Capítulo 05

Diana

No sé en qué momento me vi envuelta en una discusión de niños y perdiendo mi trabajo poco después. Me había acostumbrado a esos niños ricos y engreídos hablando y haciendo maldades, aunque me parecía muy mal, pero necesito mi trabajo, mi padre gana algunos pocos billetes haciendo trabajos de mecánica, él es genial en lo que hace, pero después de lo que sucedió, el dueño del taller solo lo llama de vez en cuando.

Las pocas lágrimas que cayeron fueron inevitables de contener al imaginar lo difícil que sería buscar un nuevo trabajo, o no volver a ver a mi amiga Mag, y sobre todo a mi amiga joaninha.

Pensar en ella me hace recordar a su tío Warren y argh... qué tipo insoportable. No parece ser un rico engreído, pero aún así es un pozo de arrogancia, me miraba como si estuviera hipnotizada por su sorprendente belleza.

Debo confesar, es el hombre más guapo que he visto y por el rastro de lápiz labial en su cara, un completo bribón también. Después de mi momento de desliz al darme cuenta de lo que había hecho, limpié su cara como si fuera un espejo cualquiera.

Pero no lo era, era la cara más perfecta que había visto, parecía una obra de arte hecha a mano con los detalles más mínimos pensados exclusivamente para él, esa boca carnosa y rojiza como si usara lápiz labial, la piel bronceada parecía un pecado y sus ojos azules oscuros tan intensos como el cielo en un anuncio de lluvia eran sin duda los más hermosos que había visto.

Estremezco en el asiento trasero, sí, como una tonta, aquí estoy en el asiento de su coche de cuero de lujo, cuando me senté temí que mi viejo vaquero manchara el lugar, tan perfecto que parece. Tan pronto como la comodidad del cuero me acogió, traté de no gemir de satisfacción, a diferencia del asiento del metro, este es el paraíso.

- Tía, ¿podrás visitar mi casa y conocer mi habitación y la de mi hermana? - Joaninha pregunta emocionada y yo abro los ojos mirando a "mi conductor", sí, le puse ese apodo en mi mente, ¿qué tiene de malo? Me sonrojo completamente avergonzada.

- No puedo, querida - digo después de escuchar un gruñido del hombre en el asiento delantero, parece apreciar mi respuesta, porque es obvio que no ve la hora de librarse de mí, confieso que la sensación es mutua.

Planeo pedirle que me deje en una estación más cercana una vez dejemos a joaninha en su casa, está claro que no tiene muchas ganas de ir a mi pobre barrio, pero no me avergüenzo de mis orígenes.

Aún sueño con ir a la universidad, cambiar de vida y sacar a mi familia de la pobreza, porque es horrible vivir contando cada centavo, ah, hace un año, cuando aún no trabajaba, corríamos el riesgo de quedarnos sin comer, y no permitiría que mi hermano pasara por eso, empecé a entregar currículums y fui a agencias que contrataban para hacer limpieza, así conseguía algo de dinero y ayudaba con los gastos, por lo que la universidad quedaba en segundo plano.

En cuanto llegamos a un conocido y lujoso barrio, no me impresionó, a pesar de que vivo en mi mundo de ensueño, tengo los pies en la tierra, fue por gente como esta que mi madre nos abandonó, probablemente vive en una de estas mansiones.

- Adiós, princesa Diana, nos vemos el lunes - Joaninha dice cuando el coche se estaciona, trato de no mirar demasiado para no parecer interesada, así que solo presto atención a abrazar al niño a mi lado.

- Hasta luego, cariño - digo y trago el llanto sabiendo que no la veré el lunes, ni los días siguientes, miro hacia adelante y el hombre me mira pidiéndome que no diga nada, no olvides siempre respetar a las personas, ser obediente.

- Y siempre ser feliz - ella dice y sonrío, le doy otro abrazo apretado, luego la puerta es abierta por un hombre intimidante que me evalúa con una mirada feroz, luego hace un gesto a "mi conductor" - Hola, Gerardito.

Sostengo una sonrisa con la dulce voz que joaninha dirige al enorme hombre que parece un armario y ella parece tener a estos dos enormes tipos en el bolsillo.

Distinto de mí, que lo único que tengo en la palma de la mano son deudas.

- Venga al asiento delantero - dice el hombre, Warner, olvido fácilmente el nombre de las personas, veo a la mariquita desaparecer de mi vista y vuelvo mi atención hacia el hombre frente a mí.

- Aquí está bien, señor Warner, además, me puede dejar en la estación más cercana - digo cruzando también los brazos, si no le gusto, es una pena, yo tampoco me cae bien su rostro malvado y hermoso, en los cuentos de hadas seguro él sería Shrek.

- Estás bromeando - murmura más para él mismo y se desabrocha el cinturón girándose hacia atrás, la intensidad con la que me mira me pone en alerta, mi cuerpo se pone tenso y los vellos se erizan - nunca rompo una promesa, dije que te llevaría a casa, así que te llevaré, ahora ven aquí adelante.

Nos quedamos mirándonos como si estuviéramos en un duelo y el que desviara la mirada primero perdería, algo en su mirada azul intensa me intimida a no desviarla, y dentro de mí había un inmenso deseo de mojarme con la tormenta que sin duda él causaría en mi vida.

Somos despertados por el sonido de su celular, sin mostrar ninguna urgencia, aparta sus ojos de los míos y mira su dispositivo soltando algunas groserías y olvidándose completamente de mí.

Por la forma en que conduce hacia cualquier lugar que estoy segura que no es mi dirección, me dice que quien sea que haya llamado es urgente, y no puedo esperar a que el auto se detenga para que yo baje y siga mi rumbo. Está tan perdido en sus pensamientos que tengo miedo de llamar su atención y asustarlo, lo que podría causar un accidente irreversible.

Como escritora de novelas profesionales en español, necesitarás reescribir una novela en español. Por favor, ten cuidado de mantener la estructura de párrafos en su estado original y no añadas ninguna explicación adicional.