Ahora somos novios

JEREMY

Salí en busca de mi falsa novia cuando terminamos de hablar de negocios. Para mi mala suerte me topé con quien menos quería ver. Pasé junto a ella ignorándola, pero me tomó el brazo

_ mi amor, ¿por qué me haces esto?_ su rostro aparenta aflicción y suelta, lágrimas para ser más convincente. Retiro su mano de mi camisa negra, alejándola

_ deja de ser tan cínica y acepta que nosotros ya terminamos

_ ¡no! ¡Tú me amas! Estábamos por casarnos y tiraste todo por la borda, ¡por un simple beso!

_ ¿un simple beso?, ¡no es lo que vi! Seguramente, a mis espaldas hacías mucho más

_ ¡por favor! Yo te amo, ¡estaba confundida! ¿Qué a ti nunca te paso?

_ ¡no! ¡Nunca! Cuando amo, lo hago con el alma, no a medias como tú _ en segundos me empuja a una de las habitaciones de invitados y cierra la puerta detrás. ¡A una mujer no se le golpea, me repito mentalmente! Una y otra vez

_ ¡me sigues amando! Lo sé _ sonríe acercándose y yo me alejo, ¿cómo puede pasar de llorar a sonreír de la nada? _ o si no le hubieras dicho a tu madre porque terminamos _ su vestido cae al suelo. Y me maldigo, ¿qué tan patético es un hombre de metro ochenta y siete corriendo de una mujer desnuda? Tan patético como yo, en este momento, la esquivo para ir hacia la puerta, pero abraza mi espalda.

Está desnuda y quizás en el pasado me hubiese puesto duro solo con eso. Ahora le tengo mucho asco. Me libero de su agarre para tomar la manija, y grita. Cuándo la miro se da un golpe en el rostro dejando su mejilla roja y cae al suelo. ¿Qué mierda le vi a esta loca? ¡Es experta en manipulación! La puerta se abre y es mi madre. ¡Perfecto!

_ ¿qué haces?_ espeta enojada y la cubre con la sabana de la cama

_ no lo regañes suegra _ solloza _ yo insistí es mi culpa _ llega mi padre detrás, con mi hermano y su esposa quienes salen al verla así.

_ ¡yo no la golpee! _ me defiendo

_ Entonces, ¿quién fue?_ reclama mi madre con decepción en su voz _ ¡solo están ustedes dos!

_ ¿sabes qué? _ mire a Florida _ Si la golpee, y si sigue acercándose a mí, ¡la moleré a golpes!

_ ¡Jeremy! _ grita papá

_ ¡quedas advertida, maldita zorra! Si sigues buscándome lo único que obtendrás de mí son golpes _ un puñetazo va a mi rostro, desequilibrado mis pies. Mi padre acaba de golpearme por primera vez en mi vida. Y sí, ¿quién querría un golpeador de mujeres como su hijo? Más un romántico enamorado de su esposa como él.

_ lárgate de mi casa, ¿cuándo me viste levantarle la mano a una mujer? ¡Me avergüenzas!_ acaricio mi mejilla mirando a la zorra y su rostro refleja sorpresa. ¿Creyó que caería en su juego? No jamás. Salgo dando un portazo, y me dirijo a la playa detrás de la mansión, necesito relajarme. Me quito la camisa y el pantalón

_ ¡no creo que quieras desnudarte frente a mí! _ habla la bruja

Giro y la veo sentada sobre una de las rocas que yo mande a colocar especialmente para mí, este es mi lugar favorito, mi playa privada. Al parecer salió del agua recién, está mojada con solo tiene un short, y un sostén de biquini color negro puesto el cabello suelto y mojado, cae por sus hombros

Es hermosa. Sexy, y todos los mejores adjetivos que puedan existir, para describir a una mujer, parezco estúpido, quedando idiotizado cada que la veo. Desobedezco a mi instinto, el cual me pide que la tome para actos impuros y me arrojo al agua en mis boxers negros, para calmar el calor entre mis piernas. Quiero aclarar mis sentimientos con ella, pero con la furia que cargo y estando ella semidesnuda no es buena idea. Luego de nadar un poco y con mi enojo bajo control, al igual que mi amigo, voy hasta ella, el agua me llega hasta las caderas

_ ¿hace cuanto estás aquí?_ le pregunto, sigue sentada en el mismo lugar

_ ¡desde que tu abuela me dejo aquí! Después de mostrarme sus plantas, cuando me encontró comiendo a escondidas un sándwich de pollo, lechuga y pepinillos que me dio una de las Marías _ Me río _ ¡No te rías! Tardaré en diferenciarlas… Igual no estaré mucho tiempo _ eso lo veremos, pienso sorprendiéndome a mí mismo, ante esa afirmación.

_ me alegra saber que te agradan… Muchas de las que fueron mis parejas o de mi hermano, las trataban con desprecio.

_ jamás lo haría… Ya conoces a mi familia _ responde

Sonrió remarcando sus atributos sin poder evitarlo, su sonrisa, ese cuerpo perfecto, es diminuta en comparación a las mujeres de mi familia, y eso me gusta más, seguramente será una pluma entre mis brazos. Si la tomo de las piernas y la levanto para besarla. Arruga su semblante como acostumbra cuando está enojada, salta al agua y nada hacia mí, se me corta la respiración por su cercanía como si pudiese alejarla con exhalar

_ ¿qué te paso? _ dice acariciando mi mejilla. Sus ojos marrones se posaron en los míos.

_ mi padre me golpeo…_ solté sin dudarlo, confiaba en ella más que en cualquiera

_ ¿por qué?_ iba a responderle cuando se adelantó malinterpretándome _ y no me vengas con que no me incumbe, ¡cómo respondes siempre! Ahora somos novios… (Falsos), pero novios al fin y al cabo. Tu bienestar también forma parte de nuestro acto…_ toma mi mano y me arrastra fuera del agua _ vamos a ponerte algo en esa mejilla, tu piel es muy delicada y cualquier golpe te dura días.

Nos vestimos y regresamos, parezco un niño obediente detrás de ella, haciendo lo que me pide, me indica que me siente en la silla alta de la isla, que está en la cocina y lo hago observándola. Le pide a Maria Josefina hielo, lo pica en varios pedazos, lo envuelve en dos bolsas de plástico y luego en una toalla para después ponerlo en mi mejilla.

_ ¡Esto debiste hacerlo de inmediato! Espero que no se marque tu piel _ murmura notablemente preocupada y ese cosquilleo que siento al pensar que le importo es otro nivel de satisfacción, su cercanía está por volverse insoportable

_ ¿Y eso es malo? _ susurro sin disimular el deseo en mi voz

_ ¡muy malo! Vicepresidente murmurarán que estuviste a los golpes _ se ríe. Me enderezo, con intención de que se acerque más y lo hace. Está de pie entre mis piernas, colocando esa cosa molesta y fría en mi rostro _ ya suficiente hablan de ti por mujeriego y guapo _ miro su boca con ganas de besarla…

_ Hijo _ aparece mi padre y todos los demás detrás, incluyendo a la zorra, solo falta mi abuela y estaríamos completos _ lamento lo que ocurrió, pero nunca se debe levantar la mano a una mujer.

_ No discutiré contigo, por algo que diste por sentado… No vale la pena, ya me condenaron

_ hijo _ exclama mamá _ ¿qué más quieres que pensemos? ¿Qué ella se golpeó sola?

_ piense lo que quiera señora Aba _ le digo sin mirarla

_ ¡yo si la creo capaz! _ espeta Mackenzie

_ tú no viste lo que paso, ¡no te metas! _ la reta mamá

_ y ustedes tampoco… ¿No es así? _ pregunta Nerea _ aun así, ya tomaron partido. Esa niña tiene menos de 20 años y es más coherente que ustedes _ acaba de aparecer la bruja.

_ ¡tú si me agradas cuñada! _ exclama mi hermanita y estoy de acuerdo con ella, más en específico con la parte de que, será cuñada.

_ eres una maleducada, no estabas así que ¡no tienes derecho a meterte!_ réplica mamá

_ mi osito tiene el rostro lastimado _ quita la toalla y me mira _ hace 4 años que lo conozco, si bien hace menos de medio año que salimos nos conocemos bien. Lo he empujado del ascensor, lo hice tropezar, le arroje café, lo insulte con las peores palabras, e incluso rompí la ventanilla de su auto _ me sonríe, así que fuiste tú, ya te haré pagar por eso _ y nunca me levanto la mano y tuvo motivos. Estoy segura de que nunca le levantaría la mano a una mujer. Más cuando el mismo se encargó del gerente Sánchez y lo hecho por abofetear a su secretaria, ¿o no Máximo?

_ Si así es… Eso mismo le estuve explicando a papá.

_ yo no dije que lo hiciera intencionalmente, nos besamos y luego discutimos, fue sin querer _ pone cara de víctima, antes de que la contradiga, Nerea se ríe y levanta mi mano, detallándola y luego la mira

_ con tu delicado rostro, si esta enorme mano te golpeara tendrías un moretón como este _ señala mi mejilla _ esta marca es acorde a su mano suegro, y la de ella… Es como si la hubiese…

_ golpeado una mujer _ exclama mi hermanita divertida _ ¡deberías ser detective!

_ gracias cuñada _ le guiña un ojo _ aunque me encanta mi trabajo _ me mira con una cálida sonrisa _ vamos a nuestra habitación, osito deberíamos prepararnos para la cena

Me lleva de la mano hacia mi habitación. Esta diminuta mujer de menos de un metro sesenta me defendió a mí. Muchas veces actuó en mi contra y creo que me irritaba que siempre me gane, es muy perspicaz otro encanto a su lista de encantos. Podía defenderme solo, pero quería saber y ver como lo haría mi gran enemiga jurada.

Ahora me gusta más, ¡cada vez más!

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