CAPITULO 3

—¡Eva!- Grito desesperada al despertar quedando sentada en la camilla.

—Eva, Eva, ¿Dónde estás?—Veo a mi alrededor, mis padres estan junto a mi y mi papá sostiene mi mano. Fragmentos llegan a mi mente vagamente sobre la conversacion con el doctor y sin poder creerlo comienzo a gritar —Ma-mamá, ¿Dónde está Eva?...—Al no recibir respuesta el pánico se apoderó de mi. Luego pregunto a mi padre.

—Papá, ¿Dónde está ella?, di-dile que venga, dile que me voy a enojar si no viene rápido a verme— Un silencio sepulcral invade la habitacion haciéndome pensar lo peor—¿ella? ¿muerta?, debe ser una broma mamá, ella no puede estar muerta, papá por favor, te lo suplico, te lo imploro dile que venga, Ella y yo íbamos a pasar mi cumpleaños juntas, papá por favor— Digo entre lágrimas deseando que esto sea solo una terrible pesadilla.

—¿Mu-murió?—JAJAJA mamá, no estoy para bromas, dile a Eva que venga, o no, mejor dame mi celular, la voy a llamar— Dice Keren sin poderlo creerlo—por favor que el tiempo solo se detenga, por favor... solo quiero que esta pesadilla acabe ya — Dice sosteniendo su cabeza, se golpea una y otra vez para despertar pero nada funciona.

—No, no, no, por favor no ¿porque? no puedo aceptarlo, ella es mi única amiga, es la única que me comprende como mi familia, es como mi hermana, sin ella no puedo seguir...

— El miedo, la impotencia, el dolor, hacen que mi voz se entrecorte, siento como mi corazon se encoge sin dejarme respirar al llorar desesperada y no puedo ver a mi madre claramente porque mis lágrimas me lo impiden— No, no, ella no puede morir, no, mami, por favor, te-te lo suplico, dime que esto no es verdad, por favor, papá, por favor, dime que no está muerta, por favor —Digo y me aferro al brazo de mi padre lo mas fuerte que puedo, mis labios tiemblan, no logro pensar claramente —Papito, por favor, ella-ella está bien ¿cierto?, ¿esta dónde su madre cierto?

—Mi amor, lo siento mucho, lo lamento mi pequeña —Dice mi padre tomando mis mejillas y sus lagrimas caen en mi rostro—Ella ya no está con nosotros mi amor, pero nosotros estaremos contigo siempre, te lo prometo — Dice mi padre mientras seca mis mejillas y me acaricia, pero yo quedo en shock, no lo puedo creer, ella no, cualquiera menos ella, es mi única verdadera amiga, planeamos muchas cosas juntas, ¿Por qué?, ¿Por qué? ¿Por qué ella?—No, ¡No papá!, debí haber muerto yo, debí haber muerto yo, el carro venía hacia mí, ¡Mamá, debí haber muerto yo, no ella!—Digo gritando a mis padres y la presión aumenta en mi cabeza, el oxigeno me abandona por un momento, mi pecho sube y baja; ahora solo quiero gritar, quiero correr, quiero despertar, no, no.

—¡¿Por qué me dejaste Eva?! Prometimos estar siempre juntas, ibas a ser la tía de mis hijos, ¿Por qué te fuiste?, prometimos que cuando estuviéramos ancianas veríamos los atardeceres juntas y recordaríamos nuestras aventuras, por favor, vuelve conmigo—Digo con la poca voz que me sale en medio de un susurro casi inaudible.

—Mi amor ella está contigo, mira, ella siempre estará contigo, tu llevas una parte de ella en ti, e-ella no ha de querer verte sufrir así, amor mío, por favor cálmate, acabaste de despertar, estuviste en coma más de un mes, no te sobre exijas—Me dice mi madre en medio de lagrimas; ver su rostro me rompe el corazón.

—Así es mi amor, además ella está en un mejor lugar, ella-ella está en cielo, debemos continuar—Completa diciendo mi padre.

Observo mis padres y pienso que debo ser conciente con ellos, la deben haber pasado muy mal, sé que no es su culpa y quieren que este bien, pero ahora no puedo, no quiero ver a nadie, quiero estar sola. Me calmo lo mas rapido que puedo, limpio mis lagrimas y trato de sonreir —Papi, mami, e-estoy-estoy bien —Siento que casi no puedo hablar, mi garganta no me lo permite, veo a mis padres borroso, pero aun así me fórzo a hablar

—Por-por favor, ¿podrían dejarme sola?, quiero estar sola, necesito estar sola, por favor salgan, estaré bien, solo... necesito pensar para poder asimilarlo—Miro hacia otro lado, y en mis pensamientos solo tengo fragmentos de mi amiga conmigo, escucho tan clara su voz —Mamá, por favor, enserio necesito estar sola, no se preocupen ustedes saben que sin importar qué el suicidio para mi no es una opción, pero por favor les suplico que me dejen sola, necesito estar sola— Digo con mi voz quebrada suplicando, mis padres solo me ven entendiendo todo, se que quieren acompañarme, pero ahora no puedo aceptarlo.

—bien mi amor, nosotros saldremos a hablar con el doctor y vendremos en un rato, te amamos, nunca lo olvides, y siempre recuerda que estamos muy felices porque Dios nos dio otra oportunidad de tenerte a nuestro lado— Dice mi padre mientras toma la mano de mi madre y se dirigen a la salida.

Los veo salir y observo la habitación en la que me encuentro, me doy cuenta de que tengo en mi cabeza un vendaje pero no siento dolor al tocarme, hay un espejo cerca mío colgado en la pared, trato de lavantarme para ir hacia el pero mis piernas no reaccionan y caigo al suelo con mi mirada borrosa, no puedo alzar mi mirada, mis fuerzas no me dan para más, siento el frio suelo acogerme, me acurruco entre mis piernas y me abrazo a mi misma en aquella fria habitacion en medio de lágrimas.

—No, por favor, por favor, no. Tu no debiste irte Eva, quien debió morir fuí yo —Digo en aquella fria habitación imaginando a Eva al mi lado mientras le hablo —Eva no debiste irte tú, era yo quien debía morir, no tú, tu tenias tus planes claros, querías ayudar a todos, me apoyaste siempre, por favor vuelve, deja que yo me valla en tu lugar, te lo suplico— Digo ahogada en los lágrimas y así me quedo así unos minutos. Luego uso todas mis fuerzas para colocarme en pie, me sostengo de la pared y camino lentamente hacia el espejo, veo mi reflejo con asco, levanto mi mirada y escucho unas voces muy claras en mi mente diciendo; —Muérete, ¡es tú culpa!, tú la mataste, ella no merecía esto, ahora estarás sola, ¿estás bien con eso?, piensa en su madre, ahora todos te odian, TÚ MATASTE A TU HERMANA, TÚ MATASTE A TU AMIGA, AHORA ERES UNA ASESINA...

—Escucho esas voces sin parar, sostengo mi cabeza y tapo mis oidos con todas mi fuerzas gritando una y otra vez; lo lamento, lo lamento, lo lamento.... Quiero gritar y defenderme pero no se como, se que aquellas voces tienen razon, si no hubiera sido por mi ella seguiría viva. Luego veo mi reflejo en aquel espejo en la pared y le doy un fuerte golpe diciendo —Eres un monstruo, ¿Cómo pudiste matar a tu amiga?...—Dejo de hablar, mis nudillos tienen sangre pero no siento nada y lo único que sale es mi llanto en aquella habitación, me dejo caer nuevamente y Coloco mi cabeza entre mis piernas, pero luego escucho claramente la voz de mi amiga sacándome de mi llanto, levanto mi rostro, solo logro ver una mancha, mis ojos no me permiten ver mas.

Creí por un momento que por fin todo habia acabado y había despertado de mi pesadilla pero la voz helada de Eva me dejo sin habla.

—Aquí estas, ¿Qué haces ahí tirada?, ya me mataste, ¿no estás feliz?, ¿estás feliz de saber que deje a mi madre sola?, ¿estas feliz?, desearía nunca haberte conocido, te odio—Escucho su voz tan clara que solo puedo taparme los oídos, y sierro mis ojos lo más fuerte que puedo. —No, no, no era mi intención, por favor perdóname, te lo suplico —Grito y luego escucho un silencio estremecedor, abro mis ojos y logro ver a Eva frente a mí con sangre en su cabeza y rostro quien me habla con una voz muy afligida y triste.

—Mírame, mírame, me mataste, acabaste conmigo, con mis sueños, sabes que quería a alguien, quería casarme, quería ser feliz, pero me lo arrebataste, NUNCA te lo perdonaré keren, eres una asesina —Esa ultima palabra fue un eco que retumbó una y otra vez que aún tapando mis oidos cada vez lo escucho más fuerte.

—Me levanto lo más rápido que puedo, veo como ella se aleja y trato de acercarme pero antes de tocarla se desvanece.

—lo siento, lo siento, lo siento, no quería que murieras —Digo retrocediendo quedando en medio de aquella habitación. El silencio invade nuevamente el lugar, voy hacia mi camilla y me acuesto de lado mientras abrazo mi estomago sollozando.

Tiempo después alguien toca la puerta, no se quien es ya que estoy de espaldas pero incluso si lo tuviera en frente no lo reconocería gracias a mis lagrimas...

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