Capítulo 11 TRAICIÓN

...VALENTINA SIERRA...

El día de la boda llegó y lloré toda la semana porque no era Dios para poder detener el maldito tiempo que se aceleraba para mí condena y atar mí vida a éste ser humano que tanto detesto.

El lindo vestido que me trajo el ama de llaves no me dió emoción. Me veía como una estúpida princesa de cuento pero en vez de tener una historia de romance la mía era de terror y el príncipe en vez de hacerla feliz le asustaba.

Vestirme de novia fue una inyección de realidad a mi brutal presente. Me molestaba sobremanera todo esto. Mis padres no me acompañaron al gran día ni tampoco mis hermanos.

En el inmenso jardín de ésta maldita propiedad que se convirtió en mi cárcel es donde se realiza la estúpida unión que en vez de ser por amor es por droga, por la droga de violación que alguien me dió.

Quién será mí esposo me amenazó antes de vestirme y me dijo que habrán algunas personas invitadas, que debíamos guardar las apariencias entre los cuales familiares suyos. Se que Iván estará presente y eso duele. Siento que me apuñalaron el corazón una y mil veces cada día pero que éste en especial está ensañado en acabar conmigo y cualquier vestigio de sentimiento que pueda tener.

No era así como soñaba mí destino esa noche donde todo salió mal.

El vestido ha debido costar una fortuna, lo odio y quiero arrancarlo de mi cuerpo.

Al bajar las escaleras con cuidado de no matarme porque pesa una tonelada y llevo unos tacones que me hacen unos diez centímetros más alta encuentro a mi padre y lo miro con la intención de que se arrepienta y me saque de aquí pero me ve con dureza.

-Apúrate que Dorian te espera- me dijo y toma mi brazo apresándolo con el suyo

-Papá por favor- pido con mi voz rota

-Hubieras mantenido las piernas cerradas, debería darte vergüenza. Agradece que pudimos hacer que Dorian te acepte después de andar con el sobrino. Eres la deshonra de los Sierra- su voz es fría y sus ojos aún más, no parece mi padre

Yo se que a simple vista todo daba una mala imagen pero ellos tenían que creer en mi. Nadie me creyó, ni el demonio que me desposará pero al menos él si averiguó algo de lo que pasó, mi familia ni eso hizo.

Caminamos y yo no me atrevo a levantar la mirada, la concentro en el suelo avergonzada.

-Es tuya- es lo único que mi padre dice cuando me deja al demonio quien toma mi mano que está helada aunque el clima es cálido

La ceremonia empieza y yo quiero llorar de rabia, tristeza, impotencia y destrozar este sitio hasta calmar un poco el maldito dolor que me quema el pecho.

No pude escuchar una palabra hasta que sentí el apretón en mi mano ya que debía decir acepto. ¿Como una palabra de seis letras puede ser tan difícil de pronunciar?

El demonio me gira sobre mi eje y levantando mi cabeza sujeta mi rostro y estampa su boca en la mía de una forma seca y brusca. No profundiza el beso, solo se separa de inmediato y eso es todo.

Sonríe pero sus ojos muestran la furia que siente porque no desea esto al igual que yo. Mis padres se muestran felices, mis hermanos me dan vuelta la cara y el que me mira fijamente es Iván. Mis dos amigas están aquí y se acercan cuando me quedo sola, creí que ellas al menos me apoyarían pero se que me equivoqué.

-Pero mira nada más que zorra astuta se escondía detrás de la carita de angelito- no doy crédito cuando escucho a Alison

-Las calladas son las peores, se metió a la cama del tío porque tiene más dinero y lo embaucaste para casarte con él- Carla se ríe más fuerte

-Ustedes saben que yo no lo hice- menciono con dolor pero ríen más

-Ahora que estás con el tío tal vez consuele al sobrino, dicen que lo tiene grande- Alison se burla de mi

-Me dijeron que es todo un semental, yo también le presto mi cuerpo para calmar la pena- continuó la otra que consideré mi amiga

Me alejo de ellas antes de acabar haciendo un escándalo que arruine aún más la imagen de los dos. Quiero llorar, mi vida está acabada y ya no tiene sentido seguir aquí pero primero encontraré al culpable de todo esto para hacerle pagar.

-No pareces feliz- Dorian me lleva rápidamente a un rincón y me mira amenazante

-Tú tampoco- le respondí soltandome de su agarre

-Al menos disimulo pero tu ni eso- se que tiene razón pero no tengo dotes de actriz

-Está Iván aquí- miro dónde se encuentra y veo que mis amigas se enganchan una de cada brazo suyo tal y como aveces hacía yo

-Si me engañas con mi sobrino no te va alcanzar la vida para lamentarte- me amenazó

Volvimos a la celebración de nuestra desgracia actuando al menos como dos personas estúpidas que se soportan y sonríen porque es fácil y no les queda alternativa.

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