capítulo 3

10 DE JUNIO DE 2031

Diez años después de la fecha en la que ella cumpliría 18 años, se encontraba Ailén en un contenedor de basura con su cara desfigurada, su cuerpo manchado de suciedad humana y mugre, su cabello con mechones llenos de enredos y sangre por doquier. El hombre que la veía, vestido de negro con una camisa roja como la sangre, la vio despectivamente y pensó que se encontraría con otras personas, no con una moribunda. Ailén se veía en pésimas condiciones, pero su sangre tenía un aroma muy peculiar que los identificaba como hijos de Lucifer. ¿Será mi hermana?, pensó él. También notó un aroma muy diferente a todos sus demás hermanos, que le hizo sentir compasión y ternura, cosa que él, como guardián de los centinelas del infierno, no podía sentir. Pero con esa pequeña mujer que no se atrevía a tocar, fue interrumpido por una voz de hombre que lo vio a lo lejos y se acercaba. No podía dejar que nadie viera a esa mujer, y más porque su padre le había exigido ir por ella. Así que, en un abrir y cerrar de ojos, ya no estaba ahí. Aquel hombre de ojos expresivos vio una mancha de sangre, así que sacó un pequeño pañuelo que traía y tomó una muestra para después analizar. Ese hombre jamás olvidaría su rostro, un rostro que daba temor de solo verlo. Claro, él no sintió miedo, sintió más miedo al saber que se había esfumado de la nada cuando no había puertas. No podía ser una fantasma porque esos son traslúcidos, se decía a sí mismo. Salió de ese pequeño callejón y sonó su celular.

— Si, ¿qué pasó jefe?

— Tengo un nuevo caso que es difícil de descifrar al asesino. Necesito que vengas inmediatamente, dijo el jefe con voz autoritaria y un tanto dudosa.

— En una hora estoy por allá. Mándeme lo que tenga para irlo analizando, contestó Garelin sorprendido por aquella voz de su jefe.

Cuando Garelin se dirigió a las oficinas del FBI, se dio cuenta de que las fotos que le enviaron eran de mujeres de un rango de edad entre los 15 y 18 años. No había un patrón en cuanto al color de piel o cabello, pues las 10 mujeres asesinadas y ultrajadas salvajemente, con marcas de mordidas por todo el cuerpo, hacían difícil deducir un tipo en específico de asesino serial. Solo tenía el rango de edad, lo demás no era muy relevante, hasta que notó algo peculiar: primero, 8 de esas mujeres pertenecían a una casa hogar guiada por monjas y, segundo, las otras dos mujeres vivían en la calle. Así que esperaba que su jefe y sus compañeros hubieran visto lo mismo que él.

Mientras entraba al inframundo, Balban, el sexto hijo de Lucifer, cuestionó si la mujer que habían encontrado era realmente su hermana. "¿Estás seguro de que es nuestra hermana?", preguntó. "Nuestro padre nunca ha tenido mujeres, siempre hemos sido hombres cada mil años. No puede ser", le dijo a Baalzephon. "Lo sé, Balaban", respondió Baalzephon igual de dudoso. "Pero puedes olerla, su sangre es la de mi padre". "Por Dios, si huele a mierda", contestó Balban enfadado y con una mueca de asco. "Serás imbécil", le respondió Baalzephon. "¿Por qué no la bañas?", preguntó Balban. "Porque si es nuestra hermana...", respondió Baalzephon. "Desde cuándo un demonio hijo de Lucifer que vive en los infiernos y tiene centinelas a su cargo tiene miedo de ver a una mujer desnuda", cuestionó Balban. "Tienes razón, me la llevaré a mi cuarto en lo que llega mi padre", decidió Baalzephon. "¿Ya lo contactaste?", preguntó Balban. "Sí, ya lo contacté y me mandó literalmente la demonio jajajajaja que lo espere hasta que él llegue. Bueno, me voy con esta", se despidió Baalzephon en tono despectivo.

Baalzephon llevó a la muchacha en sus brazos y, analizando la situación, se dio cuenta de que olía horrible. Rápidamente movió su mano y un baño grande salió con agua caliente y humo saliendo por todos lados. La introdujo lentamente en el agua y comenzó a quitar toda la mugre acumulada que veía que era de mucho tiempo, probablemente años. El agua se ensució muy rápido, así que la desechó y automáticamente se llenó de nuevo con agua limpia. Conforme cambiaba el agua, salía a la luz la tez de aquella mujer y el color negro de su cabello. Este proceso del agua lo hizo fácilmente durante una hora.

Cuando la puerta de su estancia se abrió, entró su padre, Lucifer, imponente y grande, no como humano, sino como el dios, guardián y gobernante del infierno. "Se puede saber por qué tanta insistencia para que viniera", dijo Lucifer molesto acercándose al baño lleno de vapor y con aroma a fresas. "Mientras discurría por la tierra, sabes que me gusta ir a los callejones, pues encuentras humanos de muchas clases necesitando un favor, y en uno de esos...", explicó Baalzephon.

— Ya ve al grano, Baalzephon —dijo fastidiado su padre.

— Encontré a esta mujer, que huele igual que tú y que todos nosotros, haciéndose a un lado para que Lucifer mirara a la mujer desnuda en aquella tina.

— Sorprendido e inclinándose hacia la chica, Lucifer dijo: "Elena".

— ¿Quién es Elena?, preguntó Balban intrigado.

— Nadie que te importe. ¿Dónde la encontraste?

— En un callejón, tirada junto a un contenedor.

— ¿Sabes cómo se llama?, dijo Lucifer con un nudo en la garganta que controlaba bien para no mostrarse débil.

— Desde que la encontré, está sin despertar. La encontré en estas condiciones porque estaba horriblemente irreconocible, y déjame decirte que es realmente hermosa.

Mientras la observaban en la cama ya cubierta con las sábanas negras, ella comenzó a delirar y gritar que la dejaran y no le hicieran daño. Agitada y sudada seguía repitiendo lo mismo, hasta que un grito fuerte la despertó diciendo "MAMÁ".

Lo que se les olvidó a aquellos demonios fue transformarse en humanos, porque cuando ella abrió los ojos y los vio con sus apariencias relajadas, gritó tan fuerte que el infierno tembló, alertando a todos, pero ella cayó desmayada otra vez.

— Creo que sí es nuestra hermana —gritó Balban—. Además, ya la olíste. Ese aroma es tan... tan...

— Puro —contestó Lucifer con voz tranquila, como le hablaba a Elena, llena de amor.

— Padre, ¿sabes quién es la madre?

— Creo que sí. Será mejor que nos transformemos por si despierta. No hay que dejarla salir hasta que sepamos bien quién es. También transforma tu habitación en una más acogedora.

Aunque Baalzephon iba a protestar por modificar su estancia del tamaño de 7 manzanas, Lucifer la convirtió extrañamente en la habitación de su amada Elena, con un cuadro de ella en la pared enfrente de la cama de ella.

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Comments

Regina Gomez Duque

Regina Gomez Duque

espero que esta obra si termine estoy aburrida de leer obras y no poder terminarlas

2023-08-02

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Wendy López

Wendy López

Todos llevamos un demonio dentro y aún así necesitamos amor

2023-06-13

0

Maria Hernandez

Maria Hernandez

que bello y hermoso momento hasta el más malvado también tiene su corazoncito o no 😊😊😊😊❤️❤️❤️ y a todas estas ahora que harán todos sus hijos al saber que tienen una hermosa hermana? ahora sí que le van a sacar más cuernos de los que ya tiene Luzbel cuando le digan suegro jajajajajaja jajajaja 😂😂😂😂😂😂 😂😂😂😂

2023-05-04

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