Durante esa semana tuvimos mucho trabajo, también revisaba si el dueño de rojo aparecía.
El fin de semana decidí ir a la playa al lugar donde había encontrado a rojo, miraba el cielo y el mar, los colores del atardecer adornaban el hermoso paisaje, parecía una hermosa pintura. Rojo permanecía a mi lado, corría tras las olas que llegaban a la orilla y comenzaba a ladrar, no podía dejar de sonreír de ver cómo jugaba con las olas del mar.
La noche comenzó a caer, tomé a rojo y caminé hasta el auto.
Me acerqué a mi auto y en el poste de luz, vi un cartel con la foto de rojo, ofrecían una recompensa y había un número. Mire a rojo con tristeza, ignore el cartel lo abrace con fuerza y lo lleve a casa.
Cuando llegue a casa miraba a rojo, caminando por la sala buscando sus pequeños juguetes, me acercó una pelota para qué jugará con el.
Lo acaricié de las orejas.
- No quiero que te marches rojo, te necesito, dije triste.
Rojo me ladraba y me miraba con ternura. Arroje la pelota y me levanté a preparar la cena.
Al día siguiente llegué a la oficina con rojo, mi amiga Rubi, colocó el cartel con la foto de rojo en mi escritorio.
- Tiene dueño, no puedes quedarte al perro.
- Es mi perro y si su dueño lo cuidara bien, rojo no estaría conmigo.
- Ya llame al número, no tardan en llegar.
- ¡Me traicionaste!, le grite furiosa a Rubí
- No te traicione, solo que no puedes sentir cariño por un animal que tiene dueño.
- ¡es mi perro!
- No es tu perro, dijo rubí triste.
- No voy a dejar que se lo lleven, tomé a rojo y mi bolso, estaba dispuesta a no regresar a trabajar en este lugar, lo único que quería era salir con rojo.
Cuando me acerque a la puerta una joven, grito ¡Peludo!.
Rojo ladro y movía la cola.
- Te extrañamos tontito, dijo la joven acercándose a mi y a rojo.
- Es mi perro y se llama rojo, dije molesta.
La chica me miró asombrada.
- Pero su amiga, dijo que encontró a peludo en la playa, yo estaba con mi novio y por un momento perdimos a peludo, dijo nerviosa.
- Mi amiga se confundió, dije molesta.
Peludo salto a los brazos de la joven, ella lo abrazo y acariciaba sus orejas. Entonces entendí que no era mío, que el le pertenecía a alguien más, fue muy doloroso porque pensaba que era un regalo del destino.
- Le pagaré por todos sus cuidados señorita, dijo la joven.
- No quiero su pago, dije enojada.
- Muchas gracias, por cuidar muy bien de peludo. Rojo me miró triste, pero no se bajó de los brazos de la joven.
Estaba triste, me sentía traicionada por mi mejor amiga y por rojo.
Rubí me abrazo y me dijo que lo mejor sería que yo comprara un perro para remplazar a rojo.
Pero no es fácil remplazar a un amigo, por qué eso era rojo para mí, el ya era parte de mi familia.
Me senté en mi escritorio y comencé a trabajar en mi computadora, aunque tenía dolor en el pecho las lágrimas no podían salir, estaba totalmente destrozada así que me enfoque en mi trabajo para ignorar la perdida de rojo.
En la noche salí de la oficina en silencio, mis amigas me miraban pero no se atrevían a decirme algo, escuchaba como todas castigaban a Rubi por traicionarme.
Pero entendí que tenía que soltar a rojo, el no me pertenecía.
Llegué a casa y mire sus juguetes pase de largo, fui directo a la cama. Mi cuerpo estaba cansado y con mucho dolor, las lágrimas salían, me sentía tan sola y miserable. Pensé en comprar otro perro y remplazar a rojo. Pensé que tal vez eso podría ayudarme a olvidar a rojo, formar un vínculo con un nuevo animal.
Me levanté temprano para pasar a la veterinaria que estaba camino al trabajo, me quedé mirando por el ventanal, las jaulas de los cachorros, ninguno era como rojo, algunos eran muy peludos, otros sin pelo.
El encargado de la veterinaria salió y me preguntó si deseaba adoptar un cachorro.
- No los venden, dije asi asombrada.
- No son cachorros que la gente no quiere y nosotros nos hacemos cargo de encontrarles un hogar.
Miraba a los cachorros y sentía lástima por ellos, pero no era lo que yo estaba buscando, como podría darle amor a uno de ellos, si en mi mente solo está rojo, su ladrido, su suave pelaje No podría encariñarme con ninguno de ellos y solo sería como sus antiguos dueños, no iba a cuidar bien de ellos.
- Disculpame, solo pasaba por aquí a mirar, me subí a mi auto y me marche al trabajo.
- Cuando llegue en mi escritorio había una caja de mis chocolates favoritos y una nota con la letra de rubí.
Perdoname, no se que hacer para que me perdones, no tenía idea que estabas enamorada de rojo.
Me senté abrí la caja de chocolates y pensé en rojo.
- ¿Enamorada de rojo?, pensaba
Si creo que si rojo se robó mi corazón, me enamoré de él, de su ladrido, de sus travesuras, de la manera en la que me seguía y me pedía que lo cargará, ame a ese perro en solo unos días.
Rubí se acercó con su rostro triste, la mire y le di las gracias.
Ella me abrazo y comenzó a llorar.
- Tranquila voy a superar a rojo, creo que fue lindo conocerlo, entiendo que tiene dueño.
- Te ayudaré a buscar un cachorro como rojo, dijo Rubí
- Ya lo intenté, creo que no voy a poder sacarme de la mente a rojo con otro.
- A veces funciona con las personas, recuerda un clavo, saca a otro clavo.
- No quiero olvidar a rojo, el era un cachorro muy lindo.
El día siguió su curso, todo volvió a la normalidad, mis amigas y yo nos sentábamos a desayunar, seguía compitiendo con Anahí por los clientes, está era mi vida y tenía que aceptarla.
Hola queridos lectores, se que me tarde en escribir, a veces la inspiración simplemente desaparece, trato de revivir mi amor por la escritura, pero siento que ya di todo lo que tenía que dar, espero está historia les guste no puedo prometer más capítulos, por qué es una historia en proceso, tengan paciencia para esta torpe escritora, saben que todo lo que escribo es para darles un poco de mi imaginación, saludos a las que siempre están leyendo mis novelas, les mando un fuerte abrazo.
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Comments
Rocio Raymundo
Ami si me gusta la novela ☺️ más capitulos
2024-07-06
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