TEATRO

Ella se quedo mirándolo con ganas de saltarle encima y golpearlo hasta cansarse, el sin levantar la mirada le dijo:

ADRIÁN: ya se puede ir, todo esta dicho.

Ella salió de la oficina tragándose la indignación ante aquella orde y agradecida por haberse alejado de su mirada, se encontró con la secretaria y le agradeció; también pensó ¿como haría esa chica para aguantarse al arrogante jefe?

Mientras llegaba al ascensor también pensó en el viaje a Cartagena, en las dificultades del encargo; más concretamente, en su nuevo cliente multimillonario, en su falta de tacto, su escasa capacidad para comunicarse y en lo inquietante y arrogante que le resultaba.

Al presionar el botón del ascensor, notó que le temblaba la mano y la cerró. Debía controlar su reacción ante Adrián ¿ si no cómo, iba a sobrevivir estando tan cerca de él durante una semana? ¿como iba a comportarse de manera profesional?, el casi todo el tiempo le hablaba en doble sentido y con insinuaciones; tragó saliva de forma compulsiva y se dijo:

MARA: 💭 ¡no seas absurda Mara, eres una profesional y él es un cliente, el mejor que has tenido, no te vas a dejar de el, has trabajado mucho para conseguir esta oportunidad de tener tu propia empresa, no vas a echarla a perder por una reacción inadecuada, concéntrate en lo tuyo.

Mara cuando llegó le dio la noticia a sus trabajadores que ya había firmado el contrato y que iría a Cartagena para ver el lugar donde van a trabajar, les dijo que solo va ella y después les comunica cuantos irán con ella después.

Llego el día de ir a Cartagena y Mara corría de un lado a otro porque tenía que ser puntual, pero el tiempo no jugo a su favor, su mamá trató de ayudarle en lo que podía.

Cuando Mara apareció en la entrada del

helipuerto, se apresuró a ir a su encuentro.

Cuando estuvo cerca el le dijo:

ADRIÁN: ¿será que el día de la boda va a llegar tarde? si no puede solo diga y no me haga perder mi tiempo, así busco otra empresa donde sean más responsables.

MARA: Claro que seré puntual, no se preocupe, solo tuve un contratiempo; no volverá a pasar.

Ella llevaba una carpeta con diferentes plan de trabajo que probablemente él rechazaría.

El quedó en silencio, se limitó a mirarla y se dio cuenta como se balanceaba y brillaba su cabello rubio con los rayos del sol, ella se puso nerviosa y miró a otro lado mientras el la seguía mirando y le dijo:

ADRIÁN: ¿Le brillará igual la piel después de hacer el amor?

MARA: ya me doy cuenta que su carita de bueno, no es más que un teatro para engañar a la gente, es un pervertido de primera.

ADRIÁN: jajajaja yo soy el que puedo y ¡soy carismático con quien yo quiera! nadie tiene porque decir lo contrario, siempre se hace lo que yo quiera, si digo que me beses los pies tienes que hacerlo.

Lo que ella no sabía es que el es muy querido por sus empleados, y si era carismático con todo el mundo; la única excepción era ella, porque lo contradecía en todo desde el primer instante que piso su oficina. Ella lo fulminó con la mira y soltó una carcajada con ironía para contestarle:

MARA: jajaja ¡le voy a regalar un consejo!

La prepotencia lo hace fuerte por un día, pero la humildad es para siempre; ¡Sabe! Hay personas tan débiles que necesitan humillar a otros para sentirse fuertes, no digo que sea su caso, es para que lo tenga en cuenta y no tropiece con esa clase de personajes.

El la miró y sonrió, ese no era su caso, el sabía cuál era su propósito con ella.

¿Qué tenía ella que la hacía tan tentadora? él sabía que no debía dejarse tentar y le dijo:

ADRIÁN: pero la prepotencia se disfruta al máximo en el momento, después ya, a seguir se dijo.

MARA: bueno cada cabeza es un mundo, ¿será que ya nos vamos?

ADRIÁN: cuando usted quiera, señorita contratiempo.

Ella no pretendia seguir con esa absurda discusión, sabia que nunca iban a estar de acuerdo en nada.

El la tomo del codo para conducirla al helicóptero, ella reaccionó de la misma manera que hacía días atras cuando se estrecharon la mano.Tal vez fuera contraproducente la satisfacción que a él le producía esa reacción.

Ella quedó sentada frente a él, estaba nerviosa, Adrian la miró y pudo detallar bien su rostro y más sus pechos porque el mechón de cabello que rosaba en uno de ellos, el tenia tantas ganas de ponerselo detras de su oreja pero se contuvo.

Mara se sentía incómoda por la mirada de él y le dijo:

MARA: ¿sera que puede dejar de mirarme?

ADRIÁN: ¡no! Porque no quiero que se vaya a lazar de mi helicóptero 🚁 le veo las intenciones.

MARA: eso es lo que usted desearía, pero no le voy a dar el gusto.

ADRIÁN: jaja bueno,veamos cuánto

Tarda en demostrar cómo es usted de verdad y en perder este encargo.

MARA: no cante victoria que yo no me rindo tan fácilmente.

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