capítulo 11

A pesar que Arthur fue criado en él exilió, sus modales eran de un noble bien formado... Raquel estaba segura de que en algún día saldrían de allí, y su hijo iba a hacer emperador, así que se encargó de instruirlo muy bien

Cuando paró la música el duque y su hija no perdieron tiempo y se acercaron casi corriendo a Arthur antes que otra señorita lo haga

---emperador, que gusto en conocerle, quería presentarme soy el duque Luis Rodriguez el hombre mas influyente de este imperio, después de usted claro y me gustaría presentarle a mi hija, es una señorita bien preparada además de hermosa, supongo que va a necesitar una emperatriz ahora que es el emperador del Zafiro---le habló el duque Rodriguez haciendo una reverencia al igual que su hija, que sin perder tiempo también se presentó

---es un honor para mí saludarlo majestad, mi nombre es Tanya Rodríguez, es un placer conocerlo---dijo la chica bajando la cabeza para parecer inocente

Arthur al mirar la forma en que lo abordaron arrugó el ceño, pero trató de relajarlo enseguida al recordar que eran la familia más influyente del imperio y aunque no era que le importaba mucho el que dirán, por el momento iba a tratar de llevar la fiesta en paz

---un gusto en conocerlos, es en honor conocer a tan hermosa dama y tan responsable caballero---

Al escuchar las palabras de Arthur el duque sonrió en sus adentros, pues imagino que ya tenía la corona de su hija ganada

---aunque no conocí a mi padre escuché que gobernó hasta el día de su muerte sin una emperatriz, así que yo haré lo mismo hasta que encuentre la indicada, no quiero casarme con alguien por obligación... Y ahora con su permiso iré a traer una bebida para mi hermanita que está fatiga---respondió Arthur retirándose del sitio y llevándose a Cecilia con él, dejando al duque y a su hija molestos

Rafael al mirar la situación estaba de mal humor, llamó a su mano derecha y le pidió hacer lo que le había pedido anteriormente, el chico fue hacer lo que le ordenaron, cuando volvió miró desde lejos a Rafael asintiendo con su cabeza, era la señal que ya estaba todo listo

Al mirar la confirmación Rafael se puso de pie tomó una copa de vino y pidió la atención del público, una vez el salón estuvo en silencio procedió hablar

---queridos nobles del imperio de Zafiro, es un honor para mí, el emperador del imperio del Oro estar aquí con mi querido amigo festejando su coronación---

Los nobles enseguida empezaron a murmurar entre ellos, pues solo pocos sabían que el mismo emperador del imperio del Oro había llegado junto al ahora emperador y su familia... Rafael continuó con su discurso

---quiero pedirles que brindemos por su nuevo emperador y quiero aprovechar esta oportunidad antes de marcharme en pocos días, ya que no puedo dejar mi imperio solo por mucho tiempo para decirles que no pudieron hacer mejor elección con su emperador, un brindis por el emperador Arthur, larga vida al emperador Arthur--- los demás dijeron lo mismo levantando sus copas

Un sirviente se acercó a Arthur y le pasó una copa de vino algo nervioso, mirando de reojo a la mano derecha del emperador Rafael, Raquel al mirar que su hijo iba a tomar otra copa de vino, llamó a un mesero quien llevaba jugo de mora para los más jóvenes y tomó una copa con jugo, se acercó a su hijo y le dio la copa con jugo de mora quitándole la del vino

---mira cariño, mejor brinda con jugo que nunca has tomado vino y ya llevas tres copas y no sabemos como puede reaccionar tu cuerpo con el vino y no es momento de hacer el ridículo---

Arthur tomó la copa mientras Raquel le dio su copa a Sebastián y ella se quedó con la de Arthur

Rafael miró el cambio y trató de disimular su molestia, después del brindis dijo que estaba cansado y se retiró a su habitación, no quería que lo incriminaran por lo que podría suceder

Después que Raquel se tomó toda la copa de vino empezó a sentirse algo acalorada ocasionando que se le pusieran las mejillas rojas, se acercó a su hijo

---cariño, no me siento muy bien, iré a mi habitación---

---madre ¿quieres que llame un médico?---

---no cariño, no hace falta, me daré un baño he iré a la cama, mañana estaré bien---respondió Raquel algo apenada, lo que menos quería era que se dieran cuanta que el vino había despertado su lívido, o al menos eso pensaba hasta ese momento

Sebastián envió a Cecilia en compañía de su nodriza a la habitación y se acercó a Arthur, pues se habían vuelto muy buenos amigos

---¡que extraño que tu madre se fuera a su habitación sin antes ir a acostar a Cecilia!---

---es que se sentía mal y no quería que lo notarán---

Al escuchar las palabras de Arthur, Sebastián se preocupó, aunque Raquel era caprichosa y algo obstina le había tomado aprecio, con la excusa que estaba cansado se despidió y fue a su habitación para ver como estaba

Al llegar a la habitación tocó la puerta, después de unos minutos al no tener respuesta se preocupó más, así que entro apresurado, pero no vio a Raquel por ningún lado se dio prisa y fue a buscarla al baño encontrando a Raquel metida en la tina temblando

Sin pensarlo se apresuró a llegar hacia ella para sacarla de la tina, cuando la tocó estaba congelada, pues el agua estaba fría... trató de levantarla, pero Raquel no lo dejó

---no por favor déjame aquí---

---¡estás loca mujer!, vas a enfermar, estás congelada--

---lo sé, pero es la una manera para calmar mi...dijo Raquel haciendo una pausa

Sebastián sin pensarlo más la levantó en sus brazos y la llevó a la cama, rápidamente tomó una toalla y empezó a secarla, los dos estaba rojos, pero Raquel al sentir el tacto de las manos de Sebastián no la ayudaba con su problema

---deja, yo lo hago---le hablo Raquel tratando de tomar la toalla, pero Sebastián no le hizo caso y siguió secándola

---no me lo hagas más difícil, creo que tomé mucho vino y ahora me siento...mm….---al darse cuenta de que estaba hablando demás Raquel guardó silencio

Sebastián paró lo que estaba haciendo y se quedó observando a Raquel quien estaba en silencio con la cabeza agacha y la cara roja la tomó de la barbilla y levantó su cara para que lo mirara

---creo que no es solo el vino, ¿dime, cuando tomaste?---

---dos copas---respondió Raquel apenada por la situación

Sebastián tocó su frente y al darse cuanta que estaba caliente le dijo---creo que te drogaron---

Raquel abrió grande sus ojos---¿cómo que me drogaron?, ¿con qué?---

---Al parecer te dieron un afrodisíaco, esos son los efectos que estás sintiendo, espera aquí llamaré un médico---

---espera, no te vayas--- le dijo Raquel tomándolo del cuello de su camisa y dándole un beso

Desde que la madre de Cecilia había muerto Sebastián no se había permitido estar con ninguna otra mujer, pero al sentir los labios de Raquel y su lengua vagar por su boca le provocaban muchas sensaciones, como pudo cobró la compostura rompiendo el beso

---aguarda, mejor voy por el médico, no quiero que mañana me reproches por lo que pueda pasar hoy---

Raquel quien ya estaba fuera de si no lo dejó terminar de hablar cuando ya lo estaba besando otra vez y quitando su camisa camisa con desespero

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