherine?, ¿Qué es lo que viste?—pregunto desesperado, pensando que abría sido alguna persona de mente perversa queriendo aprovecharse de la inocencia de la pequeña niña.

—¡U-un monstruo!, ¡v-vi un monstruo por la ventana!—decía la pequeña entre gritos desesperados, mientras seguía apuntando la ventana y esta vez si dirigió su vista a la ventana donde la criatura esquelética ya no se encontraba—e-estaba afuera, pero escalo el castillo y... Y... E-entonces-

Pero la voz tartamuda de la pequeña se detuvo al sentir un golpe demasiado fuerte en su mejilla que le hizo perder el equilibrio de sus propios pies, terminando en el suelo. Catherine miro a su padre, sus ojos se llenaron aún más de lágrimas y empezó a emitir sonidos de sus sollozos que se le escapaban de sus labios al ver el rostro furioso de su padre y los puños que tenía demasiado apretados a los lado de su cuerpo. Catherine se dio cuenta que nuevamente hizo enojar a su padre por su conducta, pero su mentalidad normal de seis años no lograba descifrar el que había echo mal.

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Comments

Mustelier

Mustelier

Me gusta este primer capítulo; deja deseos de seguir leyendo.

2024-03-13

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