Cavernícola primitivo

Lucia

Daniel.

Las probabilidades de verlo aquí eran altas, pero me aferraba a la mínima posibilidad de no verlo. Él al verme me sonríe y levanta su mano en forma de saludo a lo que hago lo mismo, pero mi sonrisa no creo que se la mas real que he hecho.

-Te estas comiendo a ese bombón y ¿no nos dijiste?- dice Romina.

Negue con mi cabeza.

-Es imposible, ella recién llega de la capital Romi- me defiende Carol. Mi otra amiga se da cuenta de la suposición tan absurda y se retracta,

-Pero aja, ¿Cómo lo conoces?- indago.

-Salía con él, hace como un año- hable lo mas bajito que pude, porque sentí como se acercaba a nosotras.

-Buenas tardes, señoritas un gusto, ¿les gusto la comida?- preguntó amablemente, y si, puede que siga pareciendo un puto Dios griego, pero es o no le quita lo imbécil y mujeriego, pero claro si es digno de ser un Dios griego todos iguales.

-Estuvo perfecto, muchas gracias- dice Romi, admirando la belleza de Daniel.

-Un placer, soy Carol- dice mi amiga y le extiende su mano que él recibe gustosamente - Ella es Romina- de igual manera hace con ella- y ella es...

-Lucia- termina por ella- ya nos conocemos, ¿no es así? - yo con mi sonrisa falsa asiento- soy Daniel, por cierto dueño del restaurante, por si se les ofrece algo mas no duden en pedirlo- ambas asintieron con una sonrisa de tontas en las caras, quedaron flechadas tal y como yo hace un año, pero ese efecto ya no cae en mi.

Antes de irme con las chicas Daniel me pidió que habláramos, fue tanta su insistencia que acepte con la condición que habláramos mientras me llevaba a mi casa, ya que de verdad no tenia ganas de perder mi tiempo escuchando sus excusas, pero me causaba curiosidad de saber que me diría.

Y aquí estamos, en su carro con música mas o menos altas, creo que es de una banda de rock clásica, aunque no tengo ni idea de cual es. Ya casi llegábamos y no me decía nada así que decidí apagar la música con determinación.

-Daniel- dije con suavidad- es hora que me digas lo que me quiera decir- lo mire fijamente, aunque él mantenía su mirada muy fija a la vía.

Soltó un suspiro, uno de tristeza me atrevo a decir.

-Ese suspiro no me ayudara a entenderte- esta vez fui mas suave, y solo porque de verdad vi que le costaba decirme sea lo que sea.

-Quería pedirte disculpa por lo que paso- otro suspiro- pero lo digo en serio. Yo salía con esa chica antes de conocerte. Cuando te conocí, fue algo tan mágico que aunque no quería engañarte, no quería dejar de conocerte y mientras mas te conocía mas eran las ganas de estar contigo- escuché atentamente y debo decir que lo oí sincero, esta vez fue realmente sincero, sé puede notar cuando hablar y ver sus manos como aprieta el volante de los nervios me hacen creer que es totalmente sincero.

-Daniel, yo te perdone, hace tiempo debo aclarar, así que olvídalo nada que no fuera del pasado- intente darlo algo de alivio.

-Lucia... ¿Aún te gusta el chico que me golpeo?.

MIERDA

Eso si vino sin anestesia, ¿Cómo es que sabe que me gusta Theo?

Corrección, me gustaba, eso quedo en el pasado, ¿o no?

MIERDA!

-No sé de que hablas a mi no me gustaba ese chico- intente sonar segura, y obvio lo negaría sin importar que.

-Me pareció que te gustaba, tanto como él de ti- confiesa, no pude evitar reír ante su suposición, es que me parecía un poco ilógica ya que Theo jamás se fijo en mí.

-Ese chico es el novio de mi hermana, así que créeme nunca le guste- seguía riéndome de esta conversación y él soltó una pequeña risa, pero de apenado.

-Llegamos, espera yo abro- iba abrir la puerta, pero no me dio tiempo de reaccionar cuando ya había salido para abrirme la puerta como un caballero, me da su mano y yo la tomo con gusto para ayudarme a salir.

-Como en los viejos tiempos- me dio una sonrisa, una sonrisa que por mucho es la mejor que ha sacado desde que nos vimos, una sonrisa real, una sonrisa que yo devolví- me encanta verte sonreír- ahora se acerca a mí con determinación, tanto que no me dio tiempo de reaccionar y solo eche un paso atrás, pero resbale con el filo de la acera y casi me caigo, si no fuera por los brazos de Daniel que me sujetaron antes de caer.

-LUCIA!- escuche un grito detrás de mi, reconozco esa voz y solo cerré los ojos por un segundo deseando que no estuviera realmente aquí, pero no, no funciono.

Volví a tomar mi equilibrio y me despido de Daniel- Gracias por traerme, pero será mejor que te vayas-  no quería ser grosera, pero es la casa de mis padres y no permitiré un escandalo, además esta vez estoy sola para poder controlar a Theo.

-¿Estas segura?- la preocupación de Daniel no pasa desapercibida, pero Theo no me hará nada a mí, en cambio que él este acá si es un problema.

-¿Es que acaso eres sordo?, te dijo que te vayas- replica Theo antes de mi respuesta, Theo se acercaba con paso firme hasta donde esta Daniel, pero le puso una mano en su pecho y lo detuve, pude escuchar el carro de Daniel irse y no deje de ver a Theo ni un segundo, pero este no me miraba si no veía el carro marcharse.

-Controla tu cavernícola primitivo y deja de golpear todo lo que se mueve- lo fulmine, este no dijo nada solo se limito a mirarme fijamente a los ojos, así que decidí dejarlo solo y camine hasta la puerta.

-¿Que hacías con él?- me detuve cuando estaba por meter las llaves.

-Me lo encontré y se ofreció a traerme eso fue todo- no quería pelear así que dije la verdad y me solté de su agarre.

-Si necesitabas que te buscaran me podías haber llamado, ¿o es que acaso se te olvido lo que paso hace un año?- me soltó sin piedad y con furia como si no pudiera defenderme, como si fuera una niña indefensa y realmente me molestaba su actitud.

No respondí y abrí la puerta de la casa yendo directo a la cocina, para tomar un poco de agua, tratando de no caer en esta discusión.

-¿No lo recuerdas?- insistió, y esa fue la gota que derramo el vaso.

-SI, RECUERDO LO QUE PASO EL AÑO PASADO, RECUERDO TODO EL PUTO AÑO- grite un poco, pero no me culpen este imbécil me estaba sacando de mis casillas.

Y ahora mis recuerdos era mas latentes, recordaba cuantas veces llore por verlo con mi hermana, cuantas veces estuve mal, porque nunca se fijo en mí, las veces que intente por mucho que me notara y sencillamente el nunca lo hizo. Recuerdo todo y es triste solo el hecho de recordarlo.

Pero eso esta en el pasado, ¿cierto?

-No quiero verte cerca de él- sentencio.

-Ja- me burle- estas loco si crees que te hare caso, además ¿tu exigiéndome?, ¿Qué te has creído?- mi sangre hervía de una manera descomunal no iba a permitir que este se saliera con la suya - No soy una niña Theo, y en caso de que vuelva con él, eso no te debe de importar, y deberás aceptarlo, te gusto o no-fulmine con orgullo.

-Tu no volverás con él, de eso estoy seguro- se acerca a mi con orgullo y lleno de seguridad, tanta que me hace dudar.

-Una vez lo amé y puede que vuelva a pasar, ¿no que donde hubo fuego cenizas quedan?- otra vez mi orgullo de vuelta, esta vez no dejaría que mi amor por él derribe los miles de muros que he puesto entre nosotros.

-¿Sabes porque estoy tan seguro de que eso no es cierto?- se acerca mas y mas, me alegra que la encimera nos divida, porque no me sentiría segura sin eso.

-Deslúmbrame por favor- pedí poniendo mis brazos cruzados.

-Por esto- de su bolsillo saca una hoja y la pone sobre la encimera, cojo la hoja y al leerla por unos segundos me doy cuenta que no es cualquier hoja, es una carta y no, no es cualquiera carta, es mi carta, la carta donde escribí mi amor por él, la carta que creí perdida y que ahora está en manos de Theo.

PUTA MADRE

MIERDA.

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