Capítulo 3: Violeta

Violeta…

Mi vida se ha convertido en un caos el último año, después de graduarme de la escuela de enfermería, mi madre murió, dejándonos a mis pequeños hermanos y a mi con mi pobre abuela que ya es una persona mayor.

No pude empezar a trabajar al principio para ayudarle a mi abuela en casa que también se recuperaba de una cirugía que le habían practicado un mes antes, la liquidación de mi abuela ya se estaba agotando y necesitaba conseguir un trabajo pronto.

Ella misma se encargó de conseguirme un trabajo, si hace un año soy la enfermera de Juan Felipe del Monte, él se ha portado muy bien conmigo, es como un padre para mí y ha apoyado a mi abuela y a mis hermanos todo este tiempo, por eso estoy muy agradecida con él.

En esa hermosa mansión he conocido un mundo que jamás pensé que vería, y personas muy agradables que me tratan con cariño, las hijas de mi jefe son muy buenas personas y me han ayudado mucho.

El señor del Monte también tiene un hijo, Alejandro, es un hombre muy guapo, pero la verdad nunca se fija que estoy ahí, es como si yo fuera invisible ante sus ojos.

Mi jefe le llama el soltero experto, aún no comprendo por qué, pero solo con escucharlo sé que sería un hombre que no está a mi alcance, por eso evito hacerme ilusiones.

Malas noticias con la salud de mi jefe llegaron con su último chequeo, tiene cáncer y su pronóstico de vida es corto, puedo sentir en su rostro la tristeza y la preocupación que tiene por dejar a sus hijos solos.

Después de ver a su médico llama a sus hijos para darles la noticia, el joven Alejandro llega tarde, como siempre, y es el primero en abandonar el despacho.

 Luego las señoras Katia y Estefanía salen llorando de allí, yo me acerco y les doy un abrazo, siento como mío su dolor, ella lo reciben con mucho amor y me piden que cuide a su padre, pero hoy tengo que ir a casa a llevarle dinero y algunas cosas a mi abuela y a mis hermanitos.

Un rato después decido ir a ver al señor, al entrar veo como llora con la foto de su esposa en sus manos.

—Señor, se siente bien, las chicas salieron llorando, le puedo ayudar en algo— le pregunto.

—Creo que si Violeta, tú eres la indicada— me responde.

Yo lo miro confundida, y en ese momento veo como el joven Alejandro abre la puerta, por primera vez en este año me mira, mis nervios no me permiten hacer lo mismo por lo que salgo del despacho.

De inmediato emprendo el viaje hasta donde mi abuela, son dos horas de camino, ya don Juan había autorizado que el chofer de la mansión me llevara.

Al llegar mi abuela y mis hermanitos me recibieron con mucha alegría, había llevado comida, juguetes y chocolates para ellos.

—Te noto triste hija, te pasa algo— me pregunta mi abuela mientras preparábamos la cena.

—Me imagino que ya hablaste con el señor, ya sabes lo de su enfermedad, hoy sus hijos se enteraron y estaban muy tristes— le respondo.

—No es para menos hija, él es un buen hombre, muy generoso y no se merece lo que está viviendo, y mis niños tampoco, me gustaría tanto estar con ellos en este momento— responde mi abuela algo triste.

—Y como viste a mi niño Alejandro— pregunta.

—No sé abuela, tu niño es muy extraño y un poco engreído— le respondo.

En ese momento tocan la puerta, mi abuela se queda en la cocina y yo salgo para abrir.

—Buenas noches— digo sin ver quien estaba al frente mío.

—Buenas noches, estoy buscando a Leonor— dice mirándome confundido.

Era él, ahora yo que hago, o que le digo.

—Pase joven Alejandro, mi abuela está en la cocina preparando la cena— le respondo con timidez.

Él entra a la casa y saluda a mi abuela con mucho cariño, yo había llegado a pensar que el soltero experto no tenía sentimientos, pero al parecer si los tiene.

Ceno con nosotros, conoció a mis hermanos y hablo de todo con mi abuela, ella se veía tan feliz que no lo dejo irse, prepare una habitación para él y decidí esconderme en mi cuarto, no quería verlo más, me pone muy nerviosa.

Al día siguiente me desperté muy temprano, tenía que regresar a la mansión, pero antes tenía que buscar a Valentina que como siempre debe estar escondida en algún rincón de la casa.

Empiezo a llamarla lo más bajo que puedo, hasta que escucho su voz en la habitación del joven, entre avergonzada, y me lleve a la niña de allí, se veía tan lindo hablando con mi hermana (no pienses en eso, concéntrate). Después se ofreció a llevarme al trabajo, yo me negué, pero al final convenció a mi abuela, en ese momento no pude hacer nada.

El viaje fue más eterno de lo que es normalmente, el joven empezó a hacerme preguntas y a ponerme nerviosa, fue tan largo el viaje, él no dejaba de mirarme a los ojos y ponerme nerviosa, y yo no podía evitar mirarlo, su boca, sus labios, su sonrisa, todo él es tan perfecto (pero es un mujeriego no lo olvides).

Por fin llegamos y me bajo del auto dándole las gracias, antes de eso me pidió que le informara a su padre de que volvería a casa y que le pidiera a mi abuela que pensara en su propuesta.

Baje del auto y empecé a caminar lo más rápido que pude, él se bajó del auto y me dijo.

—No me llames señor, ni tampoco joven, soy Alejandro, no puedes tratar tan formalmente a quien va a ser tu futuro esposo-

Él volvió al auto y arranco, yo me quede atónita, no había entendido bien, yo seré la esposa de Alejandro del Monte, esto es una completa locura, debe ser una broma de ese cretino, pienso entrando a la casa.

Querida Violeta, no sabemos lo que el destino nos tenga preparados…

¿Creen que aceptara convertirse en la señora del Monte?

Muchas gracias por leer, siempre estoy atenta a sus comentarios.

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Comments

Yumipeva

Yumipeva

Osea que si han coincidido pero el muy tonto no la ve🤦🏽‍♀️🤦🏽‍♀️

2023-04-08

1

Sami

Sami

si con tal de ver al señor feliz y por qué creo que Alejandro le atrae

2023-02-24

0

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