CAPITULO 04

Gadiel regresa a casa con su hijo, al llegar JEAN recibe la mayor sorpresa de sus 6 años de vida, su madre le hizo un rico pastel de zanahoria, pudo conseguir una pequeña vela que le puso en medio del pastel; él está a feliz por la sorpresa que sus padres prepararon, hasta las mañanitas le cantaron, su madre emocionada le dice. - vamos JEAN, apaga la vela y pide un deseó, hoy es tu cumpleaños número 6, mi pequeño hombrecito.

JEAN apesar de vivir en la pobreza era feliz y realmente no necesitaba nada, para él todo era perfecto, no supo que pedir, ese día solo apagó la vela y recibió el abrazo de sus padres.

Después de comer la rica comida que su madre preparó, su madre le dió un regalo, al abrirlo miró un cambio de ropa; su papá también le entregó su regalo, fue algo curioso un caballito de madera que su padre hizo con sus propias manos.

JEAN estaba feliz, emocionado con sus regalos, cuando su madre le dijo. - hijo tu papá y yo te tenemos otra sorpresa, tu en algunos meses vas a tener una hermana o hermano, dime ¿te gusta la idea?

JEAN puso una enorme sonrisa feliz con la noticia, él realmente deseaba un hermano o hermana con quién jugar, rápido abrazo a sus padres y les dijo emocionado. - me encanta la idea, yo quiero un hermano para poder jugar con él y ayudar a papá con su trabajó.

Los tres festejaron el cumpleaños con alegría, todo parecía ir bien, la felicidad era abrumadora en esa casa, Gadiel solo se dedicaba a su hijo y esposa, mi ntras que Perla siempre estaba al pendiente de su esposo y su hijo, eran tan felices, una verdadera familia unida.

JEAN crecía con valores, con moral, con ética, pero sobre todo con amor, un amor puro que sus padres le daban; a las 10:30 lo acompañaron a su habitación, lo arroparon y dejaron un beso en su frente y mejillas.

PERLA estaba sentada en la orilla de la cama, dejando sus besos en las mejillas de su hijo, en ese momento ella le dice. -JEAN, mi hermoso tesoro, gracias por venir a este mundo y hacernos los padres más felices del mundo, recuerda siempre que nosotros te amamos, que siempre vamos a cuidar de ti, FELIZ CUMPLEAÑOS, MI TESORO.

GADIEL Y PERLA fueron a su habitación, se pusieron sus pijamas, después los dos se recostaron, GADIEL la tomó en sus brazos, acarició un poco su vientre, aunque lo hizo con algo de timidez, en ese momento le dice. -Perla, realmente deseo una niña, que sea igual a ti, así podremos tener la parejita y se muy bien que JEAN podrá cuidarla bien, sabrá protegerla cuando no estemos.

PERLA lo abrazó con amor, le dió un beso apasionado en su boca y después los dos se fueron quedando dormidos, entregados a una felicidad, que solo pedían a la vida que nunca terminará y acompañará a sus hijos.

Eran las 3 AM cuando un fuerte golpe despertó a GADIEL, se levantó alterado y Perla asustada le preguntaba qué pasaba; él le pide que guarde silencio sale del cuarto y en ese momento se da cuenta que alguien golpeaba la puerta, pero no eran golpes normales, eran golpes como tratando de tumbar la puerta, en ese momento que pensó en hablar y preguntar ¿Quien era? Escucha decir.

-solo saca el arma dispararle a la chapa y listo, déjate de tonterías, hay que hacer esto rápido y llevarnos ese niño-

GADIEL escucha la risa de varios hombres y eso no le gustó nada, defender a su familia de uno o tres era fácil, pero no podía con más y menos si estaban armados; iba a regresar a la habitación cuando choca con su esposa, que estaba atrás de él, que había escuchado todo.

GADIEL le tapa la boca para que no hablara o hiciera ruido, rápido la llevó a la habitación de su hijo; lo despertó tapando su boca, le hizo señal de que se quedará callado, con mucho cuidado abrió la ventana que daba atrás de la casa.

Él mira que no hubiera nadie afuera, cuando estuvo seguro que esa gente solo estaba enfrente, sacó a su hijo por ahí y después a su esposa; una vez que los tuvo afuera con un susurro de voz le dice a Perla. - amor, corre con el niño, vete de aquí, yo los voy a entretener, sálvate y salva a nuestro hijo, se fuerte, recuerda que te amo; Perla, mi amor no regreses por mi, solo vete y si salgo vivo, iré a buscarte te lo prometo.

Perla sostenía su mano, lloraba y no quería soltarlo, pero GADIEL retira su mano y rápidamente cierra la ventana, en ese momento pensó en salir del cuarto y atrancar la puerta, cuando escuchó que descargaban la pistola en la puerta.

Varios hombres entraron a la casa, empezaron a destruir todo lo que miraban, primero entraron a la habitación de ellos, destrozaron todo, después entraron al cuarto de JEAN, en el momento que entró el primero hombre lo agarró a golpes hasta desmayarlo.

Tomó el arma que traía, la levantó y apuntó al siguiente hombre que entró, le disparó sin pensar le dió en el pecho; el hombre cayó muerto, lo mismo hizo con dos más que entraron, pero con el siguiente ya no pudo la pistola se quedó sin balas.

GADIEL se hizo fuerte y lo siguiente que hizo fue agarraste a golpes con los siguientes hombres que entraron; los hombres no levantaron las armas, lo agarraron a golpes, pero no fue solo uno fueron 5 contra el solo, empezaron a golpearlos, el primer golpe fuerte fue en los muslos de las piernas, que lo hicieron caer al suelo.

Otro golpe se lo dieron en la boca del estómago, dos patadas en las costillas, hasta que uno de los hombres sacó el arma y le dió un fuerte golpe en el rostro a lado de los ojos en la parte más sensible, más débil, fue un golpe exacto, que lo hizo caer muerto.

Estando en el suelo uno de los hombres vuelve a patear su rostro y saca la pistola, le da tres balazos en la cabeza; los hombres se empezaron a reír, buscaron al niño pero al ver que no había nadie más en la casa, terminaron quemándose, uno de los hombres ordenó volver a las camionetas para buscar al niño.

Perla después de que la venta se cerró, tuvo que hacerse fuerte tomó la mano de su hijo y empezó a correr al pueblo; cuando escuchó los primeros disparos ella pensó lo peor, pero la mano de su hijo la hizo seguir corriendo, pensaba "mi hijo tengo que ponerlo a salvó, no voy a dejar que nada le pase" corrió sin parar, no sintió el cansancio, ni las piedras en el camino, no iban por la calle principal, corrió entre la maleza, árboles, para no dejarse ver.

Fueron casi 40 minutos hasta que logró llegar a la casa de su amiga, tocó la puerta con desesperación hasta que su amiga y el esposo abrieron la puerta; la amiga al verla se asustó, rápido la hizo entrar, la sentó en la sala de su casa y desesperada le dijo. - Perla ¿Que te pasa?, Mira tus pies están sangrando, tu hijo está igual ¿Dónde está GADIEL?

Perla llorando le dice.- GADIEL está muerto, unos hombres entraron a la casa, quieren a mi hijo, por favor háblale a la policía, ayúdame.

La amiga rápido le dice al marido que le marque a la policía y ella se queda ahí consolandola, dándole apoyo; pasaron 15 minutos cuando se escuchó que unos carros se paraba a fuera, en ese momento Perla pensó que era la policía, pero cuál fue su sorpresa cuando escuchó a su amiga decir. -Perla, te tengo que dar las gracias por ser tan tonta y venir aquí, esos hombres ocupan un niño, para su jefe que es un pervertido, mi esposo se metió en problemas, así que teníamos que darle a nuestro hijo; pero yo fui lista y les hable de ti, de tu hijo, de que ustedes no tienen a nadie, un niño fácil de conseguir sin meterse en problemas.

Ellos tienen que llevarse un niño, si tú hubieras huido lejos de aquí, hubiera tenido que entregar a mi hijo; pero la vida es de suerte para mí, por qué terminaste aquí en mi casa, así se los voy a entregar, mi hijo estará a salvó.

Perla se quedó muda al escuchar lo que su amiga le decía, su cuerpo empezó a temblar de miedo, simplemente no podía ser cierto, no podía estar pasándole eso, parecía una pesadilla, un mal sueño y en su mente solo gritaba, por favor despiértame de esta mal sueño.