Capitulo 3

Llego el Sr. Leandro, mira todo el pequeño desorden, luego me mira y yo solo sonrió cómo toda niña dulce e inocente, mejor dicho yo no hice nada en ese lugar todo lo hicieron los demás.

Sr. Leandro - ¿cuándo será el día que tú hagas algo sin tanto caos? - lo dice medio serio

Fre - nunca - le digo con una sonrisa de forma dulce y tranquila.

Sr. Leandro - das más miedo cuando sonríes de esa forma- se ríe y yo igual.

Fre - ahí tienes toda la mercancía, ya me puedo largar la misión está cumplida, por cierto, mañana llega Alenadro – espero un momento para ver qué orden me da.

Sr. Leandro - perfecto, encárgate de recibirlo y ponerlo al corriente, ¿Viene con la mujercita que tiene? - el odia la mujer de su hijo mayor tanto o igual que a sus enemigos, la verdad es que yo no confío mucho en ella.

Fre - la verdad no sé, no me dijo nada y yo tampoco pregunté - solo levanté mis hombros dando entender que no era mi asunto, cuando estoy dando media vuelta me detiene.

Sr. Leandro - pasa por la casa Alexandra está preocupada y si no te ve soy hombre muerto - me hecho a reír y le digo okis, di media vuelta y me fui. Necesitaba descansar el día fue muy movido. Llego a la mansión del Sr. Leandro paso como si fuera mi casa saludo a la nana de los chicos le doy un beso salgo corriendo en dirección a la cocina y veo a la Sra. Alexandra.

Fre - bendición - solo con decir eso, ella voltea y se le ilumina el rostro, a pesar de que físicamente no me parezco a ellos y ni me parezco a su difunta hija, les recuerdo a ella y se preocupan por mí. Se me había olvidado decirles que poseo dos nacionalidades venezolana y colombiana, en mi país de nacimiento que es Venezuela, a los niños los acostumbran a pedirles la bendición a los adultos de nuestra familia en señal de respecto y a su vez de que nos bendigan todos los días, cuando ellos me tomaron tanto cariño y al no tener a mis padres decidí pedirse la bendición a ellos.

Sra. Alexandra - Dios te bendiga mi niña - me abraza fuerte, cuando se separa me analiza bien se da cuenta que tengo la ropa llena de sangre, a ella le preocupa y a su vez le molesta que sus hijos estén llenos de sangre. Me escanea de pies a cabeza y me voltea.

Fre - estoy bien de verdad disculpe por llegar así, el Sr. Leandro me dijo que usted sabía del operativo y como aprecio la vida del Sr. Y la mía vine primero aquí antes de llegar a mi casa - le pongo carita de cordero y ella se hace la dura al final termina riendo.