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Noah

Mientras observo el tejado de esta habitación todo lo que ocurrió antes, no sale de mi cabeza, Arvan me defendió?, o este fue su plan desde el principio?, no quise escucharlo, porque no lo quiero cerca de mi, solo me lastima, sino tuviera su marca, podría dejar de sentirme afectado por todo lo que hace, no hay nada bueno en sus acciones, él no es alguien con sentimientos, no le importa nadie más que si mismo.

Jorge: señor Noah, perdóneme, fui un inútil... —incluso si es verdad que no hicieron nada, todo es culpa de Arvan.

—no le diré nada de esto a mi hermano, después de todo, fue culpa de ese sujeto.

Jorge: pero...

—es suficiente, no quiero hablar de eso, y menos oír qué te culpas, el responsable es solo uno, y no eres tu, llévame a casa.

Jorge: como ordene señor. —me ayudó a levantar, me obligué a caminar solo por los pasillos, es extraño, pero no oí ninguna murmuración a mis espaldas, después de lo ocurrido, creí que sus habladurías empeorarían, pero es todo lo contrario, qué ocurre?... Bueno tampoco es que me importe, quiero ir a casa, ver a mis hijos, y descansar.

—Jorge, Zoe y Joe...

Jorge: se dirigen a casa señor, mis hombres ya me reportaron.

—gracias, vamos, necesito verlos —como cada que siento que mi mundo se cae a pedazos, o que las cosas carecen de todo sentido, solo un abrazo de mis pequeños me devuelve todo.

Llegué a casa, la pequeña Zoe fue la primera en correr a mis brazos, Joe parecía hacer algo, pero lo dejó y también me abrazó.

Joe: papi estás bien?

—si cariño, solo cansado.

Zoe: ven, vamos a cantarte mientras te duermes.

Joe: primero debe comer.

—la verdad no tengo hambre.

Joe: tú siempre nos dices que debemos comer, has caso tu también.

—de acuerdo, de acuerdo, tiene razón señor Joe —después de comer, sin muchas ganas, me acosté, apoyando mi cabeza en el regazo de Joe, mientras Zoe me peinaba y cantaba una de sus canciones.

No creí que lo de peinarme fuera a funcionar, pero era muy relajante.

Joe: papá, cuando vamos a volver? —apenas y oía lo que Joe me decía, la verdad también tengo miedo sobre cuanto tiempo vamos a permanecer aquí, sé que Arvan no se va a interesar por mi vida, pero la posibilidad de que descubra a mis hijos me causa terror.

—muy pronto, lo prometo.

Zoe: a mi me gusta aquí, pero también quiero volver.

—también yo —me quede dormido, para cuando desperté mis ángeles dormían abrazándome, eran pasadas las 10 de la noche, tenía mucha sed, baje a la cocina.

Jorge: señor Noah, no puede dormir?

—si, aunque el problema es que descanse demasiado bien.

Jorge: solo durmió unas cuantas hora.

—tengo trastorno del sueño desde hace unos años, hay momentos en que paso dias sin dormir más de 1 hora, así que para mi dormir 4 o 5 horas es como el cielo.

Jorge: he oído que ese tipo de cosas son a raíz de causas muy fuertes, traumas, enfermedades... Perdón estoy hablando de más y no me incumbe.

—no, descuida, y tienes razón esto no se presentó de la nada, solía tener pesadillas terribles qué no me dejaban dormir, y aunque con el tiempo se fueron aún no me deshago de esos miedos completamente.

Jorge: espero no ser imprudente, pero es debido a eso que no soporta la cercanía de los alfas? —incluso si se disculpa, no se anda con rodeos, pero aunque normalmente odio hablar sobre esto, no me siento así ahora

—si, es debido a eso —centré mi atención en su rostro, y me sentí culpable de verlo golpeado, llevé mi mano a su mejilla.

—ese tipo es un salvaje, cómo pudo hacerte esto?, lo lamento mucho. —su mano sujetó la mía.

Jorge: está bien, no se disculpe, no fue su culpa, protegerlo es mi deber, y fue lo que no hice hoy, no volverá a pasar lo prometo .

—lo sé, eres muy confiable, déjame curar tu rostro.

Jorge: no es necesario, ya me atendí cuando llegué.

—no te ofendas, pero tienes cero habilidades para eso.

Jorge: no me ofende, tiene razón.

—pero tranquilo sé lo que hago, he curado las heridas por las travesuras de los gemelos muchas veces, y han sido peores, no lucirás como un galán, pero por lo menos podrás lucir un rostro más o menos decente mañana.

Jorge: tan mal se ve? —llevé mi mano a la herida en su labio.

—un poco, aunque pudo haber sido peor. —alejé mi mano al encontrarme con su mirada de sorpresa y confusión, qué se supone que estaba haciendo?

—Lo siento, iré por el botiquín —espero que esto no se torne raro desde ahora, cuando me vio volver se levantó de donde antes había estado, supongo que por costumbre.

—aquí está, umm hay muchas cosas que no tengo ni idea para qué están aquí, pero esto fue preparado por el exagerado de Elián, así que no hay remedio.

Jorge: él cuida mucho de ustedes.

—si, es un gran hermano, ambos lo son, ahora siéntate por favor, eres demasiado alto para mi, me dolerán los brazos así —se sentó y yo me centré en su rostro, aunque él no dejaba de mirarme, parecía que quería decir algo, a toda costa, me pareció un poco gracioso.

—ya habla!!

Jorge: bueno es que... Sus manos son muy gentiles.

—bueno, solo tengo experiencia curando a mis niños.

Jorge: eso lo explica, y sus ojos, creí que era un efecto de la luz, pero de verdad tienen dos colores un tono es más claro que el otro... —me centré en guardar todo, ya había terminado, además de que recordé que Caled y algunas personas hablaban sobre lo raros qué son.

Jorge: es increíble, con todo respeto, pero son hermosos!, jamás vi algo igual, y no entiendo como hasta ahora me doy cuenta.

—quizás es consecuencia de los golpes umm hasta mañana –ah cielos, quería irme, pero tiré todo, había cerrado mal, por la prisa de irme, me puse nervioso solo porque elogio mis ojos?.

Jorge: déjeme ayudarle, por favor.

Joe: papá, —fui con él rápidamente, me sirvió para salir de esa extraña situación.

—cariño, qué haces despierto?

Joe: te estaba buscando.

—de acuerdo, vamos a la cama. —lo cargué, me despedí de Jorge y nos fuimos.

Joe: papá?

—si cariño?

Joe: me agrada Jorge.

—ja, ja, es obvio, siempre está cumpliendo sus caprichos, pero ya duerme.

Joe: a ti no te gusta?

—es un gran guardaespaldas y una buena persona, sino me gustara no estaría con nosotros.

Joe: hasta mañana papá.