El regreso

Los recién casados regresan de su luna de miel, pero alguien más está saliendo del aeropuerto con varias maletas y no es Raúl, es Paola Cisneros, la ex de Santino, han vuelto al país desde ese día que fue pillada por él, y en el momento dijo que la relación de ambos fue sólo un desliz. Esa mujer ha vuelto y está vestida de una manera provocadora el escote es pronunciado y el vestido es bien entallado y bastante corto. Con lentes de sol y tacones.

Aborda un taxi, y se dirige nada más y nada menos a la oficina de la compañía transnacional Casiraghi. Ella se hace pasar por cliente.

- Buenos días, con el presidente Casiraghi, por favor.

- Buenos días, su nombre por favor.

- Susan León – mintió Paola.

- Pase, notificaré al presidente de su presencia.

- Gracias.

La recepcionista informa por teléfono.

- Señor presidente, la señorita Susan León, quiere verlo.

- Hágala pasar.

Paola está esperando para subir al ascensor, se quita los lentes de sol y se arregla el cabello, cuando éste se abre sale el guardaespaldas quién la reconoció de inmediato.

- Buenos días. – Quiso ser educado.

- Buenas – fue un saludo a secas.

Paola no se esperaba que alguien estuviera allí, ambos se miraron fijamente, ella quedó petrificada del miedo, el hombre la reconoció e hizo como si nada, como la puerta del elevador se cerró y llamó de inmediato a su jefe.

- Señor presidente, acaba de entrar al ascensor la señorita Paola.

- Imposible, ella está en el extranjero.

- Señor presidente, la he reconocido, es imposible no recordar esa cara. Está subiendo a su oficina.

- La recepcionista me dijo que una tal Susan León es quien quería verme.

- Lo más probable es que ella haya dado un nombre falso para ingresar, tenga cuidado señor presidente, al haber mentido para ingresar, puede que la señorita este llena de trucos.

- Ya me casé, es más termino los asuntos y me voy, no hay peligro. Estaré atento de todos modos.

El guardaespaldas va a investigar el asunto y busca a la recepcionista.

- Hola Jason ¿Qué te trae por aquí?

- ¿Bajó que nombre se registró esa mujer?

- Es una clienta, no deberías ser…

- Es Paola Cisneros, esa mujer mintió al dar su identidad, esa mujer está llena de trucos... - Jason lo dijo fuerte y claro, a la recepcionista no la dejó terminar.

- No me levante la voz, – Ella reclama – además no la conozco.

- Corrige el nombre.

- El cuaderno no puede presentar borrones.

- Al lado escribe: verdadero nombre Paola Cisneros.

- Eso no está bien. – se pone firme ante Jason.

- Sí no lo haces lo hago yo.

Jason tomó el cuaderno y escribió el verdadero nombre. Ya no hay vuelta atrás, ya está escrito. En este momento Paola sale del elevador.

- Señorita, buen día ¿A quién busca? – le habla un trabajador.

- Yo no le he pedido nada. Hágase a un lado. - menosprecia la amabilidad del empleado.

- ¡Señorita! – está asombrado por la mala conducta. – si busca al presidente...

- ¡Te callas! – Le gritó – no te pedí información, y sé bien dónde está la oficina de mí... del presidente. - se corrige a tiempo.

Casi suelta la palabra novio, pero los gritos alertaron a todos, inclusive Santino escuchó la voz de la fémina. Paola entra a la oficina sin tocar la puerta.

- Hola, mi amor, ya llegué ¿Cómo has estado?

- ¿Qué haces aquí? ¿No que nunca más querías verme? - Está sorprendido.

- No me vas a saludar, así es como recibes el amor de tu vida ¿No te gusta la sorpresa?

- Lárgate. - Le señala la puerta y levanta la voz.

- Estás ardido, lo entiendo. Pero he reflexionado.

- ¿Tanto tiempo para reflexionar? – en tono sarcástico - ¿Te dejó el otro por una mejor?

- Todo fue un mal entendido, amor. Quiero que volvamos, tenemos que volver.

- ¡Nunca! – eso fue con el tono más grave que pudo.

- No me dejaste ni explicar bien. Lo que hubo ese día es que yo estaba ebria, él abusó de mí.

- Estabas demasiado a gusto con ese hombre y no estabas ebria de alcohol, sino de lujuria.

- Perdóname – le suplica.

- Ya me casé ¡Lárgate!

- ¿Tan rápido te casaste? ¿Ni siquiera me has esperado?

- ¿Tenía que esperar? – se hizo el desentendido.

- No me has dejado tiempo para reflexionar. – Paola se pone llorosa.

- Veo que has tardado mucho en reflexionar. La puerta está abierta.

- ¡Tú no puedes hacerme esto! ¡Soy tu primera mujer! Debes casarte conmigo, soy yo la que debe ser la madre de tus hijos.

- Ya tuve suficiente, la puerta está abierta. - le levanta la voz.

- No se quedará así, mi amor te juro que seremos felices.

Ella sale de la oficina con una sonrisa maliciosa. Al entrar en el ascensor, ve su imagen como espejo y hace un juramento.

“Lo que me has hecho hoy, Santino, no tiene ni nombre ni perdón. Voy a destruir tu matrimonio y una vez en mis manos te voy a manipular al modo que tú vida será un eterno calvario, vas a lamentar cada día por cada palabra que has dicho hoy.”

Al salir del ascensor, miró a todo el mundo con desprecio, caminó con si fuera ella la dueña de la empresa. Todos la miran de reojo, algunos murmuran a sus espaldas, pero para Paola pasar por delante de la fulminante mirada de Jason, ha tenido que reunir mucho valor. El guardaespaldas recibe una llamada de su jefe.

- Dígame, señor presidente.

- Paola ya salió de la oficina, ¿Viste si salió de la empresa?

- Sí, señor.

- Que nadie la deje pasar. Ella califica como persona no grata.

- Entendido.

Paola por su parte, va a hacer una visita en casa de los Casiraghi. El mayordomo es quien atiende a la puerta.

- Buenos días, señorita ¿A quién busca?

- Vine de visita ¿Puedo entrar?

El mayordomo está observando la cara y parece conocida.

- Disculpe señorita, si usted no me dice a quién quiere ver y no me da su nombre, lamento no poder dejarla entrar.

- Mira bien, viejo verde. Aquí nadie me trata mal, soy la mujer de Santino y cuando digo que me abra la puerta, usted me la abre.

- ¿Disculpe? Debido a su poca educación, me veo en la obligación de cerrar la puerta. Buen día.

- Le diré a Santino que te expulsen por no saber atender a la gente de esta casa. – Levantó la voz – Mañana estarás en la calle, viejo enclenque.

En el interior está la señora Casiraghi está tomando una taza de té.

- ¿Quién es la malcriada que grita?

- Es la señorita Paola, la reconocí, actué como si nada, es lamentable decir que ha vuelto y quería entrar en casa para hacer una visita.

- ¡Santísimo sea el cielo! No más eso faltaba. Ella no tiene por qué poner un pie en esta casa. Informarlo a mi esposo. Yo llamaré a mi hijo.

Toda la familia se puso en alerta, saber de la presencia de Paola es una amenaza.

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