Eran las 7:00 am hora habitual en la que iniciaba la misa, pero era la hora y las puertas de la iglesia no habían sido abiertas.
Jeong-Sung
Señor Lee, no habrá misa hoy?(preguntó el pequeño, que hacían unos minutos había llegado para ayudar al mayor).
Lee Jae-Hyun
No pequeño, hoy tengo cosas que hacer.
Jeong-Sung
Y qué cosas? Usted nunca sale...
Lee Jae-Hyun
Niño, no seas curioso, eso disgusta a Dios.
Jeong-Sung
Pero...por qué no puede decirme? No se supone que somos amigos? Los amigos se cuentan todo...
Lee Jae-Hyun
Tú le cuentas todo a tus amigos?
Jeong-Sung
Bueno...
Lee Jae-Hyun
Ves, entonces no tengo que contarte todo.
Jeong-Sung
Pero...
Lee Jae-Hyun
Pero nada, pega el aviso de que no habrá misa y vuelve a tu casa, nos vemos el miércoles.
Jeong-Sung formó un pequeño puchero, agachando su cabeza resignado, agarró fuerte el papel mostrándose molesto por no saber a dónde iría el sacerdote Lee, pegó el avisó en la entrada de la parroquia de mala gana y se fue a casa, no sin antes darle una última mirada molesta al sacerdote que solo le dijo "eso es pecado" así que sonrió falso y se dio la vuelta escuchando a lo lejos un "eso también es pecado".
Jae-Hyun suspiró y empezó a organizar la casa parroquial, sacó un montón de polvo, pero ¡había limpiado ayer!.. Igual volvió a hacerlo, sacudió los muebles y hasta que no vio todo aceptablemente limpio, no se detuvo.
Vio su rostro en el espejo notando las manchas de suciedad que había en el, hizo un gesto de desagrado al verse sucio, así que tomó su toalla y se dispuso a darse un baño.
El agua tibia que brotaba de la regadera chocaba contra la desnudez del castaño haciendo que sus músculos se destensionaran, por alguna razón el encuentro con su... debería decir cuñado? Lo tenía nervioso.
Min-Jae era una persona tan extraña, su sonrisa se veía sincera, era amable, atento, y guapo... lo que llamarían un buen partido, pero a Lee parecía no caerle del todo bien.
Absorto en sus pensamientos pasó su mano por su nuca, el dolor en esta área era intenso, y sin duda se aumento en medida al escuchar su teléfono sonar, salió de la ducha secando sus manos, tomó su teléfono divisado un número no registrado en este, no le debía a nadie así que podía contestar con calma.
Lee Jae-Hyun
Aló
Song Min-Jae
Oh~ Jae...
¿Qué acababa de ser eso?
Lee Jae-Hyun
-¿Quién habla?
Song Min-Jae
Lo lamento, Jae-Hyun. Soy Min-Jae, llamaba para asegurarme de que sí vendrías hoy, lo harás?
Lee Jae-Hyun
Emm... sí, a las 10:00 a.m no es así?
Song Min-Jae
Sí, créeme que estoy muy emocionado de tenerte en mi empresa, te espero con ansias(habló el menor y Lee pudo jurar ver como sonreía).
Lee Jae-Hyun
Está bien(retiró el teléfono de su ojera, pero volvió a escuchar hablar al menor).
Song Min-Jae
Y por favor... no olvides el perfume... nos vemos, Jae~
Su cuerpo se estremeció por segunda vez, y todo gracias a ese chico... qué le pasaba? ¿Por qué su cuerpo reaccionaba así ante sus palabras, ante su presencia?
¿Sería un demonio?
Tenía todos los rasgos de un angel disfrazado de demonio.
Tendría que hacer un exorcismo.
Se abofeteó a sí mismo por pensar tantas sandeces y salió por completo del cuarto de baño para cambiarse.
Revisó su clóset y... que lástima daba.
Lo único que había en este eran camisas blancas y pantalones de vestir negros, la gente pensaría que solo tenía una prenda, pero no, es que tenía miles de los mismos dos colores.
Tomo la que para él era "la más elegante" (en realidad la tomo porque era la única que estaba planchada) tomó sus zapatos habituales, un chaleco que solía usar en ocasiones especiales, ¿era esta una ocasión especial? Y se vistió, recorrió su rostro en el espejo asintiendo ante su vista, pero el reflejo de un pequeño frasco lo hizo estremecerse
El perfume.
¿Debería usarlo?
Era el único que tenía...
Pero si lo llevaba Min-Jae pensaría que lo había llevado por él.
Dejó de darle tantas vueltas al asunto y colocó un poco en sus muñecas frotándolo después contra su cuello, era eso o oler a jabón chiquito.
A nadie le gusta oler a jabón chiquito.
Tomó su cartera y reloj, y salió a paso lento de la parroquia.
Aún era temprano por lo que decidió pasar a comprar un presente, su madre siempre le dijo que era de mala educación llegar con las manos vacías a un lugar nuevo.
Pero...
¿No estaría siendo muy considerado con Min-Jae?
A fin de cuentas aquel encuentro sería solo para conversar y conocerse un poco.
El rubio en serio se estaba esforzando por complacer a su hermana.
Y hacerle el trabajo más difícil no era muy benevolente de su parte.
Así que sin más pensar, entró a una cafetería y compró algunos bizcochos y un par de cafés.
Esperaba le gustará el café, porque si no, tendría un serio problema.
Comments
Thapir
👌👍
2024-01-22
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