Capítulo 2

BRUNO

Suena el despertador a las 6.30hs como es costumbre, me levanto a toda prisa, anoche estuve pensándolo y hoy voy a pedirle a Cristina que cite a Soledad. Desde que la vi la semana pasada no puedo dejar de pensar en ella. Sé que no debería, jamás mezcles trabajo con placer decía mi padre, pero algo en ella me cautivo y eso que no cruzamos casi palabras.

Llego a la empresa antes de las 8.30hs... luego de estacionar mi auto saludo a Arturo, trabaja en la vigilancia desde los comienzo, antes que me hiciera cargo de ella. Mi padre lo apreciaba mucho, recuerdo que me dijo:

- modifica cualquier cosa pero no al personal, menos a Arturo, a ese hombre puedes confiarle lo más preciado de tu vida que no te vas arrepentir.

- Tan así padre? mira que eso es mucho decir.

- Hijo a él le debo mucho, por no decir todo.

Nunca lo entendí, y aun hoy no lo entiendo. Pero algún día Arturo tendrá que contestar mis preguntas, mi madre que debe saber se hace la desentendida a mi cuestionario.

Tomo el elevador y llego a mi oficina en el piso 15. Siempre llego antes q el resto del personal. Cristina ya se encuentra ahí.

- Buenos días Cristina, veo que hoy me ganaste, -le digo riéndome de la situación, ella siempre se queja q no puede llegar antes que yo ,

- Buen día señor Carson, como amaneció? Si hoy aproveche que mi esposo llevo los niños al colegio y tome el ómnibus antes,

- Cristina cuanto hace que trabajas acá??

- 12 años Señor, comencé cuando se jubiló mi tía, que era asistente de su padre, y después continúe con usted. Disculpe pero porque lo pregunta?? – de pronto se puso pálida,

- Solo curiosidad, nada de qué preocuparse, - dije para sacarle presión al momento, pero pronto solucionaría su problema de transporte

- Sabe que si hay algún problema con mi trabajo no tiene más que decirlo señor!!!

- Lejos estas en tus pensamientos Cristina. Escucha llama por favor a la señorita Soledad Martínez de la agencia de eventos y haz una cita con ella para hoy a las 16.30 sin falta, convéncela como sea, necesito hablar con ella – veo en su rosto una sonrisa pícara- no es lo que piensas.

- Mmm y que pienso??, perdón por el atrevimiento – su sonrisa se ensancha mas

- Nada déjalo ahí, pero que sea con ella, no con la socia- ahora sus ojos también brillan, creo q no puedo ocultarle nada a esta mujer ,

- Bien señor, así será, y si me permite, la señorita Soledad es muy hermosa y usted merece seguir su vida.

- No sé qué te imaginas Cristina, pero sabes que no puedo pensar en una vida amorosa – aunque me encantaría pienso, pero no lo digo.- ahora continuemos trabajando,

- Sí señor , y disculpe si me excedí en los comentarios

- Jamás Cristina me molestarían, me conoces lo suficiente para hacerlos.

Entro a mi oficina pensando en todo lo que hable con Cristina. Algún día podría seguir, podría volver a confiar? , quizás, pero lo veo muy difícil, todas son iguales…

Llega la hora del almuerzo y Cristina me avisa que baja a la cafetería por si quería que me trajera algo de almorzar, le digo que no, que voy a salir y que regresar a las 14hs para mi otra reunión,

Me dirijo a mi auto y voy a ver a mi amigo Germán, con el estudiamos juntos desde la preparatoria, es como mi hermano. German se casó muy joven y ya tiene 3 hijos, a veces envidio su familia.

Llego a su agencia de autos, al verme frunce el ceño, seguro piensa que vengo a renovar mi auto, pero esta vez no es así.

-Bruno amigo!!! Que gusto verte, ya te canso el color? O esta vez es el tapizado?? –me pregunta en tono burlón, el ultimo lo cambie por q no me gustaban ni el color ni las luces del tablero.

-German, un placer verte! , en mi defensa eran demasiado fuertes!! Y no es que sea exagerado – o si, puede ser que sí, aunque nunca lo voy a reconocer,- pero no esta vez vengo por q quiero un auto para mi secretaria, - su cara pasa de divertida a pícara.

- no me digas que por fin tienes a alguien ¡!!! Gracias al cielo por escuchar nuestras plegarias! -dice emocionado mirando el blanco techo de la agencia.

-no no no. nada de eso baja a la tierra, sabes amigo que no volveré a tener pareja. Pero no hablemos de eso.-digo serio- mi secretaria Cristina hace 12 años trabaja en la empresa, es casada con 2 niños y su marido trabaja en el plantel de obra, pero no tienen auto y, la verdad se merece la ayuda y siguiendo la tradición de la empresa….

-no esperaba otra cosa de vos. Siempre tan caritativo, y aunque te enojes déjame decirte que por favor olvida el pasado, mereces ser feliz. las mujeres no son todas iguales.

-gracias por preocuparte amigo pero nada va hacerme cambiar, las buenas ya no existen – aunque en el fondo creo que puede ser que algo lo haga.

-volviendo a los negocios, que tipo de auto quieres?

- debe ser de mantenimiento económico, y cómodo para ellos , nada ostentoso, pero tampoco que les traiga problemas,

- déjalo en mis manos, mañana en la mañana lo tendrás en la empresa. Algún color en especial??

- genial gracias! los detalles te los dejo a vos. Te paso por mensaje el nombre de ellos así haces los papeles y decime el valor así te hago el pago.

- ok Bruno, así quedamos.

Nos saludamos con un abrazo y me despido. Me dirijo rápido hasta una cafetería por un sándwich, ya no hago tiempo de almorzar. Mientras almuerzo los ojos negros de Soledad me hacen compañía. No puedo esperar para verla. Me asombro por mis pensamientos, no puedo creer que despierte en mi algún interés. No debo olvidarme de todo lo que pase. Nadie más va a jugar conmigo. Nunca más.

Al llegar a mi oficina, le paso los datos a German de Cristina y su marido para los papeles del auto, no puedo esperar a mañana para verles la cara, se lo merecen, son grandes personas.

Miro mi reloj y ya son las 16 hs. Me levanto y me dirijo hacia la puerta,

- -Cristina – llamo al no verla en su escritorio, escucho su voz en el cuarto de fotocopiado,

- en la fotocopiadora señor- contesta rápidamente, me dirijo hacia allá y cuando la veo no puedo creerlo, está sosteniendo con una mano un montón de papeles, mientras con la otra trata de acomodar otros sobre la fotocopiadora.

- perdón señor, pero no puedo dejar esto, me lo pidieron de contaduría de forma urgente!- dice visiblemente acalorada.

- Cristina no habíamos contratado una persona para que se ocupe de las copias de los documentos y planos, y encargos menores?- digo, estando casi seguro q lo hemos hecho,

- sí señor, lo están ocupando en contaduría con los recados y demás, - dice ella un poco incomoda,

- cómo? basta ¡dame esos papeles- le digo ya bastante molesto, - deja todo ahí y que vengan de contaduría a buscar los papeles y fotocopiarlos. Llama urgente al Esteban Lazarte y pásame la llamada. Y pudiste comunicarte con Soledad?

- sí señor, la señorita Soledad vendrá a las 16.30, o por ahí se retazara unos minutos ya q tenía un compromiso previo, pero me aseguró que venía. Ya le paso la llamada con el señor Lazarte. – dice mientras se retira rápidamente.

Voy bastante molesto a mi oficina, ya va a escucharme Esteban. Mi enojo se suma a los nervios por encontrarme con Soledad, no sé por q me pongo así. Solo la vi una vez pero no puedo olvidarme de ella. Si tan solo pudiera volver el tiempo atrás, podría pensar en tratar de conocerla pero deberé conformarme con tener solo una relación laboral. Mis pensamientos son interrumpidos por el sonido del teléfono

− Cristina? –

− le paso con Esteban Lazarte, Señor. – la noto molesta.

− bien, Cristina, paso algo? – consulto

− nada de qué preocuparse Señor, le paso – algo paso, lo sé.

− Esteban buenas tardes, -

− Buenas tardes Bruno, me dijo Cristina q querías hablar conmigo en forma urgente, en que puedo ayudarte?

− Le pediste unos informes urgente a Cristina no? – digo con diplomacia.

− Si, son los informes del supervisor de la obra del supermercado, para rever los costos. Paso algo? – dice sin entender mi llamado.

− No habíamos contratado a alguien para ese trabajo? Digo el de buscar y llevar información de una oficina a otra. – digo siendo directo.

− Mmm, si pero veras, como mi departamento lo necesita más, decidí dejarlo exclusivamente para nuestros requerimientos,- dice lo más tranquilo, y eso hace que me enfurezca más.

− Que??!!!!!!! –grito furioso, - quien te dio derecho a tomar esa decisión sin consultármelo? cuando deje de ser el dueño? Cuando te cedi ese derecho? Contesta!!!!!!-

− No pensé que te molestarías tanto Bruno!! es solo que tenemos la suficiente confianza, después que somos casi primos…– dice el muy basura...

− Eso no tiene nada que ver acá.

La voz de Cristina anunciando la llegada de Soledad me saca de mi enojo. Cuelgo el teléfono sin siquiera despedirme. Ella ya llego.

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