Choque inesperado

El campo abierto de esa tarde estaba adornado con una carpa enorme de color blanco, donde se celebraban las nupcias de un familiar de Lyla, el cual, ella, juraba nunca haber visto en su vida. No lo conocía; sin embargo, sus familiares que asistieron a la ceremonia afirmaban que se trataba de su primo. La enorme carpa se balanceaba de un lado a otro con estrépito, pues al ser campo libre el aire mecía todo a su paso, algo que no fue un impedimento para las personas que disfrutaban de la ceremonia, ya que aprovecharon el viento salvaje para tomarse fotografías con los novios, con los cabellos alborotados y ondeándose por la fiereza de la brisa; dando un espectáculo de fotografía profesional.

Mientras todas las personas se encontraban felices, Lyla, por otro lado, se encontraba distante de aquel bullicio, se concentró en el aquí y ahora, sintiendo el aire helado, despeinarle el cabello con un sentimiento de vacío y melancolía. No podía explicar por qué aquella emoción la invadió por completo; por eso había decidido ver desde la distancia, cerca de un árbol, hasta que escuchó que una de sus tías gritó su nombre y, a pesar del ruido del viento y la fiesta, escuchó que la buscaban. Su melancolía repentina desapareció por un momento, al percatarse que se trataba de su amante, quien caminaba en su dirección con una sonrisa de lado a lado, mostrando su hermosa dentadura; el gesto del hombre que amaba le derritió el corazón; por lo tanto, intentó imitar su expresión y sigilosa caminó hasta él, para fundirse en un abrazo amoroso.

—¿Estás bien? — Aram sabía que la pila social de Lyla se había agotado y por eso ella se había apartado del ruido y la gente.

—Sí, solo quiero irme a casa. —respondió un poco agotada. Si bien, el sentimiento efímero de su melancolía seguía en su corazón, estar a lado de Aram, la tranquilizó un poco. Ambos se tomaron de la mano y sin despedirse de nadie caminaron hasta el coche de la madre de Lyla, un coche estilo sedán de color gris, que se encontraba tras una reja que dividía el terreno del campo. Al llegar al auto, Aram abrió la puerta del piloto para que Lyla subiera.

La joven encendió el auto cuando Aram, se adentró al coche en el otro asiento y cerró la puerta; sin embargo, en vez de acelerar de reversa, el auto avanzó hacia adelante chocando levemente con la reja, situación que alteró un poco a Lyla, pensando que su acompañante le daría un sermón negativo por su distracción, aunque Aram, le miró comprensivo y tocó su hombro dándole un poco de contención.

— ¿Estás bien? ¿Quieres ir con Marlene? — Marlene era prima de Lyla. La única persona que Aram por el momento conocía de la familia.

—Ella no está aquí...—contestó con voz apagada. — Solo quiero ir a casa...

Aram, al instante, se bajó del coche. Lyla, por lo tanto, pasó sus piernas por la palanca para deslizarse al asiento del copiloto. El hombre abrió la puerta y se adentró al auto nuevamente; sonrió de lado a lado victorioso, ya que él, amaba los autos de carreras y tenía una pasión por manejar en carretera.