Aurora se transformará en una Sirena, a partir de sus 16 años. Es terrible, porque no podrá heredar el trono bajo esas horribles predicciones. Los Reyes ocultaron aquella maldición de todo los súbditos del reino. Las tres Hadas buenas, ya habían dado sus dones y bendiciones, no podían rebatir la maldición de Malaquistá. Muy avergonzadas, así como llegaron, desaparecieron, envueltas en una ráfaga de luz, hacia su mundo mágico y etéreo.
Lejos de allí, en el Reino Obsidiana, una mujer campesina, llamada Eliodora, estúpidamente enamorada de un hombre, se entregó a él. (Ruperto Trevor, ese era el nombre del susodicho), quien aunque no correspondía a los sentimientos de ella, bien que supo aprovechar la oportunidad que se le ofreció, para acostarse en más de una ocasión con la virginal mujer, o mejor dicho, la exvirginal mujer.
Así que Eliodora tramó un plan para engatusarlo, cuando se enteró de que él estaba comprometido, pues se trataba de un rico comerciante, y ella era una pobre campesina, aunque muy hermosa, hay que reconocer. Ella se quería casar con aquel rico comerciante y de esa fácil forma, salir de la pobreza, o eso era lo que ella suponía.
Como les decía, elaboró un plan, haciéndole creer a su amado, que estaba embarazada (Sí, ya sé, es muy trillado, pero que les puedo decir, este es un cuento, otra vez). Ella se había entregado por amor a ese hombre, sabiendo que él estaba comprometido con otra mujer. Ruperto, (el susodicho en cuestión), había viajado hacia otras tierras para comprar mercancía.
Mientras tanto, Eliodora, (toda una aprendiz de villana), buscaba la manera de raptar a un bebé, su impúdico plan, consistía en hacerle creer a su amado, que aquel bebé era el fruto de su apasionado amor, puesto que, a pesar de todos los encuentros de entradas y salidas, que tuvo con Ruperto, nunca logró quedar embarazada.
Para mala estrella de la princesita Aurora, ese fatídico día, la paseaba su niñera Casipea, una mujer ladina, enamorada del apuesto guardia de Palacio: Frodo, (sí, el mismo, el de las Tierras Bajas), quienes no desaprovechaban ninguna ocasión para besarse a escondidas. Esta vez, no era diferente, entre los arbustos de la entrada del Bosque Encantado, disfrutaban absortos de las caricias que ambos se ofrecían, (y ya todos sabemos, que dos adultos lascivos, no se quedarían solamente en simples besos). Así fue, disfrutaron sin parar la dulce miel del amor, mientras descuidaban la carriola de la inocente princesita.
La Bruja Malaquistá, sentada en lo alto de su nube negra, miraba con regocijo la escena, así que, con un solo toque de su básculo, conduce a Eliodora por el camino del Bosque, para que se encuentre con la carriola de la Princesita Aurora.
-¡Vamos mujer, es por allí que debes ir!- hace que unas ramas se opongan a su camino, solamente dejando libre el camino hacia la carriola.
Eliodora desconoce que se trataba de la princesa Aurora, simplemente, se encontraba de cacería por un bebé, y no iba a desaprovechar la oportunidad que se le presentaba en bandeja de plata, para llevarse raptada a la pequeña de un mes de nacida; y así, sin pensarlo, lo hizo.
Huye de allí, la adrenalina y la felicidad la embriagan, y aunque su corazón palpita con furia, corre lo más rápido que sus piernas le permitían, con la niña entre sus brazos, desaparece en el Bosque Encantado, donde tenía un caballo oculto, cabalgando a todo galope, el día y la noche.
Mientras tanto, la niñera y el guardia seguían disfrutando absortos, su encuentro, ¿cómo diriamos..? ¡Del tercer espacio!, quiero decir, del tercer tipo; sin percatarse de lo que sucedía a su alrededor, con la princesita a su cuidado. Cuando terminan su ardiente labor del delicioso. La niñera, Casipea, desvergonzada, sintiendo todavía un cosquilleo entre sus partes, descuidadamente, toma la carriola, y con una gran sonrisa, se dirige al Palacio, sin darse cuenta de que solamente yacía un bulto inerte allí, era un oso de peluche envuelto entre las suaves y mullidas mantas, ¡la princesita, había sido raptada!
Cuando Casipea y Frodo, están próximos a llegar al Palacio, ella se dipone a sacar a la niña de la carriola para alimentarla, es allí cuando se percata de que la Princesita ya no está. Horrorizada por lo sucedido, un frío recorre su espalda, y allí sintió el verdadero terror. Sin nada más que esperar, le informa a Frodo el terrible suceso:
-¡Frodo, la Princesa, no está!-
-¿Cómo que no está?- contesta con terror Frodo.
-¡Debemos huir!- sin pensarlo mucho, grita Frodo, Casipea asiente, temblorosa. Esconden la carriola, lanzándola por un barranco, se escapan por el Bosque Encantado.
Ambos entienden la magnitud del problema en el que están inmersos, serán decapitados sin compasión, puesto que, vease por donde se vea, son culpables de la desaparición de la Princesa heredera. Entonces, ni cortos ni perezosos, se dicen al unísono: "patitas pa'que te tengo", huyendo juntos despavoridos, evitando ser acusados por el rapto de la Princesa.
Al caer la noche, la Reina Dorotea, después de terminar sus labores, se dirige a la habitación de su hijita, se sorprende de no conseguirla en su cuna, empieza a preocuparse:
-¿Dónde está la Princesa Aurora?- pregunta a las doncellas.
-Majestad, no la hemos visto desde la mañana, la niñera Casipea, ella la llevó de paseo, se dirigía hacia el Bosque Encantado- responde una de ellas temblorosa.
La Reina, no duda en sacar las conclusiones que la aterran, "algo no anda bien".
-¿Cómo? ¡Búsquenla de inmediato!- grita la Reina Dorotea, fuera de sí.
La Reina, con gran desesperación, corre y avisa rápidamente al Rey Eriberto de lo sucedido, está muy nerviosa y angustiada, está pensando lo peor.
-¡Búsquen a la Princesa, por todo el Reino!- ordena el Rey, a la Guardia Real.
Los Reyes están devastados, la Reina Dorotea, llora desconsoladamente por la tragedia sucedida, su única y preciosa niña ha desaparecido. Suponen que la niñera y el guardia la raptaron. Colocan avisos por todas partes, con sus rostros dibujados en papel; los cuales, los hicieron colgar por todos lados, son los más buscados del reino Amatista.
Malaquistá, quien observaba lo que sucedía acostada tranquilamente, en su nube oscura, desde lo alto del cielo, mira hacia el Bosque Encantado, observa a Casipea y a Frodo:
-¿No pensarán que los dejaré ir cómo si nada, verdad?- con un rayo atraviesa a Casipea y a Frodo, matándolos en el acto, (hay que recordar que Malaquistá, odia todo lo relacionado con el amor). La Bruja, continuará siguiendo desde lejos, la suerte de Aurora, ayudando en su rapto a Eliodora, y no descansará, hasta que su maldición suceda, como lo tenía friamente planificado; mientras tanto, de ahora en adelante, mantendrá a salvo a la princesita Aurora, después de todo, Malaquistá, es su "Hada Maligna".
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Comments
la propia
🤣🤣🤣🤣🤣🤣
2023-12-03
1
Liz mary
jajaja 🤣😃
2023-10-27
2
Yoba OG
me encanta la nueva versión, gracias autora
2023-09-27
1