El Encuentro del Amor

Me gustaba ver ese amor hacia mí, traté de no aferrarme a ella. Pero era imposible su inocencia y candor hicieron que cada día me encariñara más con ella.

Volvimos a la rutina cuando se repuso y hoy era día de conservas de frutas. Yo el mejor maestro y con mi mejor alumna. Hicimos treinta frascos de conservas de durazno, membrillo, manzana y las últimas cerezas que quedaban, con la receta de mamá.

Cada día era un nuevo avance. Si ....ya sabía escribir y estábamos ahora en matemáticas, era muy buena sumando y restando. Si tuviera que revisarla un terapeuta diría que su CI era mayor que el normal. Era muy inteligente todo se grababa en su mente.

Y por la misma inteligencia hacia que fuera curiosa y por ende tuve que continuar con la historia de mis padres.

Thomas y Catalina.

La hermana Bernardett se encargó de hablar con la señora Ana Luisa, que se negaba a levantarse.

--Buenas Tardes señora Ward, me dice Catalina que se niega a levantarse.

--Hay hermana y dígame usted cómo podría hacerlo?...miro a mi padre que a su edad es el único positivo de la familia, el que trabaja y trae el pan a la mesa.

--Miro a Francisco y siento tanta rabia que por su maldita ambición, perdón hermana, haya expuesto a nuestra hija, aún en contra de mi voluntad.

--El con sus aires de grandeza obligó a mi niña a casarse con un estafador, mancillandola, ese hombre abusó de mi pequeña.

--Y para coronar la situación él muy confiado le entrega en vida toda la herencia de ambas familias para invertirse y agrandar el patrimonio. --Asqueroso dinero, yo nunca fui rica de niña, pero era feliz. Después papá que asesoraba empresas empezó a acumular riquezas.

--Miro a mi dulce niña y veo su hermoso rostro desfigurado. Todo por querer salvarme, si hubiera escapado no tendría nada y podría optar a alguna posibilidad de que alguien no se fijara en el físico y la aceptara por lo que es. Una mujer maravillosa. Y yo, muerta, no tendría que vivir con ésta culpa. De que vivo gracias a ella, a ese gran costo, y no poder salvarla de ese ladrón degenerado.

--Pero dígame hermana quien la va a querer así?

--Tiene todo para hacer a un hombre feliz, pero ahora quiere estudiar para enfermera, la pobrecita quiere ayudar a la economía familiar y quiere pedir su ayuda para trabajar en el hospital porque no podemos pagar la carrera.

--Pobrecita mi niña.

Y así seguía llorando.

Mi señora Ward, hay alguien interesado en ella

La pobre mujer levantó la cabeza y miró a la hermana.

--Interesado? Cómo para que ? Yo sé que usted no haría nada que la lastime, pero no vaya a ser un hombre que pueda ser su padre? O uno peor del que nos estafó ?

--Él está aquí, y fue a hablar con su marido para que le permita cortejarla.

--Es viejo? Muy pobre ?

--Yo no voy a obligar a mi hija a nada. Ayúdeme hermana a levantar, no vaya a ser que este hombre vuelva a meter a mi hija en problemas.

--Le juro que me divorcio de él y lo echo de la casa

Doña Ana Luisa partió rauda a defender a Catalina, de las garras del "abusador".

Pasó sin mirar ni a la hija ni a su padre.

--Francisco!!

--Escúchame,a mi hija nadie la obligará a hacer nada que ella no quiera.

-- Me escuchaste ?

--Le acabo de decir a él lo mismo.

Thomas estaba saliendo del baño, su nervios le habían hecho transpirar sus manos.

Cuando Doña Ana Luisa lo vió, quedó encantada.

Era el ruso!!!! el que su hija le confesó que amaba, era tal cual ella lo había descrito, grande, de anchos hombros y de un cabello casi claro.

Era el amor de su hija.

--Usted es la Madre de Catalina?

Ahora sí quedó encantada, el acento ruso a español era hermoso en su boca,.

--Con razón, ahora se de donde sacó el cabello y los hermosos ojos.

--Mi Dama, permítame presentarme soy Tomac Silas. Pero mi nombre lo cambié y es Thomas suena más americano que Ruso.

--Le pido su bendición y que me permita cortejar a su hija la señorita Catalina.

Doña Ana Luisa se preocupó nuevamente, la habría visto ? Sería terrible para mí niña verse humillada y despreciada por su cicatriz.

--Usted la vió, señor Silas ?

--Si mi dama y si usted se preocupa por lo del accidente de su rostro. No sé preocupe yo amo a su hija y no me importa mientras me siga viendo como yo la veo a ella.

--Ella es el amor de mi vida y si lo hubiera sabido antes, no lo dude que éstos años no hubieran existido.

--Si mi marido no ha dado su consentimiento, yo se lo otorgo Señor Silas.

--Por favor hágale feliz. Es lo único que me importa.

Don Francisco veía a su esposa de una manera distinta, desde hace años que casi no se hablaban y ahora la veía esperanzada, para él seguía siendo el amor de su vida, sabía que ella estaba enojada y decepcionada de él y lo culpaba por el rostro de la niña.

Thomas le pidió conversar solas a Catalina. Se sentaron frente a la casa y él le pudo contar todo lo que había hecho en estos años, a su vez ella le relató la odisea de estár junto a ese hombre.

--Yo sabía que no sentía nada por mí y que era recíproco. Solo mamá se daba cuenta que era un charlatán, pero papá y abuelito estaban nublados con la labia de ese hombre.

--Tenía tanto miedo y asco. Y...las veces que me tocó, pensaba en tí, perdón por confesarte esa parte, rogaba a Dios no quedar embarazada.

--Pensé en acabar con mi vida, pero fuí cobarde, tenía miedo. Y siempre tenía la esperanza en volverte a ver.

--A mí nunca me importó tu pobreza. Dónde estemos juntos seremos felices y si es una choza al lado de un río, yo seré feliz. Y si tengo que trabajar no me importa, porqué estaré a tu lado y seré feliz.

--Solo necesito que me ames a pesar de ésta fea marca

--Mi Catalina esa marca demuestra lo gran mujer y persona que eres, no te importó el peligro con tal de salvar a tu mamá. Y cada vez que la mire solo veré grandeza en ti y la suerte que me hayas elegido.

--Catalina Ward-Castañeda, cásate conmigo y hazme feliz por él resto de mi vida.

--Yo te amo y prometo cuidarte por siempre.

Las lágrimas de Catalina caían por sus mejillas, pero eran solo lágrimas de felicidad.

El amor y la luz había vuelto a su vida.

Una semana después tocó la puerta y ahí estaba ella más hermosa que el sol, con su sonrisa opacandolo. Su felicidad la hacía brillar más que él.

Con su padres y abuelo de testigo se arrodilló y pidió su mano. Sacó de su chaqueta una cajita, dentro, el más hermoso anillo que el amor podía hacer. Puso en el toda la creatividad que su arte le permitía. Era un pequeño paisaje diminuto. Dónde se podía ver perfectamente una casa y una laguna con pájaros volando todo adornado con un marco de enredaderas con flores.

--Aqui está el anillo que te prometí único y solo para ti.

--Señorita Ward-Castañeda acepte éste anillo en compromiso de nuestro amor.

Catalina solo sabía una cosa, éste era su hombre y solo la muerte podría separarla de él.

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