Capítulo 4: El contrato.

Violeta…

Decidí olvidarme de las tonterías que había dicho el joven Alejandro, me puse mi uniforme y fui al despacho a saludar a mi jefe.

Él ya estaba allí, como lo hace siempre, leyendo el periódico y tomando café, al verme entrar sonrió.

—Buenos días, violeta, como te fue con tu abuela, como están ella y sus hermanos— me pregunta.

—Muy bien señor, mi abuela ya está mejor, le envía muchas saludes, su hijo estuvo de visita anoche en la casa— le digo.

—En serio, ese hijo mío siempre tan extraño, y que te dijo— me pregunta.

—Que regresaría a la casa hoy mismo, y…— le digo guardando silencio.

—Y que más te dijo— pregunta con curiosidad.

—Creo que estaba bromeando, señor, él me hizo el favor de traerme hasta la mansión y al despedirse me dijo que no lo llamara joven, que lo llamara Alejandro, que no tratara tan formalmente al que sería mi esposo— le digo con timidez.

—Entonces acepto mi propuesta— responde el señor del Monte.

—Qué propuesta, señor— pregunto con curiosidad.

—Querida violeta, en poco tiempo serás la nueva señora del Monte— me dice con una sonrisa.

En ese momento quede completamente muda, yo la señora del Monte, no eso no es posible.

—Violeta, confió en ti para que ayudes a mi hijo en el momento en el que yo falte, te conozco desde que eras una niña y sé qué serás la esposa ideal— me dice al verme tan pensativa.

—Señor, yo no me puedo casar con su hijo, no así, él no me ama, y yo… pues yo— le digo nerviosa.

—Tú si lo amas, lo sé, lo dicen tus ojos, pero no te preocupes, ya sabrás entrar en su corazón, hazlo por mí, es uno de mis últimos deseos antes de partir— me dice muy triste.

En ese momento no me pude negarme, yo estaba muy agradecida con él por todo lo que había hecho por mi familia y había encontrado la forma de devolverle ese inmenso favor.

Abandone el despacho y no pude concentrarme el resto de la mañana, a la hora del almuerzo el joven Alejandro llega a la casa con todas sus cosas.

—Buenas tardes, futura esposa— me dice dándome un beso en la mejilla.

Yo me ruborizo de inmediato y huyo de la sala de estar.

Esto va a ser más difícil de lo que imagine.

Alejandro…

Volver a casa fue una buena decisión, mi familia me necesita y aunque me parezca que casarme es una locura, es lo único que quiere mi padre en este momento y pienso respetar su voluntad, fui a mi apartamento y empaque todas mis cosas, mi futura esposa me espera.

Al llegar la veo en la sala de estar, me acerco y le doy un beso, la pongo nerviosa es obvio, porque de inmediato se fue, esto va a ser más divertido de lo que pensé.

Pido a las empleadas que acomoden las cosas en mi habitación, mientras hablo con mi padre.

—Papá, buenas tardes, he regresado a casa— le digo dándole un fuerte abrazo.

—no sabes como me alegra, y más me alegra que hayas aceptado mi propuesta— me responde con una enorme sonrisa.

—Siéntate hijo, cuando te casas-me pregunta.

—Aún no lo se papa, tengo que hablar con Violeta, no sé si está de acuerdo.

—Lo está, no es necesario, que hables con ella, yo me encargaré de todo, en quince días será el anuncio de su compromiso y en un mes la boda— me dice.

—Como órdenes papá, le respondo levantándome de la silla— Voy a buscar a mi futura esposa.

—Alejandro, mírame, Violeta no es como las mujeres que estás acostumbrado a conseguir, ella es diferente, no le hagas daño— me dice con tono amenazante.

—No te preocupes papá, ella será la mujer más feliz del mundo estando conmigo— le respondo abandonando el despacho.

Salí del despacho y empecé a buscar a Violeta, me informaron que estaba en su habitación, entre sin tocar la puerta y la encontré sin blusa ni sostén, se estaba cambiando de ropa.

—Salga de inmediato, me estoy cambiando— grita muy asustada.

—te espero en mi cuarto, necesitó que hablemos— le digo saliendo de inmediato.

No podía sacar de mi mente esa imagen que acababa de ver, qué mujer tan hermosa, sus senos son perfectos, su piel se ve que es tan suave, será toda una tentación estar a su lado.

Minutos después ella tocó la puerta de mi habitación.

—Permiso joven, me necesitaba— pregunta sin mirarme a los ojos.

—Si tenemos que hablar, discúlpame por lo que ocurrió hace un rato— le digo.

—No lo mencionemos por favor— me responde.

—Está bien, así será, creo que ya sabes que muy pronto serás mi esposa— le digo acercándome a ella.

Responde que si con un movimiento de cabeza.

—mira, quiero que leas este acuerdo, que solo será entre tú y yo— digo entregándole unos documentos-

Ella lo recibe y empieza a leer…

… Cláusulas para el matrimonio entre Violeta Tobón y Alejandro del Monte.

1. Prohibido enamorarse.

2. Besos y abrazos solo en público o en frente de mi padre o mi familia.

3. No intervenir en la vida del otro\, ambos estamos en libertad de andar con quien queramos sin ser descubiertos.

4. El matrimonio tendrá la duración de dos años\, después de eso cada quien hará su vida como le plazca.

5. Dormiremos en la misma habitación\, para no levantar sospechas con mi familia.

—Pienso que falta algo más— me dice Violeta.

—Sí, no creo me parece perfecto— le respondo.

—Es una cláusula de mi parte, no habrá intimidad— me dice.

—No digas eso, al menos piénsalo, vamos a pasar mucho tiempo juntos— le respondo

—Lo aceptas así o no hay acuerdo— me responde en forma desafiante.

—Está bien, tú te lo pierdes… le respondo.

Narrador…

Después de agregar la nueva cláusula al contrato, Alejandro y violeta pusieron sus firmas en él, lo que no sospechaban era que más temprano que tarde romperían cada cláusula de ese contrato, porque su amor estaba destinado a ocurrir y ninguno de los dos podía hacer nada contra el destino.

Un rato después de la firma de aquel absurdo contrato, bajaron al despacho a hablar con Juan Felipe, quien ya estaba organizando todo para el anuncio del compromiso de su único hijo y Violeta.

Esa noche cenaron en paz y unidos, a partir de ese momento Violeta ya no sería más la enfermera del dueño de la casa, ahora se convertiría en la esposa de su hijo, en su nuera, en la mujer que cambiara por completo la vida de nuestro soltero experto.

Ay Alejandro, ese contrato va a ser tu perdición…

Muchas gracias por leer, estoy atenta a sus comentarios.

¿Creen que Alejandro perderá en el juego que el mismo propuso?

¿Podrá Violeta aguantar la tentación?

Descúbranlo en los próximos capítulos de Un Ex Soltero Experto.

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