La Historia Del Perro Del Alfa
Me presento, mi nombre es Darcy Owen, tengo 26 años de edad y soy médico, trabajo en el hospital de una base militar.
Este trabajo no fue un trabajo que consiguiera por mis propios medios ya que mi padre me ayudó a conseguirlo y ese hecho al principio no me hizo tener muy buena reputación aquí en la base entre los médicos.
Pero esta bien, la paga es buena y la carga de trabajo no es tanta, así que me quede y ahora todos se acostumbraron a mi.
Sé que puedo parecer un hombre normal, pero realmente no lo soy, soy un hombre lobo y vivo entre los humanos, sé que lo normal sería que buscara un empleo en un hospital para hombres lobo, pero no lo hago debido a que estoy acostumbrado a convivir con los humanos y al hecho de que buscar un nuevo trabajo haría que cambiara mi modo de vida drásticamente y tuviera que mudarme de lugar, tampoco sabría donde más encontrar empleo.
Reconozco que ser médico hombre lobo en un hospital humano me da ventajas, ya que soy más resistente para las extenuantes horas de trabajo y tengo mejores habilidades que muchos médicos, así que me consideran un buen empleado y valoran mi trabajo.
Es algo bueno ser un hombre lobo, pero también estamos sujetos a las reglas de la naturaleza.
Los hombres lobos nos dividimos en tres subgéneros y dos géneros.
Los dos géneros son femenino y masculino y los tres subgéneros son; alfa, beta y Omega.
Los alfas son masculinos y de los tres subgéneros son los más fuertes y veloces, también pueden transformarse en lobo y como los animales, tienen un celo cada cierto tiempo.
Los betas son como los seres humanos, pueden ser hombres o mujeres y no pueden transformarse en lobo.
Las omegas son de género femenino y pasan por un celo, no pueden transformarse en lobo, pero tienen un lobo espiritual, y como las mujeres humanas son fértiles, conciben y dan a luz.
Los Alfas son considerados los machos de la especie y las omegas las hembras, por esto se ven obligados por instinto a atraerse entre sí y a formar parejas y generar descendencia.
Los betas hombres y mujeres tienden a relacionarse entre sí, al ser tan casi normales eran la parte más racional de la especie, no como lo alfas y las omegas que eran casi todo instintos.
Yo soy un alfa y puedo transformarme en lobo, tengo un raro celo irregular que aunque cada mil años se presenta, aparece, tambien cuento con un estado físico fuerte y resistente.
También soy guapo, pero soltero...
Hoy cumplo mi cuarto año trabajando en este hospital para humanos, estoy contento con mi trabajo y no quiero perderlo, pero mi condición de hombre lobo y mi trabajo empiezan a no ser compatibles, de saber esconderme depende mi seguridad y vida normal, pero guardar mi secreto se hace cada vez más difícil.
A medida que el tiempo ha ido pasando aprendí a controlar mejor a mi lobo, a retenerlo, pero en estos días algo no ha ido muy bien, algo está causando anomalías en mí y para poder mantener mi secreto tengo dos opciones, cambio de trabajo o encuentro cuál es la raíz del problema.
-Quédate quieto Darcy, los médicos son los peores pacientes- Dijo el médico que lo revisaba, que dadas las circunstancias también era un hombre lobo.
-Estoy algo inquieto, ¿Ve algo fuera de lo normal?- Le preguntó Darcy impaciente.
-No, todo se escucha con normalidad y los exámenes salieron muy bien, creo que te voy a recomendar más ejercicio físico en tu forma de lobo y algunos calmantes para dormir-
-Entiendo, muchas gracias- Dijo levantándose de la camilla.
Darcy estaba extrañado, necesitaba que alguien le explicara su ansiedad, su falta de sueño y su rara taquicardia.
¿Era su celo? No creía, lo había tenido apenas hace seis meses.
Se subió a su auto y condujo por la carretera, había tenido que pedir permiso para faltar al trabajo para poder hacerse un chequeo médico en una clínica de hombres lobo.
Había ido porque estaba preocupado por sus anomalías pero si el médico le decía que no era nada entonces tal vez debía calmarse.
La carretera por la que iba cruzaba un bosque, como iba algo ŕapido y tenía los vidrios de las ventanas bajados sentía el viento frío rozarle las mejillas, era agradable, se sentía bien salir de la base, sintió ganas de aparcar el auto y bajarse a caminar un rato, así que lo hizo.
Caminó un rato por un sendero y luego de camino al auto, tuvo que detener su paseo porque su taquicardia volvió y no creía que fuera buena idea enfermarse en el bosque.
Volvió a subir a su auto y se abrochó el cinturón de seguridad, no se sentía nada bien, la sensación de sentirse atrapado y ansioso lo asaltó de nuevo, una parte de él quería volver al bosque y transformarse en lobo para correr, pero su parte más racional le dijo que tenía que dar media vuelta y volver al hospital, pero se abstenia de hacerlo ya que acaba de salir de ahí y le dirían que no pasaba nada, tal vez debía regresar a su casa...
Finalmente, encaminó su auto para ir de regreso a la base, creía que estar en su departamento y tomar una siesta le haría sentir mejor.
Cuando ya estaba por llegar a la base una ambulancia lo sobrepasó a toda velocidad seguido de otra, y luego varios autos blindados también lo sobrepasaron.
Supo que algo fuera de lo normal estaba sucediendo, no solo por las ambulancias y los autos, sino porque su corazón latía de tal manera que lo hizo sostener su pecho.
Condujo hasta el hospital y aparcó al lado de una ambulancia, tal vez la que antes lo había sobrepasado.
Bajó de su auto y fue a ver si podía ser de ayuda, sabía que era su día libre por el permiso que había pedido y que según el protocolo primero debía ponerse el uniforme antes de trabajar, pero sentía que no había tiempo para eso.
Por alguna razón su corazón bombeada fuertemente, su cuerpo actuaba cómo si algo extremo estuviera por suceder.
Darcy podía ver mucho movimiento y mucha confusión a su alrededor.
Unos hombres de negro lo detuvieron.
- No puede pasar señor, detengase- Le dijo uno de los hombres que le cortaron el paso.
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