XIII

-RODRIGO... CÚBRETE... NO TE EXPONGAS. Le gritaba Muriel a su compañero, respondiendo al ataque de los subversivos.

-SON MUCHOS... NO VAMOS A AGUANTAR POR MUCHO TIEMPO. Le respondia al instante que disparaba.

-YA PEDI REFUERZOS... NO TARDARAN. Le respondia Muriel.

-NO...NOOO... CUBRETE. Le grita Rodrigo tirandose encima de Muriel para cubrirla en ese momento su vehiculo estalla en mil pedazos.

(...)

Gustavo se sentia frustrado al no poder hacer nada para salvar a Muriel, veia en camara lenta como se daban los hechos, el murmullo de los presentes los sentia lejanos, no escuchaba lo que le hablaban, se habia quedado paralizado mirando el modo en que todo estallo. Uno de los oficiales se le habia colocado en frente y lo encaminaron a la salida, alguien le habia dicho que lo llevaria a su casa y despues le informarian, eso hizo que regresara a la realidad y exclamara.

-QUIERO IR A BUSCAR A MI ESPOSA.

-SEÑOR PIAMONTE ESO NO ES RECOMENDABLE ... VAYA A SU CASA... DEJENOS OCUPARNOS A NOSOTROS.

-ME NIEGO... QUIERO IR A VER COMO ESTA.

El oficial se frego la frente nervioso, sabia con su experiencia que era imposible sobrevivir a algo asi, pero ante la insistencia del señor Piamonte indico que le coloquen un chaleco antibalas y un casco.

-LO QUE PASE ES RESPONSABILIDAD SUYA... NO PODEMOS ANDAR CUIDANDOLO... HAGA LO QUE SE LE INDIQUE. Le ordeno mientras lo alistaban.

-LO ENTIENDO. Le respondio Piamonte.

Se dispusieron en varios vehiculos para dirigirse al sitio donde paso todo. Al llegar el panorama era desolador. Varios vehiculos habian sufrido daños, algunas personas corrian aterrosisadas, los vecinos cercanos se habian encerrado en sus hogares, cuyos ventanales habian sido afectados. Los bomberos se habian ocupado en apagar el vehiculo en llamas y varias unidades de asistencia sanitaria atendieron a los que salieron afectados, el daño colateral era notorio. Al bajar del vehiculo obserbaron como trasladaban una bolsa negra. El corazón les comenzo a latir de manera acelerada, la cabeza le sumbaba, no querian pensar, solo reaccionaron automaticamente.

-ALTO... DEJENOS VER A QUIEN LLEVA. Ordeno el oficial que se aproximo y con la mano temblorosa corrio el cierre descubriendo el rostro de quien yacia muerto. -POBRE RODRIGO... ERA UN GRAN HOMBRE. Dijo el oficial y Gustavo solto el aire de sus pulmones.

-¿HAY ALGUIEN MAS?. Consulto el oficial.

-NO SEÑOR... LOS HERIDOS FUERON TRASLADADOS AL HOSPITAL MAS CERCANO. Le aviso el de sanidad.

-LOS DEMAS QUEDENSE. Ordeno. USTED VIENE CONMIGO. Le dijo a Piamonte subiendo al vehiculo para ir al hospital.

Llegaron en tiempo record y se encontraron que todos estaban acelerados atendiendo a los heridos, ingresaron buscando a Muriel pero nadie sabia nada de ella, la describieron, enseñaron fotos pero nadie la reconocio de los que estaban ahi.

La intriga y desesperación se adueñaba de sus almas. Mientras el oficial interrogaba a los doctores y enfermeras, Gustavo recorrio el lugar mirando a cada persona que era atendida, camino entre la multitud que destilaba desesperación, desconsuelo por lo ocurrido. Al recorrer unos metros lejos del tumulto en una camilla recostada con los ojos vendados reconocio una cabellera que aunque estaba roja manchada de sangre, la marca en su mano izquierda revelaba quien era. Sintio que le devolvian el alma al cuerpo, se aproximo contemplandola y le tomo la mano entre las suyas.

-BUENAS TARDES... ¿ES USTED ALGUN FAMILIAR?. Le consulto un doctor al aproximarse.

-SOY EL ESPOSO. Le responde.

-MENOS MAL... NO TENIAMOS NINGUNA IDENTIFICACIÓN... PUEDE DARNOS SU NOMBRE POR FAVOR.

-SI... MURIEL VENETO PIAMONTE. Contesto con la vos entrecortada.

-Y USTED ¿COMO SE LLAMA?. Le pregunta.

-GUSTAVO PIAMONTE.

-SEÑOR PIAMONTE... SU ESPOSA SUFRIÓ DE UN GOLPE EN LA CABEZA... Y TIENE CORTADURA CERCA DE LOS OJOS... MÁS DE ESO... SE ENCUENTRA BIEN... AL MENOS A LA VISTA... VOY A RETIRAR EL VENDAJE DE SU ROSTRO... LE HABÍAN PUESTO EN EL SITIO PARA PARAR UN POCO EL SANGRADO... A VER CON QUE NOS ENCONTRAMOS. Comento el doctor retirando el vendaje, en eso Muriel recuperaba la conciencia y Gustavo sintió que le apretó la mano.

-Doctor está reaccionando. Le comenta Gustavo.

-QUE BIEN... MURIEL... SOY EL DOCTOR BRÍSTOL... TU ESPOSO ESTA AQUI... TE ESTOY QUITANDO EL VENDAJE. Cuando le saca pudo apreciar un corte del lado derecho cerca del ojo y otro en la frente cerca del cabello.- LO VOY A LIMPIAR... Y SOLO LA GOTITA LE PONDRE... CUÉNTAME ¿QUĖ SIENTES? ¿ DÓNDE MÁS TE DUELE?.

-Veo nublado... Como si hubiera estrellas... Y la cabeza me retumba. Le cuenta de una manera pausada Muriel y el doctor asiente.

-TE REVISARE LOS OJOS. Le responde, en eso aparece el Oficial que al verla suspira aliviado.

-TENIENTE... QUE SUERTE QUE LA ENCUENTRO. Le dice al verla, ella mantiene la mirada baja, no se sentia de animo, solo atino a preguntar por su compañero.

-¿Cómo esta Rodrigo?. Le pregunto Muriel, él oficial se frego la nuca mirando a Gustavo, inhalo antes de responder.

-RODRIGO... NO LO LOGRO. Fue su respuesta, Muriel levanto la cabeza mirándolo con los ojos llenos de lágrimas, al ver el doctor el color de sus lagrimas se apresuro a revisarla.

-MURIEL... MIREME... DEJE QUE LA REVISE... SUS LAGRIMAS SON ROJAS. Le dijo el doctor, pero ella no podia prestarle atencion la agonia del dolor la invadio por completo, su corazón se acelero, ella poso su mano en el pecho, su respiración se incremento.- MURIEL... RESPIRE PAUSADA... MURIEL. Le ordenaba el doctor pero ella se desvaneció.- EL DESFIBRILADOR URGENTE... PIDIÓ EL DOCTOR. - USTEDES SALGAN... DEJEN QUE TRABAJEMOS. Les dijo a Gustavo y al oficial.

-No podia mentirle... Debia decirle lo que le paso a su compañero. Vociferaba nervioso el oficial.

Gustavo no le prestaba atención, caminaba nervioso expectante a lo que sucedía donde estaba Muriel. Pasado unos minutos salió el doctor con el semblante serio. Miro en dirección a ellos tomo aire y se les aproximó.

-LAMENTO... LAMENTO INFORMARLE...

-NO... NO. Lo interrumpio Gustavo. - QUIERO VERLA. Le pidio. El doctor suspiro pesado.

-La trasladan a la morgue... Despues que complete el papeleo... Pueden retirarla... Debe traerle ropa. Le informo con un tono agudo.

Gustavo sintio que todo le daba vueltas, se sento con las manos atajando su cabeza.

-Nosotros nos ocuparemos. Le aviso el Oficial.

*A Muriel la traslado a la morgue uno de los enfermeros.

-Aqui te traigo un cliente. Le dijo al llegar y el forense estaba comiendo un sanwhichs en ese momento.

-A ver a quien traes. Le responde dejando de lado su almuerzo, se aproximo destapando la figura debajo de la sabana.- Que desperdicio... Tan joven y bella. Exclamo al ver a Muriel.

-Si una lastima... Esta en la lista de donadores... Pero sufrio un paro cardiaco. Le informo el enfermero.

-Bueno... Puede retirarse... Voy a ver que se puede hacer. Le responde. - Jose... Limpia la mesa...Y ayudame a acomodarla. Le pide a su ayudante.

-Enseguida. Le respondio, una vez que estaba acomodada el forense inicio su labor.

-Es una lastima... Se ve que eras muy atletica. Le hablaba a Muriel mientras le saco todas las prendas y la limpiaba. - Aqui hace frio... Pero eso puede que no te moleste.

*Muriel soñaba que estaba en un lugar donde todo era blanco y habia como neblina, corria buscando a Gustavo, lo llamo varias veces, pero se encontro con Rodrigo, corrio a abrazarlo " Te salvaste" le dijo al tenerlo de frente, " Muriel vuelve", " Era parte de mi trabajo" " Fue un honor salvarte" " Haz que valga la pena", le dijo Rodrigo. " ¿Qué quieres decir?" Ella le pregunto desconcertada. " Vuelve Muriel" Le repitito. En ese momento Muriel parpadeo hasta abrir los ojos, al principio vio nuboso hasta que se le aclaro la imagen encontrándose con unos ojos celestes muy abiertos y una cabellera en tono gris, se escucho un fuerte estruendo de instrumentos cayendo al suelo. Ella se incorpora, el poseedor de ojos claros retrocedió tropezando con sus pasos.

-Hace frio aqui. Le dijo Muriel y al mirarse se vio totalmente desnuda, él forense se apresuro colocandole una bata de él.- Porque sangro, le pregunto al mirar su costado.

-Lo lamento... Es que... Te dieron por muerta... Y estas como donadora. Le contaba nervioso, con las manos temblorosas le colocaba una gasa y cinta.

-¿En serio?... Muy poco etico... Es un error grave. Exclama Muriel.

-Yo... Solo cumplía mi labor. Le decia nervioso y la miraba a los ojos.

-¿Sabe si mi esposo esta aún?. Le pregunto.

"Esta casada" " Que pena", pensaba el forense.

-No le sabria decir... Pero deben revisarla... Deje que llame al doctor. Le dice el forense.

-Me da su nombre. Le pide Muriel.

-German Montes... Pero no me va a denunciar o si. Le consulta nervioso.

-No... Solo queria saber el nombre del dueño de unos ojos encantadores, le respondio Muriel solo para que se le quiten los nervios al forense que se le notaban, él le respondio con una sonrisa respirando aliviado, mientras le llamaba al doctor Bristol.

📱DOCTOR BRISTOL... LA PACIENTE QUE ENVIO... ESTA VIVA. Le informa Montes ni bien lo atiende.

📱¿CÓMO DICE? ¿ QUÉ PACIENTE?. Le consulta.

📱LA QUE PARECE UNA BARBIE...

-Muriel Veneto Piamonte. Le susurra al forense.

📱MURIEL VENETO PIAMONTE. Le aclara el forense.

📱ENSEGUIDA VOY. Le respondio dirigiendose a toda prisa ante la intriga de las enfermeras.

Al llegar se freno en el aire mirando sorprendido a Muriel sentada en la camilla.

-DOCTOR... YO ESTABA INICIANDO LA INCISION Y SE DESPERTO. Le cuenta el forense.

-SI YA VEO... ASI QUE... MURIEL... VOY A CONTROLAR TUS LATIDOS. Le dice el doctor nervioso, friega el estetoscopio contra su bata como para calentarlo y le posa en el pecho a Muriel. Luego se coloca en su espalda. - TOSE LO MAS FUERTE QUE PUEDAS. Le pide.

-AL PARECER... ESTA TODO BIEN. Concluye el doctor.

En eso le vibra su celular al doctor y atiende.

📱SEÑOR... ESTA AQUI EL SEÑOR PIAMONTE... SOLICITA VERLO. Le avisa la administrativa que le hacia firmar unos papeles a Gustavo.

📱SI... YA VOY. Le responde y corta.

-MURIEL... ESPERE... ENSEGUIDA REGRESO. Le pide. Ella solo lo mira sin responderle. Al salir el doctor llegaba el enfermero que le habia traido anteriormente a ella.

-Mira aqui trajeron la ropa para que le pongas a la modelo. Le decia al ingresar. Cuando ve a Muriel sentada se le cae el bolso de las manos.

-Gracias. Le respondio el forense aproximandose a él.

-¿Cómo?... N...No lo entiendo. Vocifero nervioso.

-Tranquilo... Bebe agua... No te desmayes aqui. Le indica el forense.

Muriel tomando fuerza se baja de la camilla, probando andar y siente que puede hacerlo, por lo que toma el bolso que le pasa el doctor, al abrirlo encuentra un pantalon elastizado negro y se lo pone, se quita la bata, se coloca una blusa de seda. Ella se vestia ante la mirada expectante de los dos hombres ante ella.

-¿Me veo bien?. Les consulto y ellos asintieron.

- Mi cabello lo siento duro. Les dijo.

-Ven... Tengo un regador de mano para que te lo enjuagues... Es por la sangre. Le comenta el forense.

-Gracias Montes... Es muy amable. Le responde ella.

-Agacha la cabeza en la batea... Yo te hecho el agua... Y tu te lo enjuagas. Le dice en un tono tembloroso, aún no se le pasaba la sorpresa de que ella se desperto.

-Yo... Yo buscare a su esposo. Dijo el enfermero saliendo de ahi.

Una vez que Muriel se enjuago todo, se seco con una toalla que le facilitó el forense.

-¿Te puedo hacer una pregunta?. Le consulto el forense.

-Si... Dime. Le respondio ella.

-¿Qué se siente morir?. Le pregunto y ella lo mira algo sorprendida y a la vez intrigada.

-Pues... Lo unico que recuerdo... Fue que me dijeron que Rodrigo... Mi compañero... Fallecio protegiendome... Él evito que la explosión me afecte... Después me vi en una habitación blanca, había neblina que tapaba mis pies... Era como un sueño... Corrí a buscar a mi esposo... Pero me encontré con Rodrigo... Que me dijo que hiciera algo que valía la pena de haberme salvado... O algo asi... Y luego me acuerdo de ver tus ojos celestes muy abiertos. Le cuenta Muriel.

-Si... Me sorprendiste. Le responde, en eso escuchan una voz fuerte y grave.

-MURIEL. Ella se gira viendo a Gustavo y se dirige a su encuentro abrazandolo.- Fui a traer la ropa para ti... Y me entero que... Volviste a la vida. Le cuenta al oido sin dejar de abrazarla.

-Me alegro de que estes aqui... Todo a sido muy orrible... Quiero ir a casa... Llevame contigo. Le pide ella.

-Claro... Iremos a casa. Le responde Gustavo.

-Antes que nada... Esta ropa es nueva. Le comenta y Gustavo la mira.

-La compre hace un momento... Me quedaba lejos ir a casa y regresar. Le confiesa Gustavo.

En eso llega el doctor. - MURIEL... DEBES DESCANSAR... EVITA ACTIVIDADES QUE TE SOBREEXIJAN... TU ESPOSO ME DIJO QUE PONDRA A TU DISPOSICIÓN LO QUE NECESITES EN SU HOGAR... ASÍ QUE PUEDES IRTE. Le comenta el doctor que había hablado con Gustavo de lo sucedido a lo cual Gustavo le respondió que llevaría a su esposa de ese lugar que comente semejante error y entendía el enojo del señor Piamonte, en unos cuantos minutos sufrió la perdida de un ser amado y ahora la recuperaba, eran demasiadas emociones que procesar, a él mismo le afectaba el asunto.

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