¡Corre!

Al final, Clara no tuvo más remedio que darle el poco dinero de bolsillo que tenía en su poder, debido a que no apareció ningún guapo héroe que salvé a la belleza.

Olvídate de un héroe, ni siquiera un mosquito hizo acto de presencia.

— Je, ahora que Daniel está preso, esta escuela me pertenece, vamos a ver quién se atreve a detenerme — especuló aquel joven medio calvo haciendo que sus seguidores silben como si lo estuvieran animando.

Clara bajó la mirada, sintiéndose resentida con el mundo.

¿Por qué le sucedían este tipo de cosas a ella?

Luego de que aquel grupo de delincuentes se fuera, Clara suspiro mientras caminaba hacia la entrada del instituto, la cual se encontraba cerrada, después de todo, ya había pasado cerca de media hora desde que se suponía que ella debía haber entrado.

Justo cuando iba a llamar al guardia para qué la dejará entrar, alguien le tapo la boca haciendo que ella empezará a luchar de manera desesperada.

Después de todo, hace menos de diez minutos había sido asaltada, por lo que sus nervios estaban aún alborotados.

— ¡Tranquila! ¡No te haré daño! ¡No me muerdas! ¡Cielos! ¡Solo te quiero ayudar para que no te regañen el primer día de clases! — gruñó aquel sujeto en su oído haciendo que la lucha de Clara se detenga por completo.

Daniel, al notar que Clara había dejado de luchar, sacó su mano de la boca de ella y la enfrentó con la intención de decirle lo loca que estaba.

Sin embargo, en cuanto notó los ojos de Clara, todas las palabras llenas de ira se quedaron atrapadas en su garganta, incluso sintió que su corazón latió un poco más rápido de lo normal.

Él nunca había visto una mirada tan pura en el rostro de alguien, como si fuera un pequeño cachorro que recién veía el mundo.

La chica delante de sus ojos era de estatura promedio, su tez era algo pálida, lo que la hacía parecer frágil como si fuera una porcelana a la que había que tratar con cuidado, pero lo que más le llamó la atención fueron sus ojos, los cuales parecían un par de almendras. Aquella chica tenía una mirada suave, era como si en sus ojos se pudieran reflejar las estrellas.

Ante este pensamiento, Daniel sacudió la cabeza tratando de volver a sus sentidos.

— ¿Qué pasa? — cuestionó Clara al notar que aquel chico la miraba de una manera fija.

Ella por un momento pensó que había algo en su rostro, así que rápidamente se pasó una mano por la cara con la intención de limpiarse.

Daniel se aclaró la garganta antes de mirar a otro lado. Después de todo, se sentía incómodo al mirarla directamente.

Ni siquiera él sabía lo que estaba mal con él.

— Ven, saltemos el muro, te ayudaré — comentó mirándola de reojo.

Al escuchar aquello, Clara lo evaluó de arriba hacia abajo, tratando de ver si este joven delante de ella no la estaba engañando.

El chico delante de ella era alto, muy alto, tal vez medía cerca de 180 cm, por su uniforme ella dedujo que era un estudiante del instituto Everest. Pero, de nuevo, ser un estudiante no lo eximía de ser un criminal. Además, cuando ella vio la forma en la que usaba el uniforme, que no era para nada correcta, se sintió algo temerosa. Sin embargo, no sabía la razón, pero en cuanto vio la mirada firme en el rostro de aquel joven, ella quiso confiar en él.

Clara bajó la mirada antes de levantarla de nuevo para enfrentar los ojos grises de aquel chico con sus ojos cafés. Ella lo miró por algún tiempo como si quisiera leer su alma.

Después de todo, el chico delante de ella parecía no estar engañándola por lo que decidió ir con él.

— Está bien, iré contigo.

Tras decir aquello le extendió su mano con la intención de presentarse.

— Soy Clara — dijo sonriente.

Sin embargo, el apretón de manos que había esperado nunca llegó. Por lo que tuvo que bajar la mano, algo avergonzada.

Daniel no le dio la mano no porque estaba siendo un idiota, sino porque se quedó embobado con su sonrisa.

Por lo que cuando vio la mirada avergonzada de Clara sintió una sensación de pérdida. Cómo para aligerar el ambiente decidió presentarse también.

— Soy Daniel — se presentó.

Al escuchar aquello, Clara abrió los ojos como si estuviera realmente sorprendida. Y no era para menos, después de todo, desde que había iniciado su día no había parado de escuchar rumores acerca de un tal Daniel.

Y los rumores que había escuchado lo tachaban como si fuera un criminal.

— ¿Acaso eres ese Daniel que dicen que está en la cárcel? — le preguntó con cautela.

El chico delante de ella dudó por un momento antes de hablar.

— ¡No! ¡No lo soy! ¡Definitivamente, no soy ese Daniel! — lo negó rápidamente.

Él, que siempre había estado orgulloso de su historial, ahora lo estaba negando como si lo hiciera avergonzar y lo peor es que ni siquiera sabía por qué lo estaba haciendo.

Daniel no pudo evitar sentirse frustrado, por lo que miró a Clara con seriedad y dijo. — Llegaremos tarde, así que vamos.

Tras decir aquello empezó a caminar rápidamente, por lo que, Clara no tuvo más remedio que seguirlo.

Luego de un par de minutos llegaron a un lugar algo desolado. El muro se veía demasiado alto, por lo que Clara pensó si había sido una buena idea seguir a este chico.

— Mejor entremos por la puerta principal. El muro parece un poco alto para treparlo — dijo Clara.

Daniel suspiró mientras se acercaba a ella.

— No es tan alto, vamos te ayudaré.

Ante sus palabras, Clara arrugó la nariz como si no le creyera.

Sin embargo, no tuvo tiempo de rechazar la oferta de Daniel debido a que en menos de un segundo él había envuelto sus manos alrededor de su cintura y la había levantado como si ella no pesará nada.

— ¿Qué estás tratando de hacer? — cuestionó ella con nervios debido a la cercanía.

— Ayudándote a subir — respondió Daniel como si fuera lo más normal del mundo. — Vamos, trata de impulsar tu cuerpo un poco.

Clara dejó de hacer un escándalo de este momento y se concentró en la petición de Daniel.

En menos de lo que espero ya se encontraba al otro lado del muro. Sin embargo, antes de que pudiera cantar victoria y festejar su triunfo con su compañero de crimen.

Alguien apareció, era el inspector.

— ¡Daniel! ¿Qué se supone que estás haciendo? — gritó aquel hombre.

Daniel, que aún no había cruzado el muro, miró a Clara antes de decirle — ¡Corre!

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Comments

patry

patry

enamorada de tus historia 😍

2023-09-14

0

Sol

Sol

hasta aquí totalmente fuera de lo común.... me encanta el inicio

2023-09-09

2

Nancy Vargas

Nancy Vargas

mas capitulos por favor

2023-05-21

1

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