CAP 3
Al día siguiente Norman fue por ella y por Erick, ella traía uno de los vestidos que Norman le había enviado esa mañana, traía uno verde esmeralda, con aretes a juego y un chal de piel en combinación con el bolso y los zapatos, su cabello caía en cascada sobre sus hombros y su maquillaje discreto la hacía parecer a la misma Afrodita.... Norman había quedado atónito con semejante belleza.
- Verdad q luce hermosa? - le sugirió Erick
Norman trago en seco...
- Sí, realmente te ves, ufff...te ves muy bien
- Gracias a ambos
Luego de esto se dirigieron a la mansión de los Blakelys
- Mamá, mira q enorme casa...- dijo Erick anonadado por tanta fortuna - la de tus sueños queda chica delante de esta
- Erick por favor, comportarte
- Perdón mamá, lo siento Norman
- te perdono si luego me cuentas como es ese sueño - y dicho esto guiño un ojo al joven q no pudo evitar sonreír
Una vez en el hall de la mansión fueron recibidos por un mayordomo muy elegante quien los invitó a pasar hasta un salón muy glamuroso.
- Bienvenidos a mi casa - les recibió el señor Blakely quien estrechó la mano de Norman y besó la de Cristina. - Ella es mi esposa Alis
Una vez q presentó a su señora y está beso en ambas mejillas a Cristina, pidió al mayordomo servir unos tragos con un ademán
- Whisky Norman?
- Por favor - respondió muy Cortez aceptando la copa.
- y bien Cristina, que tiempo llevan de casado?
Los ojos de la señora Alis se clavaron en la figura de Cristina, que sin perder la compostura dijo
- Diez años señora Blakely
- Oh por favor! - hizo un gesto de rechazo con la mano izquierda - llámame Alis, lo de señor déjelo a mi esposo - y comenzaron a reír.
- Y Norman, como me dijiste que conociste a tu esposa? - preguntó el señor Blakely
Norman dió un sorbo a su vaso y luego de forma cariñosa miro a su "esposa"
- Fue una tarde del mes de mayo, yo cenaba en un restaurante y ella estaba allí, toda luminosa..me le acerqué y acepto mi compañía, desde entonces estamos unidos
- vaya! - exclamó con asombro Alis - que románticas palabras, se ve que se aman...
Cristina no pudo evitar sonreír y sonrojarse a la vez, disimuló un poco pero las preguntas de los señores Blakely eran dardos cada vez más peligrosos.
- entonces ya eras madre cuando conociste a Norman?
- sí, ya tenía a Erick - miró con ternura a su adolescente hijo.
- eras madre soltera tan joven...imagino que debiste interrumpir tus estudios
Cada vez era más la curiosidad de Alis
- Si, estudiaba el primer año de enfermería en la universidad cuando me embaracé y opté por ser madre.
- que hermosa decisión, yo aborrezco el aborto, estoy definitivamente en contra.
En ese momento el mayordomo entró a la sala para avisar que la cena estaba lista en el comedor el cual no era menos lujoso que el primer salón
La vajilla de porcelana china en orden sobre la mesa y cubiertos de plata a ambos lados de estas.
- Mamá, hay muchos cubiertos - murmuró Erick
- tu solo has lo que haga Norman.
- Ok
Tomaron asiento a la mesa y mientras se servía el entrante continuaron con la conversación
- Norman - le habló el señor Blakely - porque decidiste ser abogado?
- Por mi padre señor Blakely, teníamos un gran rancho en Houston, pero mi hermano lo dejó perder, mi padre era ya mayor y no pudo defenderlo... así que cuando terminé la preparatoria recibí una beca deportiva y comencé mi trayectoria en la abogacía.
- Cristina, no has pensado en retomar tu carrera?
- gracias - se refería al señor de servicio que servía la cena, tras la pregunta miró a Alis y luego de unos segundos respondió - No podía entonces y no puedo ahora señora Alis
- pero porque no? Norman acaso te lo prohíbe?
- oh no - se apresuró a decir - Norman no me impide nada en esta vida, es muy complaciente conmigo y mi hijo y siempre nos apoya en las decisiones... pero en estos momentos no puedo retomar mis estudios, es todo.
Alis no entendía, pero no insistió en el asunto
- Y ustedes señores Blakely, tuvieron hijos? - pregunto Erick
- No - miró Alis con tristeza a Erick - la vida no nos dió ese privilegio.
- Ah, perdone la pregunta - bajo la cabeza tras la respuesta de Alis algo avergonzado
- No pasa nada, Fred tiene un sobrino que criamos como un hijo y nos ha llenado de orgullo.
Apretó este la mano a su esposa y la miró tiernamente
La noche pasaba sin contratiempos, de vez en vez una pregunta algo incómoda, pero siempre de acuerdo Norman y Cristina en su respuesta.
- Fue una noche muy agradable señor Blakely - se despedían en la puerta principal - muchas gracias por invitarnos a su casa
- la cena estuvo deliciosa señora Alis - hizo referencia Cristina - muchas gracias por todo.
- para nosotros fue un placer Cristina, eres una excelente compañía - dijo Alis estrechando entre sus manos las de la joven - la verdad es que Norman es más que afortunado al tenerte...
- lo mismo opino yo - le interrumpió su esposo con una enorme sonrisa
- Si, la verdad es q soy muy afortunado - sonrió al observarla
- Fred no exageraba sobre ella, gracias por venir.
Y luego de besos y apretones de mano se retiraron
Norman condujo hasta la casa de Cristina, dentro del auto había demasiado silencio hasta que Erick lo rompió
- Fue muy agradable la cena de hoy, todo salió bien mamá
Norman miró por el espejo retrovisor
- Sí, tal parecía que éramos verdaderamente una familia
- sería lindo - dijo Erick pensando en voz alta pero cuando vió la mirada de su madre se movió nervioso en el asiento trasero del auto - solo dije que sería bonito tenerla.
Norman observó la reacción de Cristina, estaba tensa y pálida, al parecer no era un tema muy cómodo para ella.
Llegaron a la calle donde vivían y el auto de Norman se detuvo delante de un viejo edificio de condominios. Se apresuró a abrir la puerta para Cristina quien ya la había abierto y la ayudó a bajar del auto.
- Muchas gracias - cerró trás ella puerta y Erick anduvo unos metros para dejarles intimidad. - fue muy agradable la cena de hoy.
- me gustaría repetirlo Cristina, pero solo nosotros tres...- espero respuestas y al no obtener ninguna fue más directo - ¿Te parece bien si los invito a cenar mañana?
- Norman, no creo...
- Por Favor Cristina, no te niegues. - le interrumpió
- Está bien, podemos cenar juntos mañana, pero luego que regrese del cine, es tiempo de pelis con mi hijo
- Perfecto, yo los puedo acompañar - tras la mirada de Cristina rectificó - si no es mucho pedir, me gustaría acompañarlos.
Cristina dejó escapar un suspiro de obstinación.
- está bien Norman, puedes acompañarnos.
Norman se despidió muy feliz de ambos y luego se marchó en su auto último modelo.
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