Capítulo 13. Preocupación.

Alexan pasaba sus días tranquilamente, devorando varios libros y comiendo deliciosos platos exóticos.

Por la noche, se quedaba dormido sosteniendo fuertemente las manos del Valery. También ayudaba a Valery a bañarse.

El enuco Min y el general Anul vieron eso y juraron una vez más serle leales.

El enuco Min preparó un refrigerio para la Emperatriz con el corazón lleno de emociones.

Esbozó una sonrisa tan pronto como vio a Valery.

"Su Alteza, ¿qué la trae a la cocina?"

Valery no interactuaba mucho después de la guerra. Simplemente se quedó sola en el dormitorio con los ojos vacíos, como una persona que no podía sentir tristeza, ira, soledad o incluso dolor.

Pasó cada día sin expresión, como si no le importara incluso si muriera.

Aunque oculta, su mente parecía ya estar muerta. Pero ahora la emperatriz había cambiado. Risas, lágrimas, sorpresa, vergüenza, empezó a revelar sus sentimientos al máximo. Sus ojos solían estar apagados y cubiertos de desesperación, a diferencia de la antigua Valery que era bondadosa y siempre sonreía.

"Enuco Min."

"Si su Alteza."

Después de que acepto al joven en si habitación, Valery comenzó a llamar a los cortesanos por sus nombres. Antes de eso, daba órdenes, pero no gritaba sus nombres ni establecía relaciones con nadie.

La emperatriz se había distanciado de las personas que lo rodeaban como si fuera a desaparecer en cualquier momento. Pero ahora era diferente.

“¿Cuándo vuelve Alexan?”

Valerte vaciló y abrió la boca. El enuco Min tenía una cálida sonrisa en los labios.

“él fue al herrero. Creo que volverá pronto”.

Alexan fue a la herrería y le dijo que haría un "un regalo para la Emperatriz".

Fue su primera salida desde que entro en el palacio.

“Han pasado dos horas…”

“Ha estado afuera por mucho tiempo. Creo que pasó por algún otro lugar de paso”.

"Hay mucha gente peligrosa en la plaza..."

Valery estaba preocupada, por si alguien lo reconocía y le ponía las cosas difíciles. Independientemente del género, la edad o el estatus, inventaban rumores.

Además, en las novelas, la plaza siempre fue descrita como la fuente de todo tipo de problemas que conducen a acontecimientos problemáticos.

“No se preocupen, nuestra seguridad es la mejor del continente. Además, Sir Anul fue con el”.

"Bueno…"

"¿Hay algo más que te esté molestando?"

La expresión sombría de Valery se iluminó, por lo que el enuco Min también estaba preocupado.

"Alexan no me dejará, ¿verdad?" Valery continuó expresando preocupaciones, tenía una sombra psicológica de ser abandonada.

Cuando Alexan la ayudó a bañarse por primera vez, dudó cuando le dijo que no la dejara. Fue sólo por unos momentos, pero Valery siguió pensando en ello.

Valery tenía miedo de que algún día el pudiera escaparse repentinamente, que se enamorara de otra mujer y la odiara por ser la Emperatriz.

Su vida fue una serie de pérdidas. Poco después, su madre murió y su padre tambien murió. Luego se enamoro de Hall Anter y lo obligo a entrar al harem, después el la odio y ella le dio su libertad pero el se confabulo con Mongo y causo una guerra solo por venganza.

Valery estaba tan acostumbrada a perder. La desesperación era su vieja amiga.

Pero cuando pensó en que Alexan la dejaría, se asustó y sintió que su corazón se desgarraba incluso si solo pensaba en ello.

El enuco Min sonrió mientras miraba su joven Emperatriz que estaba de pie con la cabeza gacha.

Había una sensación de miedo en los ojos de Valery. Era una señal mejor que su habitual expresión desgastada, aunque sería mejor para él sonreír.

“Su Alteza, no se preocupe. El nunca te dejará”. El enuco Min dijo con confianza.

El enuco había observado a Alexan con atención. El mundo estaba plagado de rumores infundados que rodeaban a la Emperatriz, que era codiciosa de belleza y un jarrón inútil, después de la guerra surgió el rumor de que la Emperatriz era se sangre fría que asesino al hombre que decía amar. . Independientemente del género, la edad o el estatus, inventaban rumores simplemente porque sus acciones de aniquilar dos clanes parecían siniestras.

Sin embargo, aunque Alexan era el general mas honorable de Mongo no se dejó llevar por esos falsos rumores y el odio.

El enuco Min pensó que su lealtad hacia la emperatriz era insuperable, que hombre se quedaría en la habitación de la Emperatriz siendo solo un amante sin titulo.

“¿Debería comprobar cómo están…?” Los ojos de Valery brillaron.

Pronto, cuando el enuco Min dijo que estaba bien, su expresión se iluminó visiblemente.

El enuco se preguntó qué tan preocupada debía haber estado...

Esperaba que los dos fueran felices durante mucho tiempo.

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