Capítulo 3

Hoy me desperté con una terrible resaca... Pasé la noche bebiendo. Si tan solo pudiera estar con alguien... ¡No bebería tanto!

Lo peor es que hoy tengo muchas cosas que hacer en la oficina y no puedo retrasarme ni dejar de ir.

Me levanto y voy al baño... Tomo una pastilla para el dolor de cabeza y entro en la ducha. Dejo que el agua se lleve todo el olor a alcohol y luego me arreglo.

Me pongo mi traje, los zapatos y ajusto la corbata...

Cojo mi reloj, la cartera y bajo... La mesa del desayuno ya está puesta como todos los días.

Marta - ¡Buenos días, señor!

Marta es la ama de llaves de mi casa y ha estado aquí durante 8 años... La única que trabaja tanto tiempo para mí, el resto siempre se rinde.

No respondo y ella permanece en su lugar. Me siento en la mesa y ella me sirve el café.

A veces tengo la impresión de que Marta me conoce mejor que yo... El café está fuerte como lo necesito.

Termino mi café y me levanto...

Matteo - ¡No comeré en casa hoy!

Marta - Sí, señor.

Cojo mi carpeta y salgo... El conductor ya me espera con la puerta abierta y entro al auto.

Matteo - ¡Directo a la oficina!

Conductor - ¡Sí, señor!

Fueron 40 minutos hasta la oficina... El conductor estaciona a las 08:00 en punto y entro. Me gusta llegar a esta hora porque no hay mucha gente circulando... Detesto tener que saludar a esa gente.

Quienes me conocen ni siquiera miran a mis ojos cuando paso... ¡Créanlo o no, ya he despedido a personas por saludarme!

No me gusta hablar... ¿Eso es un delito?

Presiono el botón del ascensor privado... Solo Luna y yo usamos este elevador. Ella lo usa más cuando está conmigo. A diferencia de mí, ella es una persona sociable.

El ascensor llega y entro, presiono el número de mi piso y me dirijo directamente a mi oficina.

Cuando llego, mi secretaria se levanta y por su expresión sé que ha pasado algo.

Matteo - Sea lo que sea... ¡No tengo paciencia!

Secretaria - Señor...

Matteo - Mierda... ¿No me escuchaste? Tengo dolor de cabeza y ninguna paciencia... ¡No querrás irritarme!

Ella baja la cabeza y yo entro a mi oficina.

Luna - ¿Cuál es el motivo del espectáculo?

Ella entra justo cuando me siento en mi silla...

Matteo - No estoy bien hoy, Luna.

Luna - ¿Y cuándo lo estás? Jajaja

Matteo - No tengo paciencia... ¡Por tu culpa, me desperté con un terrible dolor de cabeza!

Luna - ¿Culpa mía?

Matteo - Sí... ¡Si hubiera salido con esa atractiva que me lo puso fácil, no habría bebido tanto!

Luna - Jajaja Bebiste porque quisiste.

Matteo - ¿Estás feliz, verdad? ¡Debes haber tenido sexo anoche!

Luna - Cállate y ponte a trabajar... Tus clientes te están esperando.

Matteo - ¿Clientes?

Luna - ¿Te diste un golpe en la cabeza, Matteo? ¡El señor José y la señora Luana!

Matteo - ¡Maldición!

Luna - Llevas meses intentando una reunión con ellos y ahora vas a hacer el tonto que están aquí?

Matteo - ¡Voy!

Cojo la carpeta con la información de su empresa y me dirijo a la sala de reuniones...

Matteo - Señor José... Señora Luana. Disculpen la tardanza.

José - Está bien, joven.

Luana - Una virtud de la edad... ¡paciencia! Jajaja ¿Cómo estás?

Matteo - Estoy bien... ¡Siéntense!

José - Eres muy persistente.

Matteo - No llegué hasta donde llegué sin persistencia.

Sonrío convencido y él sonríe a su esposa...

Luana - Pareces mi esposo hablando cuando era más joven.

Matteo - ¡Entonces eso es un honor!

José - No, querido... Yo era arrogante y prepotente, ¡mi esposa me cambió! Jajaja

Matteo - Lo entiendo... Pero solo dije la verdad.

José - Sí... pero a veces nuestra obstinación nos trae consecuencias. ¡Pero gracias a Dios tenemos el amor que puede curarnos!

Matteo - Jajaja... No tengo nada en contra de quienes creen en el amor. Pero para mí, ¡no existe!

Luana - Eres joven todavía, querido... Aprenderás el significado de esa palabra.

Matteo - No me malinterpreten, señora Luana... ¡Pero eso no es para mí!

José - Yo también solía decir eso, jajaja.

Luana - ¡Simplemente no has encontrado a la mujer adecuada aún!

Matteo - No existe la mujer adecuada para mí... ¡Ella no existe, jajaja!

José - Aún te veré casado y amando a una mujer, jajaja.

Matteo - Sí, casado... Tengo una prometida y nos casaremos pronto.

Luana - Y aun así no crees en el amor...

Matteo - El amor está sobrevalorado... ¡La gente le da demasiado valor a algo tan superficial! Pero volviendo a la empresa...

Luana - Como dijo José... Te vamos a seguir viendo loco de amor por una mujer kkk

José - Sí... ¡Pero vayamos al grano!

Matteo - Sí... Bueno, su empresa es el sueño de cualquier bufete que se precie. Vuestros ingresos anuales son altísimos y hay muchos que quieren aprovecharse de ello. Somos una empresa seria y cuidamos a nuestros clientes. Cuidamos de su empresa como si fuera la nuestra... Ninguna otra empresa hace eso. Sí, soy estricto... Pero soy honesto al 100% y se lo exijo a mis empleados.

Luana - Hemos investigado mucho antes de aceptar esta reunión.

José - Sí... ¡Y viniste muy bien recomendado!

Matteo - Nuestros clientes son nuestro lol de marketing.

José - Sí... Amor, ¡depende de ti!

Él la mira y ella me mira, sonriendo...

Luana - Firmemos un contrato... ¡Pero sólo porque sé que cambiarás de opinión!

Matteo - Muchas gracias... Pero no cuentes con ello kkkk

Les doy el contrato, lo leen y lo firman.

Matteo - ¡No te arrepentirás!

Luana - ¡Estoy segura!

Sonríe y me da la mano...

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