LA FURIA DE UNA SOBRINA

Anderson, el dueño gordo de una de las tiendas de intercambio de comida de la ciudad tenía 39 años de edad.

Conocía a muchos clientes y debido a que poseía mercancía codiciada hizo todo lo posible para mantenerla a salvo, de tanto ladrones como de malograrse.

Debido a eso había estudiado todo lo que podía para conservar mejor los alimentos, sobre todo leche y queso, que valían un alto precio, también la carne, en este tiempo, casi todos habían olvidado a como conservar las cosas.

No había fuente de electricidad así que era complicado, aún así, que el señor Anderson se había ganado el título de "confiable", fue el resultado de siempre ofrecer productos que no hagan daño al cuerpo como carne podrida.

Esta reputación que se ganó, haría todo por mantenerla.

«Hola de nuevo señor Anderson»

El regordete miró la entrada reconociendo a Charlotte.

«ah, Charlotte, ¿Tan pronto has conseguido algo para cambiar?, ¿Hum?»

Se espantó cómo si hubiera visto al demonio al ver a Royer detrás. Anderson también fue amenazado por él. Igual que la dueña de la casa de las flores.

Ahora recordó la verdadera razón del porque obtuvo el título de "confiable".

...Fue hace 7 años atrás, Anderson no era diferente de las demás tiendas de intercambio de comida, la comida era cara y no vender causaba pérdidas enormes, así que, incluso si estaba malogrado, debía venderse....

...Todo era igual hasta que una pequeña Charlotte de 5 años entró a la tienda por primera vez, ofreció un reloj funcional a cambio de comida....

...«señor, ¿Cuanto me daría por este reloj?»...

...Anderson pensó que era su día de suerte, estafar a una niña tan pequeña era demasiado fácil....

...«querida, tengo carne, una gran porción de carne. Toma»...

...«¡Wooo~!, gracias, pero por que tiene ese olor tan feo»...

...«así es la carne no te preocupes»...

...«si lo dice, pero parece raro»...

...«no le tomes importancia, no le tomes importancia, es carne ¿No?, la carne es valiosa»...

...«¡Si!»...

...Vio salir a una niña completamente contenta y a la media hora vino un hombre aterrador amenazandolo con una pistola al cuál le quitó el seguro en su cara....

...«¡Hiiiieee!, ¡¿Quién eres-»...

...«¿Qué prefieres?, ¿Te mató aquí me das lo que se debe por ese reloj?»...

...«¡¿De que reloj hablas?!»...

...Anderson sintió la punta de la pistola en la frente de su cabeza, hasta se hizo en los pantalones....

...«¡Habló de la pequeña que estafaste!, estate agradecido de que ella no comió esa carne podrida, si se enfermaba te hubiera lanzado a los zombies»...

...«¡Lo entiendo!, ¡Lo entiendo!, ¡Yo, lo siento!, ¡Lo haré!, ¡Te daré comida buena!»...

...«date prisa que no tengo tu tiempo»...

...Con la pistola amenazando su vida, Anderson dio comida buena a Royer....

...Al recibir la comida, lo verificó asintiendo conforme....

...«bien, creo que el intercambio esta bien. También, si descubro que vendes comida mala a mi sobrina conozco de un buen lugar que tiene perros zombies, te gustara y será lo último que veas al morir»...

...«¡Lo entiendo!, ¡Lo entiendo!, ¡Vete ya!»...

...Pensó que ese sería el fin, sin embargo la pequeña Charlotte siempre venía a su tienda a intercambiar comida, por miedo, se empezó a preocupar de que todo fuera comestible, hasta que sin querer había ganado el título de "confiable"....

Nervioso se inclinó ante Royer.

«S-señor Royer, que gran gusto volver a verlo»

«ah, si, vengo a cambiar comida por una receta que te gustara»

«¿Eh?»

Royer miró a su sobrina.

«vea escoger comida, yo voy a hablar con el señor Anderson»

«está bien, me llevaré dulces»

«si, si, como quieras»

Charlotte se fue y los adultos quedaron solos.

«bien Anderson, eres popular por ser "confiable"»

«gra-gracias»

«cómo puedes ver no tengo nada físico con el cuál intercambiar la comida, pero tengo una receta que te hará ganar mucho, te lo aseguro, si no resulta te pagaré con medicamentos, ¿Trató?»

«si es el señor Royer, puedo confiar en sus palabras»

«bien, trae una hoja y una lapicero»

«ah, si, de inmediato»

Royer escribió el título y con solo eso ya había emocionado a Anderson.

CEREALES.

Los cereales, igual de las sopas instantáneas eran una leyenda del mundo antiguo, debido a que la mayoría de las generaciones de ahora eran ajenas a la antigua edad moderna en dónde casi todo era producido en fábricas.

En otras palabras, recetas como esas, sólo eran contadas en cuentos.

Anderson despidió con ojos brillantes a Charlotte y Royer que se llevaban mucha comida.

«que hayan disfrutado, vuelvan pronto, que tengan un camino seguro»

Charlotte estaba aturdida por el buen humor de Anderson.

[El señor Anderson da miedo, ¿Qué hizo mi tío?]

Royer lo miró poniendo sus dedos en sus labios, indicando un silencioso "shh". Anderson lo sabía, no debía mencionarlo si alguien preguntaba por la receta y venta de los cereales.

[No se preocupe señor Royer, por mi honor, no revelare nada de usted]

Tío y sobrina caminaron de regreso a casa. Charlotte entró muy contenta con una enorme bolsa de comida.

«¡Papá!, ¡Mira lo que consiguió el tío Royer!, ¿Huh?, ¿Quién eres tú?

Charlotte señaló a Erika que sostenía a su bebé. Ronson respondió.

«bienvenida Charlotte. Ah, ella es Erika»

Erika se inclinó.

«mucho gusto»

«es la mujer que tuvo al bebé de Royer»

Charlotte se volvió blanca como fantasma y gritó:

«¡¡¿No era broma?!!»

Royer sujetó la nariz de su sobrina con una sonrisa burlona.

«¿Creías que era broma, mocosa?»

Charlotte quitó la mano de su tío.

«por supuesto que sí, tu dijiste que no querías hijos y que yo era tu consentida, ¿Ahora traes a tu esposa y tu hijo?»

Royer se paró recto y habló serio.

«¿De que esposa hablas?, dije que era la madre de mi hijo, pero nunca dije que estuviera en una relación complicada»

Todo el lugar se quedó en silencio y a Royer le importó muy poco ese ambiente. Para alijerar el ambiente Ronson presentó a la abuela Mariza.

«b-bueno, mira Charlotte, también está Mariza»

La anciana se inclinó con respeto.

«un placer conocerte señorita Charlotte, soy Mariza, una esclava del señor Royer»

Al escuchar eso, la tolerancia de Charlotte se rompió como un delgado hilo, dejó la comida sobre la mesa y agarró su ensangrentado bate de béisbol contra su tío.

«Una mujer a la que no reconoces, un bebé al que ni siquiera has puesto un nombre»

Royer se puso nervioso de que los clavos oxidados lo apuntaran a él.

«Charlotte querida, calmate»

«¡Y una linda abuelita de esclava!, ¡¿Quieres que te maté?!»

Royer esquivó el primer golpe.

«Charlotte, podemos hablarlo, ¿Si?, mancharas el lugar y Ronson se enojará»

«tsk, ¡Si no fuera porque lo ensuaciaria serías aperitivo para zombies!, ¡Tío mujeriego!, ¡Maldito bastardo!»

Con eso Charlotte se encerró en la tienda de su padre que era la habitación de al lado.

Ronson estaba sorprendido del vocabulario de su preciosa hija, miró con sospecha a su amigo.

«¿Tú le enseñaste esas palabras a mi linda hija?»

«¡¿Como le voy a enseñar si casi siempre estoy fuera?!»

Royer fue tras la puerta.