CAPÍTULO 3

Rose de inmediato tomó las manos del hombre y las entrelazó con las de ella, sabía muy bien lo que estaba haciendo, así como el hecho de cuánto dolor estaba pasando. Ya que para salvarle la vida, debía quitarle su humanidad en contra de su voluntad; sin embargo, si de verdad el dios del destino quería que ella se involucrara en la guerra de ese mundo, sería egoísta y mantendría al hombre que tanto le interesaba con vida.

La noticia del ataque al campo de refugiados llegó a todo el país, incluso hasta la capital donde estaba ubicada la academia. Fue allí que, una mujer temblorosa, aprovechando la noticia de que su esposo, quien era un profesor voluntario en el campamento, había sido herido a tal punto de casi morir, habló de inmediato con las autoridades sobre su situación de maltrato emocional.

—¿Señora? ¿Por qué no habló antes?—preguntó una de las oficiales mujer.

—Porque mi esposo me obligó a abortar a nuestra hija de ocho meses y me amenazó con matarme—dijo mientras ocultaba su rostro llorando—por favor, ayúdenme, ¡Quiero divorciarme de él!

—De acuerdo—comentó la oficial mientras tomaba su declaración—¿Puede confirmarme de nuevo quién es su esposo, señora...?

—Lía, Lía Smith—respondió ocultando su sonrisa maligna entre el pañuelo—mi esposo es Donatello Smith, es profesor en la academia central.

Después de rendir su declaración, asegurándose que tras lo sucedido con su esposo, apenas es que podía tomar el coraje para hablar, salió de la estación de policía hasta el auto de un "conocido" amigo suyo, el cual aceptó acompañarla y llevarla de regreso a su casa.

Tras estar varios metros lejos de la estación, la mujer se rio con tanta fuerza que le pegó la risa a su copiloto. Estaban regocijándose de la dicha al saber que ahora mismo la policía estaba emitiendo una denuncia por abuso de género en contra de su aún esposo.

—¡Si hubieras visto como la tonta de la oficial me consoló!—expresó riéndose—¡De verdad se creyó aquella mentira!

—¡Eres sorprendente, mi amor!—respondió besándola—a este paso tanto la casa de ese viejo como su dinero, ¡Todo será nuestro!

Lía estaba emocionada, por fin dejaría al cuarentón, obsesivo por el trabajo, de su esposo y se iría con un hombre mucho más joven que ellos. Un chico de 25 años que la amó pese a su edad, por lo que, estaba dispuesta así fuera a mentir sobre algo tan serio con tal de quedarse con todo lo de Don.

El usar algo tan serio como la violencia de género y doméstica, siendo ella una mujer, no era razón para sentirse culpable. Ya que el mundo en esa época estaba haciendo todo lo posible para cuidar de aquellas mujeres que de verdad sufrían aquello, esa sería su ventaja para tener todo lo de su esposo y lo único que tenía que usar era el haber nacido como una mujer.

—Solo espérame, amor—dijo Lía besándolo también—una vez que me quedé con todo lo del viejo, podremos amarnos sin ningún problema.

—Aunque tengo miedo, Lía—respondió el hombre—¿Y si quieres volver con mi tío?

—¡¿Cómo crees que voy a dejarte ir?!—aseguró—¡Tu tío no me merece! Yo solo quiero estar contigo, te lo prometo.

Poco a poco Don pudo la final levantarse de la cama, en la clínica privada de los miembros de la orden. Tras ser atacado en la sala de interrogación, este se despertó con todo el cuerpo inutilizable. Sin embargo, sus compañeros, que lo visitaban, lo miraban con lástima.

—¿De verdad escuchaste lo que dicen del profesor?—dijo una de las enfermeras en la recepción—al parecer abusó e hizo que su esposa abortara.

Aquellas palabras hicieron que Don, quién estaba justo en el pasillo frente a su habitación, casi se desplomara. Aquellas palabras lo sacudieron como si hubiera sido agua fría, haciendo que se sintiera tan mal.

No entendía porque ellas decían aquello, ni siquiera porque su esposa nunca había ido a visitarlo; sin embargo, el jamás me había puesto una sola mano encima, es más, hasta más de la mitad de su sueldo lo destinaba a ella y a los lujos que su esposa quería.

Intentando calmarse, entró al baño para mojar un poco su rostro; sin embargo, al momento de verse en el espejo, aparte de su cabello despeinado o sus grandes ojeras, había una marca en su cuello que lo hizo temblar.

—No...—dijo arañando su cuello—no...no...no

Aquella marca la reconocía, lo sabía muy bien, era la misma marca que los registros mostraban perteneció una vez al último caballero de la primera reina. Aquella marca lo había vuelto en shadowborn, esclavo de aquellos que contenían sangre real en sus venas.

—¡Esto es una mentira! ¡No puedo ser un monstruo!—dijo golpeando el espejo—¡Yo sigo siendo un humano!

—Si te llamas monstruo entonces estás llamando así a la persona que te salvó—expresó Rose entrando a la habitación—no pensé que fuera tan desagradecido.

De inmediato Don salió de la habitación con el corazón acelerado, en frente de su cama se encontraba sentada Rose, quién lo miraba con un rostro para el victorioso.

—¿Por qué no me dijiste que tenías sangre real?—preguntó en un grito—¿Por qué me convertiste en un monstruo?

—Primero, yo también me acabo de enterar de que tengo sangre real...para mi desgracia—exclamó—segundo, porque eres mío ahora. No voy a dejar que mueras.

—¿Sabes lo qué estás diciendo?—preguntó colérico—¡Soy un hombre casado!

—Si, sé que eres un hombre casado—le extendió el periódico—asi como denunciado por su esposa por supuestamente abuso físico y mental.

Donatello tomó con ira el periódico, temblando a más no poder, no podía creer lo que decía ella. Hasta que en efecto, en una de las páginas, estaba el artículo de prensa donde se mostraba la denuncia de Lía, haciendo que su corazón se partiera en mil pedazos.

—¿Por qué?—cayó al suelo llorando—esto es mentira...¿Por qué Lía me denunciaría por algo que no pasó?

Rose por un momento sintió algo extraño, una necesidad desconocida de ayudarlo a levantarlo así como un odio hacia esa mujer.

—Ya he hecho un nuevo trato con la orden—le explicó aun sentada en el sofá—he aceptado unirme a ustedes a cambio que ellos te ayuden a demostrar tu inocencia.

Don no respondió, solo siguió llorando. No le importaba si estaba llorando en frente a alguien o que su orgullo se hubiera lastimado, su corazón roto le pesaba aún más.

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Comments

LiDi.FrancoR

LiDi.FrancoR

ahhh ella es Rose, en la novela de la princesa desfigurada era 3lla quién aparece?. Si es así quiere decir que fingirá amor a Don y sus futuros hijos? ya que en esas novela decía que fingía esos sentimientos y que no los tenía, o similar.
Ahora entiendo mejor algunas cosas, con cada novela que sale se explican mejor otros personajes de otras novelas, está súper interesante y se entiende mejor, espero más capítulos 😃

2023-11-22

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