Su pecho seguía unido contra mi pecho, su respiración comenzaba a calmarse después de haber gemido mucho y había gotas de sudor en su frente. ¡Creo que estuvo bien! Pasé mis manos por su espalda y él aún seguía adentro de mí.
¿Hasta que hora huiría? ¿Por que tardaba tanto en salir? ¿Se sentía completo estando así? Creo que este era uno de esos clientes que estaban rotos por falta de afecto en la vida, está era una de esas personas que probablemente sufría en silencio.
—¿Por que no te conocí antes? —Dijo él.
—¡No lo sé! ¿Quedaste satisfecho?
—¡Demasiado!
—Bueno, eso me da gusto. ¿Estás cómodo?
—¡Bastante!
—Creo que eso está bien, pero, lamento decirte que el tiempo se acabó. Es hora de que tomes tu pene y salgas de mí.
—¡Oh! —Ahora parecía estar desilusionado.
—Perdona, es que tengo la agenda llena —guiñe mi ojo derecho.
Comenzó a incorporarse, nuestros sexos desencajaron y me sentía menos acorralada que antes. ¡Podía respirar ahora!
—Si tienes agenda llena es porque eres muy hermosa.
Él no era desagradable. Físicamente era robusto y fuerte. ¡También lo había pasado bien con él en la cama!
—¡Gracias! Más bien, creo que no cobro tan caro, eso eso.
Arrugó su entrecejo, comenzó a vestirse.
—Yo no sabría decir si cobras caro o barato. Esta es la tercera vez en mi vida que estoy con una chica de alquiler.
—¿Las demás cobraron igual que yo?
—Un poco más.
—Entonces así confirmo que si estoy barata.
¿Y que culpa tenia yo? O sea, la neta si soy para alquiler, pero eso no significa que iba a extorcionar a mis clientes. ¡No me gustaba compararme con las otras chicas de alquiler! Solo me conformaba con tener lo necesario para sobrevivir. ¡Eso es lo que yo pensaba!
—¿Eres de por aquí?
—No comparto mi información personal con el cliente.
—Entiendo.
Quite las sábanas del colchón.
—¿Como te llamas?
—¿Planeas querer venir de nuevo para pasar el rato? —No tuve miedo en preguntarle.
Como bien dije, este era uno de esos clientes que solo buscaban afecto. ¡La vida les había tratado tan mal a muchas personas!
—Sí. ¡Me gustó estar contigo!
—Bueno, pues creo que mereces saber algo. ¡Fuiste mi último cliente! Planeo tomar un descanso por varios meses, no más sexo para mí.
—¿De verdad?
—Aja. ¡Hoy fue mi ultima vez en la cama!
—¿Encontraste novio?
Me reí. Abroche mi sujetador, las bragas deslizaron rápidamente por mis piernas y no planeaba vestirme, tenía otros planes.
—¡Nada de eso! Solo que por ahora, pude encontrar una mejor oportunidad para mí.
Parecía que esto le causaba un poco de confusión. ¿Que clase de oportunidad podría encontrar una escort? ¿Cosas mejores para mí? ¡La vida es incierta en ocasiones!
—¿Como te llamas?
—¡Tu primero!
—Braulio.
Abrochó el penúltimo botón de su camisa y acomodo sus pantalones. ¡Cinturón de cuero! Entonces escuché que Monty maullaba, eso me asusto por completo ¿Se salió de su escondite? ¡Lo único que me faltaba! Josué iba a descubrir a mi mascota y entonces, adiós a esta habitación elegante.
—Perdona que sea descortés contigo, pero, ¿podrías irte ya? Necesito ocuparme de algo.
—No te preocupes. Entiendo.
Saco su billetera y me entrego el efectivo.
—¡Gracias!
—¡Gracias a ti!
Asintió. Lo acompañe hasta la puerta de la salida.
—Aunque dices que ya no estarás como chica de alquiler por un tiempo, ¿puedo escribirte de vez en cuando?
¿Eso tendría algo de malo?
—Sí. ¡Escríbeme! Aunque, no sé si te diste cuenta de que no suelo responder rápido.
Pareció desilusionarse más.
—Está bien. Te escribiré, responde cuando puedas.
Cerré la puerta de golpe y salí a la cochera. ¡Que bueno que la cortina metálica estaba puesta! Salí descalza a buscar a Monty y me sentí más tranquila cuando lo vi comiendo sus croquetas.
—¡Canijillo! Pensé que te habías salido de nuestro territorio.
Me agaché a su lado y con mis manos, le di unas cuantas caricias. El minino comenzó a ronronear. ¡Me sentí más tranquila!
—Saldré esta tarde, pórtate bonito.
Entramos a mi habitación, puse un poco de música y entré al sanitario. ¡Era hora de tomar un baño! Chequé la hora antes de meterme a la ducha y ya eran las cinco de la tarde. ¡El tiempo se va volando! Abrí la llave del agua, el vapor comenzó a ascender y Carla Morrison sonaba a través de las bocinas de mi habitación.
...Yo te voy a robar, te voy a secuestrar. Yo te voy a robar un beso…...
El vapor consumía mis tristezas, el agua me acariciaba de forma muy inocente y me sentía un poquito emocionada. Terminé la ducha y tomé una porción de loción para perfumar mi piel. ¡Me sentía bonita! Caminé desnuda por la habitación, fui hasta el closet y tomé un juego de lencería de color negro. ¡Encaje lujoso! Descolgué un vestido de color azul, papá me lo había regalado para su fiesta de aniversario de bodas. ¡Y ahora solo quedaba este rastro de él en mi vida!
—¿Que opinas Monty? ¿Me veo chula? —le pregunté a mi mascota y el gatito se acercó a mí de forma muy cariñosa—. Creo que así me parezco a la Jules de antes.
¿Y como era la Jules de antes?
¿Para que me arreglaba tanto en esta ocasión? ¿Por que un vestido de terciopelo me haría ver más guapa de lo que ya estaba? ¡Tantas cosas que necesitan una explicación!
—Saldré un rato, prometo estar bien.
Acaricié a mi mascota por algunos segundos y la suavidad de su pelaje me hizo sentir bien. ¿Que era esa sensación que recorría en el interior de mi corazón? ¿A donde estaba anidando la soledad en un momento como este?
—¿Quieres que te traiga un sobre de carne? Creo que te has portado muy bien estos días, aunque, la verdad, hace rato me pegaste un susto. ¡Pensé que te habías escapado! Como sea, veré si puedo traerte algo.
Sujete mi cabellera en una cola alta, pinte mis labios con un tono rojo fresa y quise tomarme una fotografía frente al enorme espejo que estaba a un lado de la cama. Agarre mi bolso de siempre y salí de mi habitación. Cerré con llave la puerta.
—¡Jules! —la voz de Josue me causa un caos emocional.
—Hola Josue.
—¿A donde vas tan guapa?
—Iré a cenar.
—¿Con un cliente?
Sonreí, negué ligeramente.
—Eres muy entrometido.
—Pregunté porque me diste curiosidad.
—Aja. Como digas.
—¿No me invitas a cenar?
—No lo creo. ¡Nos vemos luego!
Y lo dejé atrás. Ya eran las seis de la tarde cuando yo estaba caminando hacia la avenida principal. ¡La soledad se había quedado con Monty en la habitación! Ahora era el momento de lucir bien, el juego apenas iba a comenzar.
Vi su auto estacionado en el lugar de siempre. ¿De donde había salido este hombre? ¿Por qué tuvimos que conocernos? Me abrió la puerta del copiloto y antes de abordar, me acerque a su mejilla derecha y plante un beso. ¡Me gane la lotería!
—¡Gracias caballero!
—De nada señorita.
Entré al vehículo. Cerró la puerta.
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Comments
Ely Mercado
esta enredada la novela
2023-11-15
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