¿Debía presentarme de forma completa ante este muchacho? ¿Cuáles serían sus pensamientos sobre mí? Sus ojos esperaban una respuesta y aunque la música había terminado, seguíamos de pie en una orilla de la pista de baile. ¿Qué estábamos esperando? Terminar una conversación.
—Pues veras, realmente yo soy una pueblerina. Vivo en un pueblito que se llama San Francisco, soy huérfana y cuido de mi hermano menor. Podría decirte más cosas, pero, eso será para contarte en el futuro.
Parecía que él no esperaba una respuesta tan directa y fuerte de mi parte. ¿Directa? Directa la forma en que yo no tenía miedo de mostrarme tal cual.
Una nueva pieza musical empezó a sonar. Comenzamos a bailar.
—¿Eres huérfana?
—Si. Mis padres murieron hace ya algunos años.
—¿Y cómo es que…?
—¿He sobrevivido?
—Bueno tú…
—No te preocupes, no me lo tomo como un tema delicado. En realidad, yo tuve que hacerme cargo de muchas cosas a una edad temprana y de cierto modo, mi padre siempre vio la forma de inculcarme buenas costumbres para no sufrir tanto. Como si me hubiese entrenado para vivir sola.
Sus ojos se pintaron de curiosidad.
—¿Y extrañas a tus padres?
¿Por qué sincerarme con un hombre al que nunca había visto? ¿Qué caso tenía? ¿Valía la pena decir más sobre mí? Tan solo pensar en la oferta, la propuesta que mi abuelo me hizo, me hacía temblar. ¡Él había preparado un catálogo de chicos! Bueno no tanto así, pero mi viejito enfermo quería que yo ya me casara porque supuestamente él se casó a esta edad con mi abuela. ¿Te lo puedes creer?
¡Todo esto parece muy incierto!
—La verdad si los extrañaba, hoy ya no tanto como antes, pero, pues creo que es normal acordarte de vez en cuando de algún ser querido que ha muerto.
—De acuerdo.
—¿No sé si me entiendas?
—De cierto modo comprendo un poco. Yo perdí a mi padre cuando tenía diez años.
Eso me sorprendió mucho. ¿Perdió a su padre? El brillo de sus ojos se había tornado invisible.
—Entonces si me entiendes un poco. Tenemos algo en común, aunque se trate de un tema triste.
¿Triste? La muerte es bien desdichada. ¿Era bueno que coincidiéramos en tener una perdida? Como que nos estábamos poniendo un poco intensos y demasiado grises.
—Si, bueno y ¿te gusta vivir en el pueblo? —Cambio de tema.
—Es un buen lugar. Yo creo que es más bonito que todo esto.
—¿Todo esto?
—Sí. ¡Ya sabes! La ciudad.
—¿No te gusta estar cerca de la ciudad?
El baile había pasado de forma rápida y la canción había terminado. Ni siquiera había durado tanto como la anterior.
—¡Gracias por invitarme a bailar! —Ya no respondí su pregunta.
—No fue nada. Espero poder bailar más esta noche.
—Seguro que si lo harás. Eres un chico muy guapo. Las pocas chicas reunidas esta noche, solo te miran como un bocadillo.
—¿Como bocadillo?
Asentí.
—Si volteas ligeramente, notaras que detrás de ti hay una chica que solo te mira con intenciones de que bailes con ella.
Su discreción fue nula, literalmente los ojos de la chica se prendieron cuando las pupilas de Erick se encontraron con ella.
—¡Tienes razón!
—Pues sí. Aunque hubieses sido más discreto. Ahora ella está más derretida por ti que antes.
Algo genial de mi forma de ser, es que regularmente (a veces no, porque luego me chiqueo) siempre me gustaba decir las cosas sin miedo. Que si algo no me gustaba, lo decía. Que si me sentía un poco molesta, les decía que mejor no se acercaran a mí.
Mamá me había enseñado que era bueno siempre decir las cosas.
—¿Crees que soy guapo? —Parecía no creer en lo que yo le había dicho antes de compararlo como a un bocadillo.
—¡Pues sí! Tengo que admitir que me gustan mucho tus cejas. ¡Se ven bien bonitas! Parecen como dos gusanos azotadores bien pachones. ¡Chulada!
Sus mejillas se pintaron de rubor y la expresión en su rostro fue lo mejor. ¿Dos gusanos azotadores? Bueno, mejor dicho, parecían dos orugas de color negro.
—¿Dos gusanos azota...?
—Sí, bueno, hay unos que...
Comenzaron a tocar otra melodía para bailar. ¡Qué bonito bailar música de gente mayor!
—¡Ari! —Escuché la voz de mi hermano.
El canijo traía un montón de dulces en las manos.
—¿Qué pasó?
—Te traje unos dulces porque ya se acabaron los que estaban en la mesa. ¿Quieres chicles o paletas de corazón?
Lo que más le gustaba de las fiestas a mi chamaco, eran las mesas de dulces. ¡Su delirio absoluto! Y pronto dejaría de comportarse así, estaba por entrar a la adolescencia. ¡Un cambio más en nuestras vidas!
—Dame unos chicles.
Me dio un puño de chicles Canel's de varios sabores.
—¡Gracias! Por cierto, Adán. Quiero presentarte a este muchacho —tomé de la muñeca a Erick y este se sorprendió un poco por mi movimiento—. Su nombre es Erick.
—¡Hola Erick! —Correspondió mi hermano—. Yo me llamó Adán.
—¡Un gusto Adán!
—Él es mi hermano.
Ambos intercambiaron un saludo de mano. Y en ese instante, un trueno anunció que llovería. La gente en el salón se estremeció un poco.
—¡Va a llover Ari! —La emoción no cabía en mi pequeño.
—¡Ya sé! ¿Quieres que salgamos a mojarnos?
Mi sugerencia hizo que él se emocionara.
—¡Pues eso es obvio! Iré a buscar a Toño para que juguemos una ronda.
Mi hermano desapareció con su puño de dulces en busca de nuestro amigo.
—¿Mojarse? —Erick estaba muy sacado de onda.
—¿Nunca lo has hecho?
—En realidad no. A propósito, no.
Sonreí.
—Entonces te falta mucho por vivir.
—¿Tú crees?
Un hombre se acercó a Erick, creo que él se iría de mí.
—Por supuesto. Si tú quieres acompañarnos a mojarnos, estaremos en el patio.
—¡Lo pensaré!
—Sabes dónde encontrarnos.
La lluvia estaba intensa. Lo mejor, es que no había mucha carga eléctrica en las nubes y pudimos divertirnos sin miedo a que nos cayera un rayo. ¡Morir achicharrados no! Ni siquiera estaba lista para morir, bueno es que en realidad nunca nadie está listo para su muerte.
El jardín de la casa era muy grande, terreno amplio y arbolitos que nos permitían protección del otro jugador. ¿Jugador? Los tres estábamos en una partida de las traes, ya sabes, ese juego de antaño que te da diversión sin tanta complicación. Corres un poco, tocas a un jugador y ahora este se encarga de perseguir a todos. ¡Una locura!
—¡No me alcanzas! —Adán le hacía burla a Toño.
Tremendo chamaco que corría a toda velocidad. Vi resbalarse a mi hermano y Toño aprovechó para tocarlo. Adán se levantó rápidamente y comenzó a perseguirme.
—No corras tanto Ari, te voy a alcanzar.
Mientras la gente de sociedad bailaba y se paseaba por una sala llena de aparente lujo; mi costumbre era más divertida que el vestido pomposo que traía puesto.
Resbale, me golpee contra el pasto y no pude evitar soltar unas carcajadas de esas potentes. Mis manos acariciaron el pasto mojado, sentí unas cosquillas internas bien agradables y esto era muy bueno en realidad.
Adán me tocó y echó a correr. No me levante al instante, tuve que obligarme a calmar mis emociones.
—¿Estas bien?
Me sorprendió tanto verlo tendiendo su mano para ayudarme.
—Si, solo estamos jugando —tomé su mano y nuestros ojos se observaron fijamente por algunos segundos, no podía dejar pasar esta oportunidad—. Ahora las traes.
Empecé a correr como loca. Erick pareció no captar el punto del juego.
—Tienes que perseguir a alguien para tocarlo y así te liberas —le dijo Adán escondido desde un arbusto.
La lluvia había bajado la intensidad. ¿Te puedes imaginar a un grupo de chicos bien vestidos jugando bajo la lluvia? Un juego de gala.
—¡Pues iré por ti! —Advirtió a mi hermano.
Comenzó la persecución y todo era diversión. Pasamos más minutos afuera que adentro, la noche era muy agradable, las farolas alumbraban bien y de pronto, vi a la tía Arabela contemplándome desde una puerta del salón.
—¡Ari! —Llamó ella.
—¿Que pasó tía?
—Tu abuelo te busca. ¿No se van a enfermar por andarse mojando? Eres una cascada de tela. Mira ese vestido. ¡Que genial es ser joven!
Una sonrisa brilló en su rostro. Tuvimos que detener el juego.
—¿Nunca jugó bajo la lluvia?
—Tu padre y yo siempre solíamos divertirnos en cada lluvia. ¡Qué momentos!
—¡Que padre! Seguro la pasaban muy bien.
Mi padre también se había encargado de enseñarnos a jugar bajo la lluvia. Recuerdo muy bien cada detalle de su risa bajo las gotas de agua. ¡Buenas lluvias para nosotros!
—Si, fueron buenos tiempos, que bueno que se diviertan así.
Asentí. Cuando entramos al salón, me sorprendió ver que ya estaba un poco vacío. Parecía que la gente se había ido y eso nos daba la oportunidad de pasar desapercibidos.
—Quiero que vayas a tu habitación y te cambies, yo iré a ver al abuelo —dije a mi hermano.
Toño acompaño a mi pequeño mocoso. Por mi parte, fui a buscar al abuelo, me causo un poco de curiosidad ver a Erick caminar detrás de mí.
—¡Estas escurriendo mucho! —Dijo tocando la tela de mi vestido.
Su mano se deslizo por mi hombro
—¡Y tú estas igual que yo! —También toque su hombro.
Su camisa estaba pegada a su cuerpo, podías ver un poco del color de su piel.
Cuando mi abuelo nos vio, la sorpresa era la definición perfecta para describir su semblante. Estaba en compañía de unas personas que se nos quedaron mirando de forma seria. ¡Mis tíos!
—¿Me quería ver abuelito? ¡Buenas noches! —Saludé a los demás.
—Si, que bueno que llegas. Estoy hablando con tus tíos de la gran posibilidad de que te quedes a vivir conmigo.
Noté el bochorno de esta situación.
—¿Eso es cierto? —Preguntó un hombre cuarentón. Parecía molesto, todos en realidad tenían una cara bien fea.
¡Amargados! Bola de gente interesada.
—Si, lo más probable que sí. Por un tiempo, en lo que el abuelo se recupera.
En realidad el abuelo tenía varios achaques y a su edad, era muy poco probable que se recuperara.
—Erick, que bueno que te quedaste hasta el final. Veo que se divirtieron jugando, los vi hace ratito —le dijo mi abuelito.
—La pase muy bien, en verdad. Sus nietos si saben divertirse.
¿Divertirnos? Sus ojos volvieron a brillar cuando mis pupilas le observaban con detenimiento. ¡Su rostro escurría en lluvia! Se veía muy mono, todo mojado.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 39 Episodes
Comments
Bella Maldonado Beltran
creo que el amor de ari sera el albañil ,talvez tenga una relacion con erick pero mas que nada por impocición del abuelo pienso yo .
2024-04-13
1
Xochitl Parra Triana
será que se enamoren el chico y ella? los tíos no la quieren, por la herencia seguro.
2023-10-02
0