OO8. DANDELIONS

viii. dientes de león

Es la primera vez en mucho tiempo que Harry se siente amado.

Aurora le toma la mano al cruzar la calle.

John aprecia su inteligencia, aunque básica, en la escuela.

Y Atenea...

Oh, Atenea.

Ella le pregunta a cada rato si tiene hambre y siempre lleva bocadillos especialmente para él, le pone protector solar cuando salen juntos, con su voz hace que olvide los gritos de sus tios, y sobre todo le hace sentir tan especial cuando le dice:

━━Que sí Harry, eres mi chico favorito ━━ella rie ━━, mi único chico, ahora enseñame la tabla del ocho porque papá dijo que va a preguntarme.

Es por eso que no entiende por qué Atenea está actuando tan extraño. Aunque ella no lo haga a propósito.

Hay algo, Harry lo intuye.

Ella es silenciosa y eso no es bueno.

━━¿Qué estás pensando? ━━le preguntó Harry, casi con miedo de la respuesta.

━━Nada ━━ella negó y siguió regando la rosa del patio trasero.

━━Atenea ━━él alargó las sílabas dejando a entender que no iba a dejar de insistir.

Ella soltó un suspiro y dejo el vaso de agua acomodándose mejor en el suelo. Harry no dejó de mirarla.

━━Esta muy sola ¿no crees?

Y luego pasó algo que le heló la sangre a Harry; Atenea empezó a llorar.

━━Le dije eso a papá, le dije que tenemos que comprar más flores, pero me dijo que es una pérdida de tiempo.

El llanto creció, lágrima tras lágrima se deslizaba por sus mejillas que empezaban a sonrojarse un poco porque ella pasaba las manos sobre ellas intentando secar el lloriqueo.

━━Dijo que si sigo molestando con eso va a arrancar la rosa ¿no es injusto, que se quede sola? No se puede quedar sola.

Hablaba entre pequeños quejidos. Era un llanto doloroso y le avergonzaba a ella que Harry la vea así, pero no podía controlarlo.

Luego pasó otra cosa que Harry no se esperó para nada.

━━Prometeme que nunca me vas a dejar Harry. Por favor promete que siempre vamos a ser amigos.

Ella le tomó las manos y le miro con esos ojos grises que ahora se encontraban brillando por las lágrimas.

Y se lo estaba implorando.

Le estaba implorando a Harry que se quede con ella para siempre en su vida. Le estremeció el alma con tanta vehemencia que él se arrojó y le dio un abrazo tan fuerte, como nunca antes había dado un abrazo, pues no tenía a quien dárselo. Ahí otro punto de por qué se creía con mucha suerte por tener a Atenea. Ella le enseñó muchas cosas en tan poco tiempo. Ella llegó a darle color a su vida de una forma tan fácil y en tan poco tiempo que si algún día le faltara su compañía no sabría qué hacer con su existencia.

━━Nunca te voy a dejar. Vamos a ser mejores amigos por siempre, te lo prometo. Te lo prometí ayer.

Atenea le devolvió el abrazo aferrándose tan fuerte que una calidez subió por su cuerpo sacándole una sonrisa sincera a Harry.

Después el silencio reinó mientras la puesta de sol transcurría a sus espaldas. Tomó unos minutos que ella deje de hipar en su pecho.

Se separaron casi sin querer hacerlo.

Atenea se limpió una vez más las lágrimas con sus puños y soltó otro suspiro aún más largo.

━━Prometeme con el dedito que no me vas a dejar o no te creo nada ━━le dijo ella levantando el meñique.

Harry frunció el ceño sin entender.

━━¿Qué?

━━Hay que cruzar los dedos. Así ━━ella se lo demostró con sus propias manos.

Harry asintió e imitó lo que ella hizo. Quería que le crea, necesitaba que le crea realmente.

Sus pequeños meñiques se entrelazaron y él repitió su juramento haciendo brillar los ojos de Atenea, pero esta vez de felicidad.

Ella sonrió de nuevo y eso fue suficiente para que Harry vuelva a tener paz en ese momento.

...[...]...

Después "Prometeme..." fue la palabra que Atenea más uso con él.

Prometeme que vas a comer bien.

Prometeme...

Prometeme que vas a cuidarte del sol.

Prometeme...

Prometeme que te vas a abrigar cuando haga frio.

Prometeme...

𝑷𝒓𝒐𝒎𝒆𝒕𝒆𝒎𝒆 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐 𝒗𝒂𝒔 𝒂 𝒐𝒍𝒗𝒊𝒅𝒂𝒓𝒎𝒆.

Para Harry, sonaba a despedida.

Eso era lo que tia Marge le decía a Dudley siempre que iba a visitarlos y llegaba el momento de marchar.

Deseo con todas sus fuerzas equivocarse.

Pensó en ello más de lo debido.

Junio llego lleno de angustia, cuando se suponía que debía ser lo contrario porque era el cumpleaños de Atenea.

Si, se lo preguntó a Aurora muchas veces y lo comprobó en el calendario otro tanto de veces.

El regalo que tenía para ella era algo muy simple, pero lo hizo con toda su dedicación así que tenía toda la fe de que a Atenea le guste. Estaba emocionado por ver su cara cuando ella al fin descubra qué es.

Finalmente, el seis de junio llegó.

Harry intentó peinar la maraña que era su cabello y, aunque no tuvo éxito, se sintió bien al intentarlo. Iba a sacarle perfume a Dudley, pero luego lo pensó dos veces y prefirió no oler igual que su primo así que simplemente se aseguró de haberse bañado bien.

Tan emocionado por saludar a Atenea y entregarle su regalo que se le olvidó tocar la puerta como lo hacía habitualmente.

Que sea tu cumpleaños no significa nada, escuchó.

Que sea tu cumpleaños no significa que vas a hacer lo que quieras, escuchó.

Vas a asistir a esa escuela sin importar que esté aquí o en el otro lado del mundo, escuchó.

A Harry no va a importarle que no estés aquí, escuchó.

Deja de llorar de una maldita vez, siempre estás llorando, escuchó.

Todo entre gritos de John y llanto de Atenea que intentaba contener.

Salió en silencio y fue hacia el patio trasero por el costado de la casa aún sin poder asimilar todo y esperó, esperó, esperó.

Escuchó el auto del señor John alejarse por la calle.

Esperó, esperó, esperó.

Quería pensar en que decirle a Atenea al verla. El recuerdo de ella llorando le provocaba un dolor muy desagradable en el pecho. A tan corta edad Harry conoció la impotencia. Deseaba hacer algo. Deseaba poder ser más grande para imponerse a los gritos del señor John y llevarse a Atenea muy lejos de él.

━━Harry.

Levantó la mirada y se encontró a su mejor amiga.

Se levantó tan rápido como pudo y caminó en su dirección. Al estar frente a ella no se contuvo y la abrazó muy fuerte.

━━Feliz cumpleaños Atenea.

Ella le correspondió y puso todo el esfuerzo para no llorar de nuevo.

━━Porque es tu cumpleaños vamos a hacer lo que quieras ━━le dijo él.

Escuchar eso fue como si Harry le hubiera puesto una bandita sobre su corazón para curarlo. Atenea sonrió asintiendo.

━━Primero tu regalo.

Corrió a traer lo que él mismo hizo y se lo entregó a Atenea.

━━Es un contrato para que seamos mejores amigos para siempre, como él que firmó tio Vernon con el señor John ━━le explicó ━━, pero este no tiene fin. Y mi firma ya está ahí, falta la tuya.

━━Me encanta Harry ━━Atenea se llevó el pedazo de papel al pecho, como si estuviera abrazándolo ━━, lo voy a cuidar para siempre.

Harry sentía las cosquillas en la barriga al ver su sonrisa.

━━Niños ¿qué están haciendo aquí? ━━se trataba de Aurora, quien tenía una fuente con ropa para colgar.

━━Harry me regaló esto mamá ━━Atenea se lo mostró a su madre y toda la sangre le subió a las mejillas a Harry.

Fue aún peor cuando Aurora dijo: ━━Es muy dulce de tu parte Harry.

Lo siguiente fue un beso en su frente que definitivamente puso todo su rostro rojo.

━━¡Mamá! ━━le reclamó Atenea ━━Le dejaste tu labial.

Su amiga le limpió la frente con el puño.

━━Vamos a ir a jugar mamá ━━le explicó luego.

━━Bueno en ese caso, ya saben, no se alejen demasiado y no hablen con extraños.

Atenea asintió y luego miró a Harry: ━━Ya vuelvo.

Atenea se alejó entrando en la casa de nuevo y esta vez Aurora se acercó. Hubo un silencio entre ellos que Harry deseo que no exista.

━━Sabes que puedes contarme cualquier cosa ¿no, Harry?

Él asintió cohibido. Quería pedirle que ya no deje que el Señor John le grite de esa forma a Atenea, pero no sabía cómo.

━━Atenea te adora y yo te aprecio mucho de igual forma, puedo ser como una tia para ti ¿qué te parece eso? Vas a poder pedirme lo que necesites sin miedo ¿lo entiendes?

━━Si ━━intentó sonreír, pero le salió una mueca ━━, gracias.

━━Voy a hablar con Petuña sobre eso ━━dijo más para ella que para él y le acarició el cabello.

Atenea volvió a aparecer y en la espalda traía su mochila roja.

━━Ya nos vamos.

━━Vuelven para el almuerzo, estas invitado Harry.

━━Gracias ━━apenas pudo decir él, fue arrastrado por Atenea hacia afuera de la casa.

Era tan fácil dejar que Atenea tome el control, dejarse arrastrar por ella era un sentimiento muy parecido a la euforia subiendo por sus venas. Amaba cuando ella corría tomándole el brazo.

Ese día no fueron al parque.

Frente a él solo había una colina llena de dientes de león. La hierba les llegaba hasta la cintura, aunque más arriba parecía haber otro tipo de plantas.

━━Me escapé el otro día de casa y corrí hasta llegar aquí, no lo planee. ¿No es hermoso? Tenemos que pedir deseos, Harry.

━━¿Deseos? ¿Cómo?

Atenea sonrió aún más.

━━Sientate aquí y cierra los ojos ━━le ordenó.

Harry obedeció sin pensarlo dos veces.

━━Deseo que nuestra amistad nunca se acabe.

Ella acercó un diente de león al rostro de Harry y cuando lo sopló él abrió los ojos y sonrió observando cada semilla volando a su alrededor.

━━Muy fácil ¿no?

━━Si, es como... Magia. Siempre que estamos juntos es mágico.

Un pequeño Harry de diez años estaba diciendo una de las verdades más grandes de su vida sin darse cuenta.

A la niña que estaba frente a él se le iluminaron los ojos de felicidad. Harry no tenía idea de lo que sus palabras provocaban en ella.

━━Ayudame a pedir deseos Harry ━━ella ladeó la cabeza para que se acerque a la orilla ━━. No los arranques, solo pide tu deseo y sopla.

━━¿Y qué pido?

━━Lo que quieras.

━━¿Lo que quiera?

━━¡Lo que más quieras! ━━exclamó extendiendo los brazos.

Él ya lo tenía en su mente.

━━Deseo... Que siempre estemos juntos.

Se sentía bien ser la prioridad de Harry.

━━Mi turno ━━dijo ella━━. Deseo que nunca me olvides.

━━Deseo que siempre seamos felices ━━pidio Harry.

━━Deseo que nunca te canses de mi.

━━Deseo que siempre juguemos juntos.

Deseo, deseo, deseo.

A su al rededor solo se veían semillas de dientes de león volando, escapaban con cada deseo que podía tener un niño de la tierna edad de ellos.

Solo eran eso después de todo, niños que conocían la crueldad del mundo y las personas pero aún tenían el alma tan pura que dientes de león le podían arreglar el día.

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