CORAZÓN BLINDADO II Lágrimas Inocentes

CORAZÓN BLINDADO II Lágrimas Inocentes

FELIZ CUMPLEAÑOS

Bip… Bip Bip… Bip Bip Bip… Bip Bip Bip Bip… una mano cayó con pesadez sobre el pobre despertador apagándolo de golpe y fue arrastrado bajo las sábanas de seda azules. El dueño de las mismas miró con somnolencia la pantalla comprobando la hora. Siete y quince. Se paró como resorte la cama metiendo sus pies en las pantuflas peludas con forma de pata de oso que tenía y caminó arrastrando los pies hasta el armario. Bostezó sacando la ropa del día y se fue directo al baño…

Lunes, hoy toca azul. Nicholai abrió la ducha dejando el agua tibia mojar su rostro y terminar de despertarlo. Lavó su larga cabellera con el shampoo de “Star Wars” que le regaló Mina en navidad y luego de una buena ducha salió ya vestido para ir a la oficina. Saco y pantalones de vestir azules, camisa blanca de cuello redondo y unos tennis “Converse” rojos con agujetas blancas. Se colgó el crucifijo al cuello como todos lo días y se acomodó el cabello en el espejo. Se miró conforme y guardó el peine en su bolsillo cogiendo los anteojos sobre la cajonera. Había cambiado pero no demasiado. Su cabello era un poco más largo llegándole hasta debajo de los hombros, un físico un poco más marcado y acentuado pues se dedicó algo más a hacer deporte, empezó a ir al gimnasio y regresó a entrenar con Lucca. Nico tenía nociones de ello porque cuando era más niño practicaban con su padre pero lo fue dejando. Retomó aquello ahora que dirigía DOME Italia porque “quería poner el ejemplo” y solía decir, si yo puedo hacerlo los demás también. Además dejó de vestir tan formal y puso su toque al guardarropa. Podía decirse que era más “él mismo” ahora y estaba conforme con ello. Sonrió contento, otro día, otra nueva oportunidad. Era un joven entusiasta y con mucha energía, y se había propuesto a si mismo que sin importar qué pase, él podía con el reto.

Habían pasado casi dos años desde la boda, mismo tiempo que él llevaba a cargo de DOME Italia y tal como todos esperaban las cosas mejoraron enormemente con Nicholai Hoo Suin como el CEO de la empresa. Lucca era el jefe de operaciones y se encargaba de coordinar todos los asuntos relacionados con servicios y clientes, así como de verificar que todo en la academia esté yendo como debe ser. Ya que Nico no podía estar en ambos lados al mismo tiempo se dividieron el trabajo y mientras el joven Hoo Suin revisaba y mantenía andando el corporativo Lucca veía el paso en la academia. ¿Y Lucy? Bueno, le faltaba un año para recibirse en negocios internacionales, le iba muy bien en la carrera y tenía excelentes notas, decidió volver a echar a andar la finca y regresaron al campo del vino, trabajo que fue la pasión de su madre, además de sus obras benéficas claro. Poco a poco iba ganando terreno en el negocio y con un poco de ayuda de su novio y su hermano no era tan pesada la carga. Así era la vida de los más jóvenes en la familia. Cada uno luchando por superarse y crecer, así como sus padres, y ahora Mina, les enseñaron.

Nico hurgaba en la nevera para ver si comía algo rápido, su teléfono sonó y el chico aceptó la videollamada. Unos ojitos grises aparecieron en la pantalla y el muchacho echó a reír oyendo la voz de Mina “regañando” al pequeño ladrón que se robó el teléfono.

-Noah, da…dame eso… ¡ay Dios mío!

-jajaja, ¡hola! -saludó el muchacho contento- ¡buenos días Mina!

-¡FELIZ CUMPLEAÑOS! -exclamó la muchacha apenas pudo quitarle el teléfono al pequeño pelirrojo que tenía en brazos.

-¡oh, te acordaste! -sonrió- Gracias, hey, ¡Hola Noah! Hola chiquis… ¿cómo estás? Chispas, está grandote, ya tiene rato que no lo veía Mina…

Nicholai miró con ternura al pequeño al otro lado de la pantalla. Una bolita rechoncha envuelta en un mameluco rojo como su cabello, con algunos rizos revueltos, su piel blanca y ojos grises de intenso color en sus irises, igual que su padre. Noah, su adoración por cierto, y él consentido de la famila, ¡hasta de Lilly! ¡Era al único que le daba de sus patatas! Ya ni Catalina tenía ese privilegio, y aunque el peque solo las chupaba con gusto a Lilly le fascinaba verlo “comer”. Nico estuvo feliz de recibir la llamada, los extrañaba mucho y no había podido viajar a verlos, pero ya pronto lo haría.

-si, la verdad tienes razón, crece muy rápido… ¡te extrañamos mucho Nico!

-y yo a ustedes, quiero ver si viajamos este fin de mes.

-¿como va todo?

-tranquilo, ya sabes, ya cerramos la investigación con lo de Capricci y si hubo mucha gente que estaba enterada, ya papá salió para allá, solo firmó con el juez.

-¿sabes si llega hoy? -preguntó dejando al pequeño en su sillita y mirando la pantalla del teléfono. Nicholai encontró a una hermosa mujer con el cabello algo más corto y grafilado, labios rojos y uniforme ejecutivo. Seguro iba para la escuela. No pudo dejar de notar lo linda que lucía.

-si pero creo que ya muy noche, no sé si voló con escala. Pero no te preocupes, doña Adelita vio que desayune y ayer fuimos a cenar todos por mi cumpleaños, lastima que no pudiste venir tú…-dijo algo triste.

-es que Noah está resfriado… pero te veo en unos días ¿no? Salúdame a “los tortolitos” y… de nuevo, feliz cumpleaños, mi niño, te quiero mil, ¿lo sabes?

-y yo a ti, besos, me tengo que ir a la ofi, cuida mucho a Noah… ¡bye!

Colgó el teléfono y salió de prisa con el auto. Se llevó un pan tostado en la boca y su portafolios negro, lo tiró en el asiento del copiloto y salió manejando rumbo a la oficina, mientras en su radio sonaba alguna canción random, Lucca se fue más temprano porque él iba a la academia y Lucy tenía clases, quedaron en verse los tres para almorzar así que de momento Nico no tenía nada planeado.

Condujo sin prisa hasta entrar a la ciudad, como todavía tenía tiempo decidió consentirse un poco y fue por un café, se le antojaba uno de esos panecillos dulces, así que se paró en una de las cafeterías del centro donde su padre compró esos postres tan ricos aquella vez, entró y se quedó de pie unos minutos frente a la vitrina mirando con atención a ver cuál llamaba su atención…

*********

El ruido del celular programado con la alarma apenas y sonó una vez, de inmediato fue apagado por un par de veloces dedos. Ella se levantó de la cama y la tendió con rapidez. Descalza y a paso veloz se encaminó al fregadero de la pequeña pieza y abrió la llave dejando el agua fría correr y lavándose de prisa la cara.

El espejo reflejó un rostro cansado y carente de emociones, la chica tomó la liga colgada en un clavo de la pared y se ató el largo cabello negro en una coleta alta. Todavía le dolía el cuerpo por la noche anterior, esos bastardos se quisieron pasar de listos…

la chica tomó la cosmetiquera en el estante y sacó algunas cosas. Con habilidad maestra maquilló las ojeras y ese golpe cerca del labio que le valió a esos tres estupidos la paliza del siglo. Listo. Volvió su vista al espejo. El reflejo le devolvió la imagen de un cuarto pequeño y lúgubre, cortinas grises y apenas remozado. Solo había más que lo necesario. Una cama, el espejo y el lavabo, una hornilla y una pequeña puerta que daba al inodoro. La luz parpadeante del foco en el techo y un ventilador que oscilaba con movimientos lentamente hipnóticos. Ella suspira una vez más. Otro día, otra pesadilla… miró las rosas negras tatuadas en cada una de sus muñecas y lamentó una vez más el que esas heridas no fueran suficiente para privarla de su vida. Estaba mucho peor ahora que entonces…

La puerta se abrió y ella miró con desdén como un apuesto hombre, joven de ojos verdes y cabello rubio bien recortado, le miraba de arriba hacia abajo, deteniéndose en sus piernas, desnudas y apenas cubiertas con el camisón blanco que traía. Ella cruza los brazos frente al pecho en señal que no le gusta tal escrutinio, el hombre sonríe captando la indirecta, que fue bastante directa mas bien.

-¿amanecimos de malas “diablita”? -dijo con un marcado acento extranjero, muy parecido al de ella solo que en la chica era más sutil.

-hn. -fue todo lo que contestó. El ceño fruncido y sin moverse de su posición. El joven arrojó a la cama lo que traía en las manos.

-vístete, Nathaniel quiere verte…

-bien, también quiero ver a ese “idiot” y decirle un par de cosas…-dijo de mala gana cogiendo el vestido ceñido en tono arena que el joven dejó sobre la cama. -¿no piensas “largarrte”? Me voy a cambiar…

-pensé en ver el “espectáculo” si quieres hasta te ayudo, muñeca… -dijo sonriendo de lado mientras recorría esas curvas con la mirada encendida. Ella sin decir nada se giró y tiró una patada directa a la mandíbula del rubio que lo dejó en el suelo algo descolocado, el tipo le miró furioso y se levantó amenazante, a lo que ella alzó los puños y se puso en guardia. Entonces él retrocedió.

-¡lárrgate Viktor! ¡¡O no respondo!! -rugió la chica con furia y él se echó hacia atrás furioso pero no intentó nada más.

-desgraciada… ¡maldita chiquilla “soberrbia”! Un día Nathaniel se va a hartar de ti y entonces… ¡entonces vas a “serr” mía! -gruñó el rubio saliendo del cuarto y aporreando la puerta.

Una vez cerró ella se dejó caer en el piso con un par de lágrimas silenciosas. Genial, ahora también le dolía el pie. Tenía que recordar jamás atacar con el cuerpo desnudo, un día se rompería un hueso…

“Bueno, no es algo que no haya pasado…” pensó con cierta ironía. Se puso el vestido Justo a tiempo. Otro hombre idéntico al anterior entró por la misma puerta, este un tanto más arreglado que el primero. Traje fino y elegante, cabello arreglado y hasta corbata. La pobre chica se levantó apenas le miró, sintió el mismo escrutinio a su frágil cuerpo por parte de este sujeto más fue incapaz de decir nada… él se acercó y con cierta brusquedad la tomó del mentón mirándole fijamente. Ella tembló ante esos intensos ojos verdes y él pareció sonreír…

-mira nada más…-siseó con una voz ronca y varonil sin soltar a la joven- ¿quién le hizo daño a mi muñeca?

-¡¡los “trres” imbeciles de ayer!! -replicó con enojo ella -¡dijeron que tú los mandaste!

-pues si, lo hice, pero no tenían por qué lastimarte… les dije que fueran “delicados” con mi juguete…-sonrió acariciando su rostro, pasando los dedos sobre el morado apenas visible bajo el maquillaje. Ella apartó la cara y lo empujó todavía más enojada.

-¡¡cierta tus “trratos” tú mismo, “idiot”!! ¡Al próximo que intente tocarme sin perrmiso lo mando al infierno!

-jajaja… bien, bien. Lo admito, fue un “last resort” un último recurso… pero es que tú tienes la culpa, mi diabla… tu los hechizas, les encantas…-el rodeó su cintura y la atrajo más a su atlético y musculoso cuerpo, la joven lo empujó con violencia y retrocedió.

-no soy moneda de cambio, imbécil, ¡no, es NO!…

-¡jajajaja! -rió sonriendo de lado, y ella vio en sus ojos la mirada de depredador- ¡por eso me encantas Anya! Y sabes, tienes razón, no eres moneda de cambio… tú eres solo mía…

Ella retrocedió más viéndolo quitarse el cinturón, tembló, no otra vez… ¡por lo menos no se lo pondría fácil! No le importaba que el hombre frente a ella fuera Nathaniel Glaskov, ¡¡ella no era juguete de nadie!!

El rubio se divertía de lo lindo sometiendo a esa fierecilla. Nunca se lo ponía fácil, cierto, y eso era lo que más le gustaba de ella, era altiva, orgullosa… pero al final sabía que le daría lo que quisiera… con mucho trabajo logró sujetarla y la tiró de espaldas a la cama poniendo su rodilla entre las piernas de la joven…

-Feliz cumpleaños Anya… -susurró a su oído con una risa perversa, y ella solo cerró los ojos apretándolos con fuerza. El móvil sonó y el rubio tuvo que dejar a un lado la diversión y contestar, trabajo es trabajo….

Anya escuchó una plática en ruso y permaneció quieta en su lugar tratando de entender lo mejor posible. Llamó su atención el que Nathaniel mencionara a la policía, también la palabra fiesta. Eso si era extraño porque no solían “convivir” directamente con la ley. Como vio que la plática duró de más se atrevió a moverse quedando sentada. Poco después el rubio colgó y miró a la muchacha con cierta decepción.

-bueno, tendremos que posponer la diversión, “perro” vamos, sal de aquí y dile a Christov que te lleve a tu cuarto… necesito que te pongas bella, mi diabla, “quierro” que estés irresistible esta noche…

-¿esta noche?

-si, iremos a una fiesta… -sonrió con malicia- uno de los socios de los DiMarco da una gala esta noche y nosotros “darremos” el golpe.

-estás loco Nathaniel, ¡esos tipos “contrrolan” todo aquí! Incluso a la policía, ¿como “saves” que no es una trap para cogerte?

-solo haz lo que te digo. Además, contigo a mi lado nadie podrrá tocarme…

Anya no respiró tranquila hasta que lo vio salir del cuarto. Bueno, al menos ya no pensaba mantenerla de castigo. No le gustó mucho la idea de que su juguete intentara quitarse la vida por segunda vez. Pero ella prefería una eternidad en el infierno que seguir un día más al lado de ese maldito abusador. Aunque… si escapara ¿a dónde iría? ¿Qué podía hacer? Desde que era una niña vivía este tormento, no tenía familia, tampoco papeles, era un fantasma en la sociedad en que vivía, y si moría o desaparecía no le importaría a nadie. Ni siquiera a él. Era tal y como dijo Nathaniel: una muñeca, un juguete. El juguete preferido del maldito jefe de un cartel ruso que intentaba penetrar en Italia. Solo que ese terreno era del clan DiMarco. Ellos ya tenían controladas todas las rutas y cubierto cada punto, hasta el comisionado de policía era aliado suyo, era imposible que no supieran que estaban ahí…

-Estan tendiendo la “carrnada” y vamos derechito al sedal…

Anya se sobresaltó cuando entró otro de sus hombres, uno alto de cabellera castaña y traje gris. Con un semblante más amable que el de los otros dos. Christov, guardia de Nathaniel y el único que la trataba bien, ver que se trataba de él y no de Viktor, el gemelo de Nathaniel, le dio más tranquilidad. El joven le miró con cierta tristeza…

-¿you all Right Nia? -preguntó si estaba bien. Lo malo de Chris es que solo hablaba en inglés, lo bueno de Anya, que hablaba cinco idiomas y entendía otros tantos.

-yeah, thanks. -respondió la joven suspirando.

-c’mon, let’s get out this hole, girl. - “salgamos de este agujero, niña” dijo. Anya sonrió un poco.

-ok.

-oh, hey, happy b’day Nia -sonrió un poco y sacó del bolsillo una barra de chocolate, Anya la tomó y esbozó una fugaz sonrisa.

-thanks Chris…

Luego ella lo siguió y ambos salieron de la celda.

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Liliana Herrera

Liliana Herrera

...carnada...

2024-06-14

1

Liliana Herrera

Liliana Herrera

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