Damián se sentía nervioso mientras esperaba a Mike en su casa. Su corazón latía desbocado, y las palabras parecían atascadas en su garganta. Se paseaba de un lado a otro, sintiendo una mezcla de emociones: nerviosismo, inseguridad y un amor puro que lo impulsaba a aclarar las cosas de una vez por todas.
Finalmente, Mike llegó y Damián lo recibió con una sonrisa nerviosa. Ambos se sentaron en el sofá, y el ambiente estaba cargado de una intensidad palpable. Damián tomó una respiración profunda y comenzó a hablar, tratando de controlar su voz temblorosa.
“Mike, necesito hablar contigo”, dijo Damián, sus palabras saliendo en un susurro inseguro. “Quiero que sepas que Jack es solo un amigo para mí. Siempre ha estado ahí para mí, cuidándome y apoyándome, pero los sentimientos que tengo hacia él son puramente de amistad”.
Mike lo miró fijamente, sus ojos color miel buscando respuestas en los ojos verdes de Damián. Su expresión reflejaba una mezcla de curiosidad, esperanza y una pizca de miedo a la decepción. Damián podía sentir la intensidad de su mirada, lo que aumentaba su propia ansiedad.
“Damián, he estado confundido y celoso. Me preocupaba que Jack pudiera ocupar un lugar especial en tu corazón”, admitió Mike, su voz ligeramente entrecortada. “Pero confío en ti y quiero creer en lo que dices. Si dices que solo hay amistad entre ustedes, entonces confiaré en eso”.
El alivio inundó a Damián, pero a pesar de eso, todavía sentía inseguridad. Se mordió el labio inferior, buscando las palabras adecuadas para expresar sus sentimientos más profundos.
“Mike, hay algo más que necesito decirte”, continuó Damián, su voz ahora llena de determinación. “Tú eres la persona que amo. Desde el momento en que te vi con esos ojos color miel, en el mar mientras nadábamos y reíamos supe que eras especial para mí, que no era una simple amistad. Quiero estar contigo, más que como amigos”.
Los latidos del corazón de Damián parecían retumbar en sus oídos mientras esperaba la respuesta de Mike. El silencio se prolongó, y Damián comenzó a temer que sus palabras no fueran suficientes, que su amor no fuera suficiente para borrar el dolor y tener la oportunidad de avanzar.
Pero entonces, Mike rompió el silencio. Sus ojos brillaban con emoción y una sonrisa se formó en sus labios.
“Damián, yo también siento algo especial por ti”, reafirmó Mike, su voz llena de emoción. “He estado esperando este momento, esperando que te dieras cuenta de mis sentimientos, no esperaba todo lo que sucedió en el medio. Quiero estar contigo, quiero ser más que amigos”.
Las palabras de Mike llenaron el corazón de Damián de alegría y alivio. Un mar de emociones lo inundó por completo. La inseguridad y los nervios se desvanecieron, dejando espacio para un amor puro y una felicidad abrumadora. Damián se acercó lentamente a Mike, sus ojos verdes buscando los de él, tratando de transmitir todo lo que sentía en ese momento.
Sin decir una palabra más, Damián y Mike se miraron intensamente, sumergiéndose en un silencio cargado de significado. La conexión entre ellos era palpable, como si sus almas estuvieran entrelazadas en ese preciso instante.
Finalmente, Damián se dejó llevar por sus emociones y se inclinó para besar a Mike suavemente. El beso fue tierno, lleno de amor y promesas para el futuro. En ese momento, ambos supieron que habían encontrado algo especial, algo que trascendía la amistad y se convertiría en un amor aún más profundo.
Sus labios se movían en perfecta armonía, explorando y expresando todo aquello que las palabras no podían describir. Cada roce de sus labios era un intercambio de sensaciones y emociones, un lenguaje silencioso que solo ellos comprendían.
El mundo parecía desvanecerse a su alrededor, dejando solo espacio para ellos dos y su amor. Damián acarició suavemente el rostro de Mike, mientras sus corazones latían al unísono, creando una melodía única que solo ellos podían escuchar.
La intensidad del momento los envolvió por completo, haciendo que el tiempo se detuviera. Finalmente, se separaron lentamente, pero sus miradas seguían conectadas, transmitiéndose todo el amor y la pasión que sentían el uno por el otro.
“Damián”, susurró Mike, rompiendo el silencio. “Quiero quedarme contigo esta noche. Quiero explorar esta nueva etapa de nuestra relación juntos”.
Damián asintió con una sonrisa radiante y tomó la mano de Mike, guiándolo hacia su habitación. Sabía que este era solo el comienzo de un hermoso viaje que emprenderían juntos, lleno de amor, complicidad y una conexión profunda que trascendería cualquier obstáculo.
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