CAPITULO 16

Boda.

VALERI CARRASCO.

El día de la boda llegó, me miró en el espejo y no lo puedo creer, me caso nuevamente con el hombre más especial que he conocido y esta vez estoy consiente de lo que voy hacer, lo amo tanto, mamá me mira con lágrimas en los ojos.

- Hija estás hermosa, gracias por dejarme entregarte hoy.

- No llores mamá.

- Hija solo te falta algo, ponte este collar no es el más caro, pero fue el que use en mi boda con tu padre y tu abuela también lo uso ha estado en nuestra familia por años y es hora que lo uses, es lo único que conservo.

- Gracias mamá, no sabes lo valioso que es para mí. (llorando)

- Hija no es nada, y no llores vas a dañar el maquillaje y tu marido debe estar impaciente.

Mientras en el lugar de la boda.

Todos estaban esperando a Valeri, Timoteo estaba muy nervioso, pero trato de mantener la calma, Rosa estaba junto a Karina, eran las damas de honor, ella vio llegar a Vladimir y su hija y puso los ojos en blanco, él había dejado muy mala impresión en ella, Franchesca corrió a sus brazos feliz al verla.

- Hola rosita estás muy hermosa, verdad papá.

Rosita se sonrojo por su comentario y desvió la mirada intentado ocultar sus emociones, ese hombre inesperadamente la ponía nerviosa.

- Si hija está muy hermosa, me gustaría aprovechar para disculparme con usted fui muy descortés.

- No sé preocupe señor no pasa nada.

Timoteo al verlos hablar se sorprendió un poco, levanto una ceja, se conocen?

- Si primo, ayer tu cuñada salvó a mi hija de una mala jugada que me hizo Bianca, pero ya me encargaré de ella.

Timoteo asintió, en eso momento solo quería ver ingresar a su esposa, así que no les prestó mucha atención a las miradas de Vladimir sobre rosita, después de esperar unos minutos la música nupcial comenzó a sonar y todos tomaron sus puestos.

Valeri hizo su aparición y Timoteo se quedó boquiabierto al verla, ella lucía fascinante y el embarazo la hacía ver más encantadora, cuando llegó al lado de Timoteo este le dio un tierno beso y le susurro al oído (te ves hermosa) ella se sonrojo y tomo su mano.

El sacerdote empezó la ceremonia, al momento de poner los anillos y decir sus votos, Timoteo estaba tan nervioso que no encontraba los anillos y todos se rieron de su torpeza.

Yo Timoteo Vladimovith, me entrego a ti Valeri Carrasco en cuerpo y alma, para caminar a tu lado y dormir en tus brazos, para ser alegría para tu corazón y alimento para tu alma, para aprender de ti y crecer contigo, incluso cuando la vida nos cambie a los dos. Te prometo reír contigo en los buenos momentos y llorar junto a ti en los malos. Prometo respetarte y tener mil aventuras contigo e intentar hacerte feliz cada uno de los días del resto de nuestras vidas.

- Yo Valeri Carrasco, te amo incondicionalmente y sin dudas en mi interior. Prometo amarte, respetarte y confiar en ti cada día. Como familia, crearemos un hogar lleno de aprendizaje, risas y amor. Prometo trabajar contigo para crear y desarrollar una relación de igualdad, conociéndonos y construyendo una vida que será mucho mejor de lo que podríamos imaginarnos. Hoy te elijo para que seas mi esposo te acepto como eres y te ofrezco todo lo que soy como respuesta. Te cuidaré, te atenderé y compartiré contigo todas las alegrías y las adversidades que la vida nos ponga en nuestro camino, desde ahora y durante el resto de los días de mi vida.

-

Después de esa declaración el lugar estallo en aplausos y sin esperar la orden del sacerdote Timoteo beso a Valeri.

Al terminar todos pasaron al salón donde se sirvió el banquete y seria la fiesta, el lugar estaba muy bien decorado, estaba lleno de invitados, Valeri estaba agotada por ir de un lugar a otro saludando a los invitados.

Dejó a Timoteo con los invitados y se escapó del lugar para tomar un descanso se sentó en un rincón, pero noto algo inusual, su hermana parecía discutir con alguien, se acercó un poco y el hombre la beso, ella se tapó la boca por la sorpresa e intento no hacer ruido para no interrumpir, pero Timoteo la abrazo por la espalda y le susurro al oído.

- Amor qué haces aquí, te estado buscando.

- Silencio, dime algo quién es ese hombre, mira la está besando a la fuerza.

- Timoteo siguió su mirada, es mi primo Vladimir no lo recuerdas porque solo lo viste una vez.

- Pero desde cuándo se conocen no entiendo nada.

En eso Rosita le da una fuerte bofetada y sale corriendo.

- Ves tú hermana sabe defenderse sola no te preocupes.

- Amor, pero tu primo no está casado con Bianca.

- No, es más Bianca secuestro a su hija y tú hermana la encontró.

- Ahora entiendo cómo se conocieron, ella me comento algo ayer que llego del centro comercial, pero omitió ese detalle.

- Ves, deja que ellos resuelvan sus asuntos más bien porque no vas a cambiarte el avión nos espera.

- Tan pronto nos vamos.

- Si, ya no quiero estar aquí, ve yo me encargo de despedirme de todos.

- Pero me preocupa mi hermana a pesar de nuestras diferencias la quiero y no quiero verla sufrir y menos que entre en un triángulo amoroso.

- No es porque sea mi primo, pero Vladimir no es mala persona así que deja de preocuparte y para que estés más tranquila yo hablaré con él.

- Gracias amor por eso te adoro.

- Y yo a ti, ve a cambiarte deja todo en mis manos.

Timoteo fue a buscar a Vladimir y lo encontró fumando.

- Mira nada más, porque esa cara.

- No empieces Timoteo no estoy de humor.

- Y quién no con semejante cachetada, soltó una carcajada, mi cuñada si que me impresionó.

- No te burles la condenada golpea duro.

- Valeri está preocupada, los vio y cree que vas a lastimar a su hermana, así que, si no quieres nada serio, te recomiendo que la dejes en paz, mi mujer es peor que ella así que ten cuidado.

- No te preocupes no pienso lastimarla, me conoces no suelo jugar con las mujeres.

- Eso espero no quiero tener que golpearte por mi esposa.

- No seas idiota, apenas la conozco hace un par de horas y ya ustedes están pensando en boda.

- Solo te advertimos, no la lastimes.

Valeri después cambiarse el vestido, bajo a despedirse de sus hijos, los encuentra felices jugando con la prima, la hija de Vladimir, los llena de besos incluyendo a Franchesca, mis niños los voy a extrañar tanto, salio de la habitación y se cruzó con rosa que iba distraída y tropezó con ella.

- Rosita, adónde vas con tanta prisa.

-Lo siento Valeri, no me siento bien, voy a mi habitación a descansar un poco.

- Sabes que puedes decirme lo que sea.

- Tranquila, no pasa nada, más bien baja tu marido te espera.

- Lo olvidé, debe estar esperando, pero me distraje con mis hijos y la hija de Vladimir que estaba con ellos, es un amor esa niña, lástima que no tiene mamá es tan pequeña.

- Así es, es una niña muy linda.

- Bueno, me voy mi esposo me espera seguro que no te pasa nada, te noto triste.

- Si, ve tranquila y disfruta tu viaje.

- Gracias, nos vemos, pero por favor si necesitas algo no dudes en decirme, sabes que te quiero mucho y cuentas conmigo para lo que sea.

- Lo sé, pero te aseguro que no pasa nada.

La veo irse y podría jurar que estaba a punto de llorar, la voy a dejar por hoy, pero a mí regreso le doy un empujón, me parece que ella y Vladimir serían buena pareja, no sé cuánto tiempo vamos a estar de viaje y no sé adónde vamos, espero que mi esposo me sorprenda está vez.

MIENTRAS ROSA.

Rosita se encerró en la habitación, estaba muy confundida por todo lo que había pasado, toco sus labios al recordar el beso, estaba perdida en sus pensamientos y alguien llamo a su puerta.

- Adelante.

- Disculpa Rosa por molestarte, pero necesito hablar contigo.

- Porque estás aquí, yo no tengo nada que hablar con usted.

- Yo sí, te quiero ofrecer una disculpa por lo de hace rato, no quise ofenderte y te aseguro que no vuelve a pasar.

- Eso espero, ahora váyase de aquí no quiero volver a verlo.

- En eso no puedo complacerte, recuerda que somos familia.

- No, es familia de mi hermana no mía, además apenas ella regrese me voy a mi país.

- Eso ya lo veremos.

Vladimir salió de la habitación sin mirar atrás, pero no pensaba dejar las cosas así desde que la vio esa mañana algo en su interior le dijo que esa mujer tenía que ser suya y después de besarla apasionadamente comprobó que le gustaba más de lo que estaba dispuesto aceptar.

Recuerdo.

- Rosa puedo hablar con usted.

- Para que, no creo que haya algo de que hablar entre usted y yo.

- Solo escúchame un momento, me acompaña a un lugar menos ruidoso.

- Está bien, si no tengo otra opción.

- Vamos a un lugar apartado del salón de fiestas.

- Bueno ahora sí, que es eso que quiere decirme.

- Primero ofrecer disculpas yo me equivoqué al pensar que usted le había hecho algo a mi hija, como comprenderás mi primo y yo no estamos en buenos términos y más después de que mi mamá participó en el secuestro de Valeri.

- Que, cuando estuvo mi hermana secuestrada.

- No lo sabías, creo que cometí una indiscreción.

- No sabía nada, debe ser porque mi mamá estuvo muy enferma, mi hermana nos lo oculto.

- Bueno, lo importante aquí es qué quiero disculparme y pedirte que iniciemos de ceros.

- Bueno, disculpa aceptada y si me disculpas regreso a la fiesta.

Vladimir la tomo del brazo y sus miradas se cruzan.

- No te vayas todavía.

Ella se quedó en silencio y se perdió en esa mirada, él no pudo contener el impulso y la beso, al principio fue lento, pero poco a poco profundizó, el beso se volvió apasionado, ella por su parte estaba aturdida, pero disfruto el beso, para ella fue el mejor beso que le habían dado, cuando reacciona del trance en el que se encontraba lo aparto de golpe y le dio una fuerte bofetada, aprovechando la distracción salió corriendo, Vladimir se sobó la mejilla y sonrió victorioso, eso había sido un avance muy bueno, estaba seguro que a ella le gusto el beso tanto como a él.

Fin del recuerdo.

Vladimir recordó lo sucedido y no pudo evitar reír, llego por su hija y salieron de la mansión, en todo el camino de regreso no dejo de sonreír al recordar a rosa temblando en sus brazos.

- Papá que pasa porque sonríes.

- Nada hija, solo recordé algo.

- Papá puedo volver a jugar con mis primos y a ver a Rosita.

- Hija te prometo que mañana puedes volver yo mismo te voy a traer a jugar con los trillizos.

- De verdad papá.

- Claro hija, de ahora en adelante visitaremos más a menudo a tus primos.

Los novios.

Las damas de honor Rosa y Karina

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