Leah
Me desperté sobresaltada… Otra vez ese mismo sueño, cayendo en un espacio vacío, aunque creo que en realidad todos hemos soñado eso en algún momento.
Me bañé, y me puse el uniforme de la institución, arreglándome un poco el cabello, y un poco de maquillaje, para ponerme perfume, e irme a despedir de mis padres, mi hermano mayor, y mi hermana menor. Vivo en una casa un poco grande, pero no vivo totalmente sola, o bueno, podría decirse que así, ya que mi familia viene de visita regularmente.
A unos pocos pasos me encontré a mi mejor amiga Eleanor, me saludo con una sonrisa, mientras se estiraba un poco dormida aún.
Cuando llegamos me encontré a mi primo más cercano, Adrien, somos cercanos, es como un hermano, aunque es un año menor que yo, tiene buen promedio, y puede estar un año adelante junto a nosotros.
Adrien, es muy popular entre las chicas, es pelinegro, ojos negros, penetrantes, 1.85, es muy bueno en el estudio, en los deportes… Pero como no deja de ser él, es demasiado cruel cuando una chica se le confiesa, es demasiado directo con ellas… Y a ellas les duele, pero somos medio idiotas y seguimos detrás de esos tipos, le he protestado demasiado ello, pero nunca me escucha, aunque siempre he pensado que llegará el momento que llegue una chica que lo ponga a volar, que le va a gustar tanto que no podrá hacer nada para quitarla de su mente.
Eleanor, la chica más agradable que conozco en todo el mundo, aunque solamente con las personas que son de su alcance, de resto es la mujer más grosera de este planeta, es un año mayor que yo. Es castaña clara, pelo largo, ojos cafés claros, 1'60. Llama la atención de muchos chicos, pero ella simplemente los ignora, porque es mía.
Las clases siguieron normalmente, hasta el descanso, donde me fui a la biblioteca, Eleanor me dijo que después me alcanzaba, Adrien iba a estar con su grupo de amigos.
No había nadie más en la biblioteca, solo Nathan, el encargado del lugar. Lo saludé como de costumbre y continué mi camino hacia el área más apartada de la biblioteca. Una vez allí, me senté y seguí leyendo. Normalmente, me siento un poco incómoda, rodeada de mucha gente, por lo que trato de evitarlo tanto como puedo. Sin embargo, cuando tengo mucha energía acumulada, disfruto de jugar voleibol.
Durante algunos minutos no sentí ruido alguno, sentí una mirada, levante mi mirada, Eleanor estaba parada delante de mí, me sonrió y se sentó a mi lado, y cada una empezó hacer sus cosas.
Al poco tiempo tocaron el timbre indicando que había acabado el descanso, la castaña y yo nos levantamos de nuestro asiento mientras recogíamos nuestras cosas y nos despedimos de Nathan.
En el camino me encontré a un hombre, con una mirada seria, daba un poco de miedo, algunas que lo miraran parecían que iban a abrir sus piernas, yo solamente me limite a fruncir el ceño, al igual que Eleanor, que simplemente rio por una mueca que hice al sentir el ruido.
—No cambias —murmuro hacia mí sin parar de reír, rodé los ojos.
—Es difícil, ¿vale?
Adrien paso por el lado de aquel hombre, y empezaron hablar sobre algo, en un momento los dos voltearon a verme, aquello causo que me diera un escalofrío, después Adrien le sonrió, vale él era muy social, pero, un hombre desconocido, con traje, que olía condenadamente bien, eso no se ve todo el tiempo.
Después de unos segundos se dieron la mano y Adrien vino hacia nosotras, le dio un abrazo a Eleanor el cual ella respondió, y después vino hacia mí, me dio un beso en la mejilla y luego me dio un abrazo, chille suave.
—Deberíamos ir a clases, ¿no creen?— pregunté, Adrien solamente se encogió de hombros, y Eleanor asintió, pero no la solté, tenía tanta flojera de entrar a clases.
Nos dirigimos a nuestra próxima clase, que era historia, un profesor que se emocionaba con la clase y empezaba a contar de todo, y no daba tiempo de tomar nota, aunque era divertido con la memoria que tenía.
Al final del día, regresé directamente a casa, ya que a esta hora sabía que estaría sola hasta las 3:00 P.M., momento en que mi hermana menor, Katha, llegaría con mi hermano mayor, Alan. Aunque ambos viven conmigo, no suelo hablar con ellos, especialmente con Katha, porque siempre está ocupada jugando o haciendo otra actividad. En el caso de Alan, la última vez que hablamos, me humilló y como nunca se disculpó, me di cuenta de que no valgo nada para él. Desde entonces, no lo he tratado como solía hacerlo, lo que hace que el ambiente en casa sea un poco tenso cuando estamos todos juntos. No obstante, trato de mantenerme ocupada la mayor parte del tiempo.
Me fui a mi cuarto, y me acosté en la cama unos segundos para sentir la tranquilidad que siempre quise… Después de estar unos minutos ahí, tirada en la cama, me levanté y organizó todo para mañana, cuando vi mi reloj de muñeca eran las 2:30 P.M, faltaba media hora para que llegaran.
Me limité a bajar las escaleras para irme directo al primer piso, aún tenía mi uniforme, solamente que sin zapatos, me prepare algo para comer, que tarde 5 minutos en hacerlo y comerlo en otros cinco minutos. Me fui a cambiar por una sudadera grande, un short de pijama, y unas medias hasta los muslos, me cogí una cola alta.
Escuche como abrían la puerta principal, no necesitaba bajar para darme cuenta de que era Alan y Katha.
Escuche pasos subiendo, cerré mi puerta con llave, al momento escuche como trataban de abrir mi puerta, pero no lo lograron. Tocaron tres veces la puerta.
—Leah, abre la puerta… Por favor —dijo Alan.
—¿Por qué la tengo que abrir?—pregunte.
—Necesitó hablar contigo—Respondió, pero negué, aunque él no me pudiera ver, él me conocía y sabía que con esa respuesta no iba a abrir… —Hermanita, Por favor abrirme la puerta ¿Sí? —No lo iba a hacer… No es por nada malo, sino que siempre es así, trata de hablar conmigo, pero sabe que ya no será lo mismo, sería más fácil decir un "lo siento" por entre la puerta, cuando lo haga vamos a hablar.
—Déjame en paz, ya no quiero hablar contigo…—Contesté al fin.
—Por favor Leah, no seas así conmigo
—Alan, mira, te quiero y todo eso, pero simplemente déjame, sabes que tienes que hacer, pero tu orgullo no te deja —Contesté, sentí sus pasos alejarse. Esta es mi rutina diaria, siempre es así.
En la noche recibe un mensaje de Eleanor.
Espero que estés bien, ten cuidado, amiga.
Te preocupas por todo
Ella sabía que siempre pasaba lo mismo, me encerraba unas dos horas haciendo tareas, para bajar y comer sin mirar demasiado a Alan, ya que no se iba a disculpar por nada del mundo.
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Comments
✨💛Isyuris🇻🇪🌻✨
Tampoco das tregua querida, debes dejar q se disculpe a su manera
2024-05-21
1
Lisbeth Valbuena
peleas entre hermanos, siempre sucede, creo que ella es un poco rebelde 🤣🤣
2022-05-27
2
Laura Concepción Dzul González
siempre es común las peleas😅
2022-04-21
0