Sorpresa

-¿Quieres que me vaya?, ¿Cómo es tu cuarto?- ella caminaba con curiosidad, como si fuese un animal pequeño intruseando, abrió la puerta de mi cuarto y la seguí, la empujé contra la pared y me incliné bestialmente hacia ella.

-... ¿Qué haces?-

-... Me estás provocando- le dije al oído, pero ella se sonrió y puso su mano sobre mi rostro.

-Que mal genio tienes, vaya! tu cuarto es muy genial!- se soltó de mí y comenzó a pasearse, se sentó en mi cama y miró por la ventana. -¿Qué juegas en esa supercomputadora?-

Tomé aire y controlando las ganas que le tenía a esa enana curiosa salí del cuarto.

Ella salió tras mío y me tomó la manga, -Dime, ¿quieres ser mi novio?-

-No, vete- le dije sin pensar siquiera en aquella opción -Vendrá la novia de mi padre hoy, tendremos una cena familiar... -

-Bien... puedes ir a mi departamento cuando quieras-

-¿Tu departamento?- pregunté- ¿Pero y tus padres?, ¿Qué edad tienes?-

-20-

-¿VEINTE?, ¡PARECES DE QUINCE!-

-¿qué dices?, mi cuerpo se ha desarrollado muy bien- se abrió el chaleco y pude advertir que no solo sus piernas eran llamativas, tenía una contorneada cintura y además tenía unos vultosos senos que me comían las manos por tocar.

-¿Te gusta?- dijo, advirtiendo mi cara de asombro, yo miré hacia el lado deseando que se fuera rápidamente de mi lado, contaba los segundos para no tomarla en brazos y devorarla.

-Bien, ya capté que no te gusto...- se dio la vuelta y se agachó para ponerse los zapatos, pero sin poder controlar más mi excitación, la atraje hacia mí y la besé.

Sentí el tibio calor de la noche anterior en mi cuerpo, ella olía a galletas y en la medida que la tocaba ella se estremecía. Puse mi mano sobre su muslo tentado a subir más, pero el ruido de las llaves me sacó de aquel trance.

-Mierda mi papá-

Ella me miraba coquetamente, se arregló la ropa y se apoyó en mí, mi papá me vio y se quedó asombrado, probablemente la erección que tenía se veía a leguas.

-¿Tenemos visitas?- dijo aún sorprendido.

-Mucho gusto señor, soy su nueva vecina Reika Kanzaki-

-Encantado de conocerte Reika chan-

Vi como su novia entró por la puerta y se quedó mirándome con cierto rostro de deseo.

-hijo, ella es Saori, cariño, mi hijo Liam-

-Encantada- dijo mirándome de pies a cabeza, yo aproveché de esperar que se instalaran para acompañar a Reika a la salida.

-Esa mujer te miró con deseo- dijo inflando las mejillas.

-Tienes razón-

-Eres un chico guapo...que celos siento!-

Aquello me dejó impresionado, ¿la enana celosa?, apenas nos volvíamos a ver y ella ya se comportaba conmigo como si nos hubiéramos conocido de toda una vida. La acompañé a la puerta de su departamento y me incliné para despedirme, le besé la mejilla pero ella me besó de regreso en los labios.

-¿Quieres pasar?-

-No- dije en seco, aun no estaba entendiendola, no era posible que fuese así de impulsiva -Si quieres pensar en mi como novio, jamás uses esa falda en la calle sin mi presencia-

-¿Mi... falda?-

-Es demasiado corta- la tomé de la cintura y con mi otra mano le toqué el trasero, ella me dio una bofetada.

-Hentaii-

Me quedé de piedra sin saber qué decir. La vi molesta, se giró y me cerró la puerta en las narices.

Me quedé parado estúpidamente allí sin saber que hacer, mi padre se asomó para pedirme que cenemos.

-¿En verdad ella se molestó?- me preguntaba mientras mi padre y Saori conversaban sobre el trabajo, yo comía lentamente y no podía quitarme de la cabeza todo lo que había pasado.

-Liam, ¿podrás acompañar mañana a Saori al mercado? me han pedido ir a la oficina y ella no puede cargar tanto peso sola-

-tengo que entrenar- dije secamente

-No lo molestes cariño- dijo ella, mirándome como si yo fuera algo delicioso, se relamía los labios.

-Vamos hazlo por mí, Saori necesita ir al mercado para abastecer su negocio de ramen-

-Te puedo compensar con un delicioso ramen para el almuerzo- dijo ella sonriente.

Y allí estaba yo, acompañando a esa mujer de unos 35 años, que con una falsa sonrisa me miraba descaradamente con deseo como si no pudiera darme cuenta de sus intenciones. Se acercó a mí y me secó el sudor.

-Solo falta una compra más y terminamos-

Yo la seguía en silencio, como un animal de carga, quería irme luego, al medio día tenía que estar en discord para una junta de estrategia, y ya eran las 10 de la mañana, aún no desayunaba y ya me rugía el estómago.

Volvimos hasta la entrada de su local, ella me hizo pasar a dejar las bolsas, allí quiso intentar limpiar nuevamente mi frente pero sintió un fuerte ruido en su ventana, ambos nos asustamos.

-¿Qué fue eso?- me agarró del brazo y puso sus pechos en mi codo. La ventana explotó en mil pedazos y el cuervo se puso frente a ambos.

Me quedé helado y me solté de la novia de mi padre.

El cuervo me miraba fijamente, tenía los ojos del color de la madera, de esa madera quemada.

-Cuidado!, te puede atacar!- decía Saori, mientras buscaba una escoba.

Nos miramos unos segundos y no pude evitar pensar en la enana, tenían el mismo color de ojos. Saori movía la escoba y el ave le hacía frente hasta que decidí quitarle la escoba y darle con fuerza, el ave voló, pero cayó sobre un vidrio, se revolcó un momento en el suelo y luego se marchó volando.

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