BESOS

MARA: este trabajo significa mucho para mi empresa y para mí, quiero que todo salga

bien; le prometo que será así.

Él percibió la sinceridad en su voz y el entusiasmo, lo cual lo hizo sentirse como un canalla por el trato que le estaba dando.

ADRIÁN: espero que cumpla la promesa y no me defraude, porque no tendré compasión de usted.

MARA: así será, no se preocupe, no tiene por qué amenazarme.

ADRIÁN: no son amenazas, es una advertencia, no me gusta la irresponsabilidad.

Ella se puso a mirar por la ventanilla mientras el helicóptero ganaba altura, el escuchó que contenía la respiración como lo había hecho en su oficina al establecer contacto visual y vio cuando se agarró a los brazos del asiento, él sacudió la cabeza para eliminar el repentino pensamiento de aquellas uñas clavándosele en los hombros mientras…

Dejo de pensar cuando fue incapaz de apartar la vista de ella, que cruzó las piernas y le dejó entrever el muslo por debajo del dobladillo de la falda, la excitación de su entrepierna se volvió dolorosa al imaginarse besándole el

interior del muslo y prosiguiendo hacia arriba.

Furioso desvió la mirada, sabía que no la tenía fácil con ella.

¿Acaso ella no se percataba del efecto que le producía? ¿Formaba también parte de la representación?

Su forma de reaccionar ante el atractivo de ella constituía una complicación a la que debería enfrentarse lo antes posible, pensó él,

mientras le llegaba el olor de su perfum, el olor era adictivo, pero no era el de un perfume caro,

Claro que, hasta aquel momento, todo lo referente a ella había sido inesperado, lo cual no le gustaba en absoluto.

Ella se sentia aún más incomoda, el no dejaba de mirarla, no solía retrasarse, pero había algo en él que la excitaba.

El dio un suspiro y le dijo:

ADRIÁN: ya casi llegamos, tranquila

Ella inclinó la cabeza y se obligó a sonreír y dijo:

MARA: me muero de ganas por llegar, las alturas no son lo mio y tambien muero por conocer su casa.

El dijo en voz baja

ADRIÁN: y yo ¡muero por tenerla en mi cama!

MARA: ¿como dijo que no lo escuché?

ADRIÁN: que yo ¡muero por estar en mi cama! para descansar un rato.

Ella no dijo más, a los pocos minutos que aterrizaron él la llevó hasta su casa, ella quedó impresionada con la casa, lo miro a él y se encontró con su mirada, él esbozó una sonrisa que no suavizó su mirada, sino que la intensificó. Ella notó una sensación de humedad entre las piernas y apartó su mirada y le dijo para analizar el plan de trabajo.

Ella mostró todo lo que quería hacer en el matrimonio de Leidis, solo faltaba que él se decidiera o que lo hiciera ella para estar lista y empezar a organizar con su equipo de trabajo.

MARA: quiero saber el sitio y allí miramos si le ponemos algo mas o le quitamos, usted decide lo que tenga que hacer.

Ella lo dijo porque ya el se había decidido, el la miró y se acercó a ella, Mara quedo estática ante ese acto; el la miró a los ojos y ella fijo su mirada en sus labios, Adrian no aguanto más y se arriesgo a besarla sin importar las consecuencias después.

Ella quedó inmóvil, pero después le correspondió,el beso iba subiendo de intensidad, cuando él metió la mano por debajo de su blusa ella se separó un poco de él, lo miró a los ojos y con voz entrecortada le dijo:

MARA: ¡no! no podemos, vinimos por trabajo.

ADRIAN: no todo puede ser trabajo, relájate un poco ¿si?

Ella no dijo nada y el lo tomó como afirmación y empezó a besarla, quitó su blusa y después sacó sus senos del brasier y los lamio, ella se estaba entregando a él hasta que se acordó de su arrogancia y se separó del y conpuso su ropa rápidamente.

Ella se dijo mentalmente que no era una cualquiera, no podía perder la cordura con ese hombre por muy bonito que fuera

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