Mientras nos besamos me levanta, yo rodeé con mis piernas su cintura y me lleva a su cama. Quedando con su cuerpo sobre el mío, se posiciona entre mis piernas, y continúa besándome inmensamente de los labios al cuello, del cuello a los labios...
–Char, sos mi sueño... – me susurra entre besos.
Yo me encuentro en un trance que no puedo explicar, mi cabeza me da vueltas y no es solo el efecto del vodka.
– Y vos sos mi pesadilla más sexy… – confieso.
Empieza a moverse apoyándome su miembr* extremadamente duro sobre mi intimidad aunque aun nuestras prendas estén puestas puedo sentirlo tanto, toca una parte de mí que nunca había experimentado, pero me vuelve loca, me lleva a luna y me trae. Intento no gemir porque me da mucha vergüenza, pero sinceramente no puedo evitarlo, su simple roce me está alterando todos los sentidos habidos y por haber.
– Detendría el tiempo para siempre, en este momento...– mierd@ ¿por qué tiene que ser tan seximente dulce.
La situación no da para más, comenzamos a despojarnos de nuestra ropa con desespero... Aunque la luz está apagada puedo apreciar ese hermoso cuerpo, lo observó desde los pelos hasta los pies... no puedo evitar morderme los labios ante tan excitante vista. Trato de no mirar su sex* pero no puedo evitarlo, es grande y está como piedra. Aunque soy virgen, ya había visto y tocado el de mi ex en algún momento de curiosidad, pero nunca llegamos a más que tocarnos, y este no se puede comparar.
– Carlaaaa...– el igual mira mi cuerpo desnudo, se muerde los labios y observo una dilatación profunda de sus pupilas.–… Charly, sos hermosa— me susurra, y prosigue con besos más intensos que los anteriores.
– ¡Ponételo y ponémela!– Le ordeno sin timidez alguna. Siempre tan sutil y delicada la Carla jaja.
—emm, sí... ayúdame no sé cómo carajo se coloca esto.
–"0.0" — me sorprendo ante su inexperiencia.
—yo tampoco se Tomás— confieso. Ambos miramos la caja y ojeamos rápido las instrucciones, después de un par de intentos frustrados, dónde nos reimos un rato a pesar de los nervios, lo logramos. Que bueno que el fuego no se apagó aún, y dudo que se apague.
—¿querés venir encima mío?—me pregunta.— es que me da un poco de vergüenza yo arriba—Me explica.
—¿eh?... a mí también me da vergüenza estar arriba— le digo, la verdad es que da miedo que me duela más en esa posición, estoy borracha no loca— podemos sentarnos los dos, yo con mis piernas sobre las tuyas, y nos movemos los dos.– Lo vi en un video "educativo" jajaja.
Su cara de preocupación se transforma en una sexy sonrisa de costado…— ¡Dale! Esa es buena—me dice con una mezcla de timidez y picardía.
Entonces nos ponemos en esa posición, es una posición muy romántica... A lo TANGO FEROZ.
Intenta entrar en mí, pero no logra encontrar la entrada. Me da la impresión de que también es su primera vez, mejor no pienso más. Lo ayudó y lo guio donde yo creo que debería entrar ¡¡Bingo!! Si era ahí…
—"sos preciosa"—me dice con su respiración muy agitada sin dejar de mirarme y sin separar nuestras frentes.
—...mmm, vos también, sos un pecado Tomás.—… UPS!! ¿De dónde salió eso?
"Carla borracha perdida no vas a escaviar más"– me reprimo a mi misma.
Seguimos basándonos con hambre, empuja su cuerpo hacia delante y logra pasar la barrera de mi intimidad…
—"ay"— solté un quejido de dolor y podría jura que él también, tiene una expresión de molestia. Nos quedamos unos segundos unidos, sin decirnos nada, solo escuchando nuestras respiraciones superagitadas y delicadas caricias que encendían el momento.
— no aguanto más, necesito moverme— dice suplicante, y comienza el vaivén de nuestros cuerpos.
Aunque sentí un poco de molestia al principio, con la anestesiada de alcohol que tenía no pasó mucho tiempo en que ya no sentía nada. O sea nada de dolor, porque estaba descubriendo otras sensaciones... hormigueos en mi vientre y una presión satisfactoria en mi compañera que me estaban volviendo loca con cada movimiento.
Él empezó a gemir y a gruñir cuando nos movíamos hacia adelante y atrás totalmente sincronizados, mientras que mis gemidos pasaban a parecer uno que otro grito, totalmente involuntarios yo ya no tenía poder sobre mi misma...
– faaa, esto sí que es único– expresa entre jaleos.
Estábamos abrazados, eso fue hermosamente romántico...
No sé cuánto tiempo pasó, calculo que unos 10 minutos... Y aunque éramos inexpertos, había una desesperación que provocaba que a final nuestros cuerpos actuaran solos por la inercia del deseo de llegar a algún lugar.
–... siento que voy a explotar– Le digo sin saber con exactitud que me estaba pasando.
Fue entonces que sus movimientos y los mios se volvieron más fuertes, profundos y rápidos. Hasta que sentí ese colapso en mi intimidad, en todo mi cuerpo.
– ¡dios! – dice él.
La sensación más adictiva que pude haber sentido en mi vida llegó hasta mi cerebro, me temblaban las piernas y empape a mi compañera, "supongo que esto es un orgasm0", pienso...
A cabo de unos segundos, Tomás empujo mucho más profundo su sex0 contra el mío, como si quisiera partirme a la mitad, sus manos pelliscaron fuerte mis gluteos, entonces me di cuenta que logro eyacular él, y yo volví a sentir un orgasmo más intenso que el anterior... Fue descomunal.
Las palabras estuvieron de más, nos acostamos en la cama exhaustos... todo me daba vueltas no podía ni pensar, estaba muerta de cansancio… Cerré mis ojojos y me dormí apoyada en su brazo.
FIN DEL FLASHBACK
Sinceramente hace mucho no recordaba ese fugaz acontecimiento, ahora que lo pienso bien, parar ser mi primera vez no fue tan malo, incluso bastante excitante, al menos los flayes que logro recordar...
¿ Qué paso después?...
Si mal no me acuerdo, me despertó una llamada desesperada de Lola porque mi madre la había llamado buscándome y la muy "inteligente" solo le dijo que yo me había quedado a dormir en su casa porque estaba ebria. Definitivamente, no fue la mejor idea, ya que el castigo me lo comí igual, pero al menos me cubrió.
Recuerdo que Lola habia creido que yo me había ido con un chico que me gustaba, él tocaba en una banda y al parecer había llegado a la fiesta en medio de caos... La verdad ni lo vi. Cuando nos vimos esa misma tarde le tuve que contar la verdad.
También recuerdo que me quería matar al ver a Tomás durmiendo casi desnudo a mi lado, por lo menos tenía el bóxer y yo únicamente la remera grande que me había prestado ¿en qué momento nos pusimos esas prendas? Ni idea, hasta dónde recuerdo no teníamos nada de nada cuando me dormí. En fin después lo desperté con toda la furia del mundo...
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