La discordia

El día amanece, los Casiraghi, derrochando miel y a cascadas, pues cumplen dos meses de casados, y así es como inician su celebración.

- Te amo Belice.

- Y yo a ti. Mi vida, ¿Algún plan para celebrar nuestro segundo mes de casados?

- Por ahora estamos empezando la mañana con una delicia. Disfruta de este momento, es un mes más de casados y no se trata de un mes cualquiera.

Santino acelera el vals para hacer gemir y gritar a Belice. Después de entregar la descarga, permanecen unidos mientras piensan en un plan para la tarde.

- ¿En qué piensas Santi?

- Estoy pensando… en un almuerzo en el restaurante donde fuimos el día anterior a nuestra boda.

- Me parece bien.

- ¿Qué te gustaría como almuerzo?

- No sé, no conozco el menú de este restaurante.

- Escojo el plato y te aviso a la hora del encuentro.

- Muy bien.

- Ponte elegante. Para que el mundo suspiré al verte pasar.

- Ok. Cómo tú digas.

La conversación se desarrolla, Santino acaricia las montañas de su esposa y Belice acaricia los prominentes pectorales de su esposo.

Por otro lado, Paola se acerca al estudio para recoger el trabajo encargado.

- Buenos días, señorita Cisneros. Aquí tiene su encargo – le entrega el paquete – son las 30.

- Muy bien. Ve, si se puede en quince días.

- Que tenga un buen día.

Paola se fue sin decir una sola palabra, ella no le debía nada, más bien eran los demás que le debían. Está feliz de tener el veneno para tomar posesión de las propiedades de los Casiraghi, y vengar por el mal trato que le dieron como bienvenida después de tanto tiempo.

Cómo ya no podía entrar a la empresa de Santino, pensó que sería una buena idea dejar el paquete con un número de teléfono.

“De seguro cuando vea las fotos tan reveladoras, me tomarán en cuenta y me llamarán, luego humillaran a la tipa que tienen en casa; cosa que yo tendré, tendré el control sobre Santino. Pero tendría que deshacerme de los viejos, en un asilo de quinta no estaría mal”. – Paola está feliz, por fin tendrá el control de los Casiraghi.

Paola se da un paseo por las afueras de la residencia y en el buzón deja el paquete con una nota pegada en la tapa, era su número de teléfono.

A la noche, Santino abre el buzón por si había cartas y encuentra el paquete.

- Un paquete sin remitente, ni destinatario sólo hay un número de teléfono.

- Es raro ¿Verdad? – comenta Belice.

- Esto debe ser un paquete sospechoso. Tendré cuidado al abrir.

- Yo que tú, lo tiró a la basura.

- Pero hay un número de teléfono. Iré al estudio, y seré minucioso.

- Tengo miedo ¿Y si es algo malo?

- Sí es algo malo, llamaré a la policía. Ve a descansar, voy al estudio y voy a llamar al número.

- Está bien. Te espero, mi amor.

Belice sube a la habitación principal, para ponerse ropa cómoda. Santino entra a su estudio y llama al número que está escrito en la nota pegada sobre el paquete.

- ¡Aló! ¿Con quién hablo?

- De modo que fuiste tú, Paola.

- Mi amor, mi vida ¡Qué gusto saber que me estás llamando! Sabía que todavía me tienes en tu mente y corazón.

- ¡Piérdete! ¿Qué quieres?

-Te lo dije mi amor, tenías que esperarme. Pero me has tratado mal. – hace finta de estar triste. – Estuve siguiendo a la mujer que tomaste por esposa y ella te es infiel.

- Ella no es cómo tú. – Está enojado.

- Pero, en vez de enojarte ¿Por qué no abres el paquete con las fotos que tomé?

- ¿Qué dijiste?

- Sólo quería ayudarte a desenmascarar a la mujer con quién te casaste. Mi amor, lo hago por tu bien.

- Ya me hiciste daño.

- Te dije que me puse a reflexionar. Está vez lo hago por amor, por que de verdad me importas. Yo soy tu primera mujer, conmigo deberías estar casado, yo debería ser la madre de tus hijos. Entiendo que estuviste herido, quizás deprimido y que ella se aprovechó de ti para ser la señora Casiraghi.

- Dices puras tonterías.

- Por favor, mi vida. - estaba con tono suplicante – abre el paquete de fotos. Por tu bien mi amor.

Santino colgó la llamada y se fue a cenar con su familia.

- ¿Cómo te fue con tu llamada?

- Nada importante, querida.

- Mañana tu mamá y yo vamos a salir a comprar algunas cosas para la fiesta del día del niño.

- ¿Día del niño? Pero no tenemos hijos, ni siquiera estás embarazada.

- Hijo, tu esposa tiene una sorpresa para ellos. Es para los niños que pasan y los hijos de los clientes y sus empleados. He visto los nuevos diseños de presentación para los dulces. Son lindos, así que, mañana voy con ella.

- Está bien, pero te advierto una cosa, que no vayas a vaciar la tienda.

- ¡Ay, hijo! Cómo crees ¿De verdad piensas eso de tu madre?

- Cuando vas de compras, no existe freno para ti.

- Yo las acompaño. – se ofrece el papá. – Pierde cuidado.

- Gracias papá.

La cena fue amena, Santino estuvo atento a cada palabra y gesto de su esposa y no encontró nada malo, pero las palabras de Paola lo están confundiendo. Al día siguiente, él no podía concentrarse en el trabajo, más pensaba en las palabras de Paola, más lo confundía con los actos de su esposa. Busca a Jason y le pide un favor.

- Jason, ve a mi casa y entra a mi estudio y sobre el escritorio encontrarás un paquete, ese lo traes.

- Sí, señor.

El guardaespaldas consigue el paquete y éste es entregado en manos de Santino. Abre el paquete y observa las fotos y ve a su esposa muy feliz en brazos de otro. Pero no se fija en los detalles sino en los rostros. Después de ver las fotos medita.

“No creo, ella siempre me cuenta sobre su día laboral, a veces ella me llama en hora de trabajo para un consejo cuando algo no entiende cuando se trata de negociación”. Luego recuerda lo que Paola le dijo aquella mañana “¡Tú no puedes hacerme esto! ¡Soy tu primera mujer! ¡Debes casarte conmigo, soy yo la que debe ser la madre de tus hijos! Esto no va a quedar así, mi amor te juro que está vez seremos felices.”

Esta enredado, pero trata de poner orden en su mente, cuando el teléfono suena, revisa y es un número desconocido.

- ¿Buenos días?

- Hola mi amor, ¿Cómo amaneciste?

- Estoy en horas de trabajo. – con el tono frío se dirige y tiene el ceño fruncido.

- Eso quiere decir que has visto las fotos. – Con tono coqueto.

Ese tono de voz era un indicio, pero no prestó atención.

- Que sea la última vez que me llames.

Colgó la llamada, está molesto e incómodo con la situación, las fotos están sobre su escritorio, las mira una vez más y las vuelve a guardar en el paquete. Llama el celular de su mamá.

- ¡Aló, bebé!

- ¿Cómo van con las compras?

- Belice es un encanto, piensa mucho en ti, quiere que seas su invitado de honor, me está pidiendo cosas de ti para no haber errores, los regalos para los niños estarán armados acorde a tus gustos que tenías de niño.

- ¿Hablas en serio, mamá?

- Sí, ella quiere que recuerdes un poco tu niñez, no sólo con los regalos, sino también en los juegos.

- ¿Qué? ¿A poco piensa que voy a jugar con los niños?

- La fiesta será linda. Y con tu papá hicimos las compras y se animó a comprar de más por así acaso. Si vieras, tú papá está más animado que yo.

Santino quedó boquiabierto y con los ojos bien abiertos, hicieron una súper compra.

- Ok, mamá. Nos vemos en casa por la noche. - sigue sin salir de su asombro.

Cortó de inmediato la llamada y piensa en voz alta.

- “Belice ha estado pensando en mí estos días, va a hacer regalos a los niños acorde a mis gustos… pero las fotos… maldición, me estoy enredando… ¿Por qué Belice quiso botar este paquete? ¿Fue chantajeada? Paola juro que nosotros seríamos felices ¿Será un plan de Paola? Ahhh, más pienso, más me enredo.”

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***