Tus razones.
Las cosas en el pueblo eran un total caos después del ataque yo sabia que las cosas no volverían hacer como antes mucho menos porque nadie podía hacer nada y yo era la única que podía curar a los aldeanos por alguna extraña razón aun no recuperaban la magia los demás y por lo visto tardaran en recuperarse a menos que estos humanos hayan traído un objeto que impida que los demás no usen magia pero algo me intrigaba en todo esto y era ¿Por qué yo no estoy como los demás?
-Nadia ¿Cómo te encuentras? ¿Estas bien cariño?- mi mamá se encontraba cerca de los heridos ayudando a detener el sangrado de algunos cortes que provocaron los hombres del rey
-Mamá estoy bien ¿pero como esta tu?- la tome de las manos mientras la miraba de arriba a bajo pero al parecer realmente no le paso nada
-Estoy bien solo algunos moretones pero nada grave- su mirada era relajada y de cierta forma me transmitía confianza -Mi niña ten cuidado utilizando tu magia por favor-
-Si mamá no te preocupes seré cuidadosa- la solté mientras me dirigía a donde el sabio ya se encontraba ya era momento de saber realmente que paso para que sucediera este ataque
-Nadia este libro que vez a pertenecido a nuestra raza desde que nos aislamos de todo el mundo y te lo iba a presentar dentro de unos meses para tu entrenamiento como la próxima gran sabio pero ahora…-
-Si supongo que esto es una emergencia-
-Asi es, esto es una emergencia y necesitamos ver que es lo que planean los humanos- el gran sabio me tendió el libro y temblando lo tome y de inmediato cambio de color de un gris con bordes dorados cambio a un color azul cielo con bordes blancos simulando nubes
-Recuerda esto jamás debes dejarlo sin vigilancia para los humanos es como si fuera un grimorio pero este no lo es mas que eso así que cuídalo con tu vida porque si cae en manos equivocadas será el fin del mundo- la advertencia del sabio me dejo con un poco de miedo y la verdad quería devolver este libro
-¿No cree que debería devolver el libro? Digo casi nadie me quiere como nueva gran sabio – trate de persuadirlo y vi como la demás gente me miraba en total acuerdo a mi palabras
-yo estoy de acuerdo con Nadia aun no es aceptada por todos- mi padre trato de persuadirlo y con el los demás pobladores empezaron a murmurar “De acuerdo con el señor Brus” “Ella es aun muy joven para el cargo”
-¡SILENCIO!- grito el Gran sabio acallando a la multitud algunos avergonzados mientras que otros se veían molestos por no poder decir mas -Esta decidido que Nadia será mi sucesora, nadie mas que ella puede con el cargo y a pesar de que no es la forma en que yo quería entregarle el libro la situación en la que nos encontramos nos compromete a mas invasiones y por lo visto ella es la única que puede protegernos- La responsabilidad de proteger al pueblo no la había sentido tan fuerte hasta el día de hoy y sin duda no me gustaba nada
-¿Lista mi niña?- aunque mi padre trato de ayudarme poniendo su mano en mi hombro yo sentia que no podría con todo esto
-No me siento lista pero hare mi mejor esfuerzo- abrace el libro contra mi mientras miraba la mirada esperanzada con de la mayoría del pueblo al parecer muchos se dieron cuenta que era la única en protegerlos
-¿Asi que una niña los protegerá?- todos volteamos al responsable de ese comentario tan desagradable y no era mas que el rey de los humanos
-¿Aun tienes descaro de burlarte de nuestro nuevo líder?- Bruno un hombre ya grande apunto con una lanza a su cabeza sin duda eso me dejo sorprendida ya que no recordaba que hubiera entrenamientos para el combate
-¿Cuántos años tienes humano?- le pregunte mirándolo a los ojos
-Tengo 24 años criatura horripilante- su enojo era notorio pero no me deje intimidar ya que Layla daba mas miedo y era una chica dulce y de apariencia frágil con el cabello color rubio y unos hermosos ojos café y a pesar de eso daba terror cuando se enojaba
-No es necesaria la violencia de parte de ambos ya que si ustedes tratan de lastimarnos los sacaremos de aquí sin vida- trate de sonar intimidante aunque por dentro temblaba por los nervios que tenia
-Nadia abre el libro y piensa en el hechizo vedi mente nosotros te cuidaremos mientras ves sus recuerdos-
-¿Qué es lo que tratan de hacer? Aléjense de mi- el rey trato de liberarse mientras yo me acercaba y al estar frente de él me incline y abrí el libro y como me había dicho pensé en ese hechizo vedi mente y de pronto el hechizo apareció en mi mente así que coloque mi mano en cabeza y comencé a recitar el hechizo
“accanto a uno spazio chiedo permesso fammi vedere com'era all'inizio”
-¡ALEJATE ALEJATE…!- el rey trato de moverse pero sus intentos fueron en vano ya que de mi mano salió una luz de color verde y de pronto deje de estar en el centro del pueblo para estar en un lugar desconocido para mi.
-Papá ¿Dónde esta mi papá?- escuche como un pequeño niño llamaba a su padre busque por todos lados y lo vi a unos cuantos pasos de mi se encontraba el rey no podía equivocarme era el tenia esos mismos ojos verdes y cabello café y claro esa pequeña cicatriz en su mejilla derecha
-¿Majestad que hace a esta hora fuera de su dormitorio?- vi como una mujer se acercaba a el y se ponía a la estatura de él
-Mi papá ¿Dónde esta? ¿mamí aun esta mal?- el pequeño rey comenzaba a llorar por la ausencia de sus padres
-Majestad… -
-Ali retírate- de la nada llego un hombre de cabello rojo y ojos de color café apareció cerca de ellos y por las ropas que llevaba debía ser el antiguo rey de ese imperio o reino
-Papá ¿Cómo esta mami?-
-Ven- la conversación fue corta y mientras ellos comenzaron a avanzar yo igual los comencé a seguir el camino no fue mucho pero al llegar a un cuarto gigante de ese castillo los colores cambiaron ya que había poca luz dando una sensación de tristeza -Mami no se encuentra bien así que Hugo por favor prométeme que serás fuerte-
-Si papi – al entrar se podía ver como una mujer de cabello café y ojos verdes y con la piel pálida nada saludable y sin duda una delgadez extrema su respiración era entre cortada daba tristeza ver esa escena
-Hugo mi bebe…acércate…- su voz era casi un susurro
--Mami ¿Cuándo estarás mejor?-
-pronto.. mi bebe… dame un abrazo …. Quiero abrazarte- la señora estiro sus brazos al rey y lo que seguí fue una escena conmovedora una familia única tratando de tener un momento tranquilo pero conforme pasaba los minutos la vida de la reina se comenzó a pagar y el pequeño Hugo comenzó a llorar al ver aquello su padre lo alejo llamando desesperadamente a los médicos mi corazón se partía por lo que veía y sin poder evitarlo mis lagrimas comenzaron a salir
-¡VALENTINA!- el grito desgarrador del antiguo rey termino de romperme jamás había visto algo tan triste, aparte la vista pero los llantos de aquella familia se quedarían grabados en mi mente y corazón, segui observando la vida del rey, el tiempo pasaba algo mas rápido no quería ver el duelo de ambos era doloroso y sin duda lo era Hugo aquel rey que me miro con odio tenia una mirada apagada desde el funeral de su madre y su padre no se quedaba atrás pero seguía siendo un buen rey por lo que veía lo único que me alegro es ver que ambos se apoyaban mutuamente aquel niño sonreía un poco para animar a su padre y ante los demás era una persona fría y sin emociones vivas.
Los días pasabas convirtiéndose en meses y los meses en años y sin darme cuenta el rey había cumplido 15 años el niño que lloro alguna vez por su madre se convertía en un joven frio e indiferente y podría decir un poco temeroso del mundo pero ese día comenzó a cambia ya que una joven de cabello rubio y ojos azules capto su mirada al golpear a ciertos chicos que la molestaron
-Señorita ¿No cree que es un poco inadecuadas sus acciones? – el joven rey trato de corregir a la chica pero ella al estar tan molesta solo lo tomo de su traje y lo acerco a ella
-¿Y tu no sabes que es descortés espiar a las damas?-
-Si supongo… Hugo de Marbil ¿y tu eres?- la reacción de la chica fue graciosa ya que abrió sus ojos lo mas que pudo y en lugar de pedir disculpas solo lo miro con desagrado y al soltarlo el termino en el suelo
-Astrid – la chica se cruzo de brazos mirando hacia otro lado menos al joven rey
-Un placer señorita Astrid- ese encuentro lo marco todo ya que la joven comenzó a ser llevada al castillo por agredir al joven heredero un castigo leve por intervención del mismo y desde ahí vi como el comenzó a ser aquel niño alegre y lleno de confianza igual a su padre pero al igual que una flor creciendo un sentimiento en ambos comenzó a surgir las salidas al pueblo, las caminatas y los entrenamientos que compartían ambos hacían que el joven rey mirara a la chica con amor cada día hasta que el día llego Hugo prepara una salida impresionante llena de sorpresa se que era un recuerdo de el pero ver el enorme salón que pronto seria una academia de entrenamiento a caballeros lleno de luces en el techo y flores de todo tipo me hacían querer estar ahí realmente sonreí ante el detalle que le hizo
-Astrid se que nos conocemos de hace años y gracias a ti soy quien soy por eso…¿Te casarías conmigo?- la pregunta me emociono demasiado y sin duda quería que ella dijera que si
-OH Hugo …- sus ojos comenzaron a derramar lagrimas y Hugo solo se alarmo mirando a todos lados sin saber que hacer pero Astrid lo abrazo del cuello tirándolo -POR SUPUESTO QUE SI!- grito con todas su fuerzas llorando de alegría revolotee alrededor de ellos y estaba feliz de ver su amor dar el próximo paso
-Gracias por estar en mi vida, no me imagino una sin ti- vi como se besaron transmitiendo todo el amor que había entre ambos.
Las semanas pasaron en las preparaciones de la boda de ambos jóvenes ni tan grande ni tan llena de gente el vestido era perfecto cómodo y sencillo tal como ella y el con un traje color café oscuro que le quedaba bien transmitiendo lo que el era, la ceremonia paso rápido en el templo y saliendo del mismo tomados de las manos siendo alabados por el pueblo a ambos solo pocos no estaban del todo de acuerdo con la pareja pero superaron todo y ellos comenzaron a gobernar mientras su padre descansaba esperando nietos hasta que paso algo extraño una sombra los acechaba desde los rincones de ese enorme castillo
-Hugo…no me siento..bien- vi como Astrid se desmayaba en uno de los tantos paseos que tenían a diario en el jardín del palacio el rey alcanzo a tomarla en brazos
-¡LLAMEN A UN MEDICO! DEPRISA- todo se volvió un caos en cuestión de segundos y la nueva reina volvía a estar en la misma situación que la anterior reina, en aquella cama donde traía malos recuerdos
-Por favor no tu…no me dejes- el rey estaba a su lado tomando su mano mientras ella no se movía ni un poco y comenzaba a perder color siendo examinada por diferentes personas una hechicera, un médico y por increíble que parezca un espíritu -¿Qué es lo que tiene mi esposa?- pregunto serio tratando de controlar su ira
-Esto no es un problema medico en algo mágico le lanzaron una maldición que ningún humano, brujo o hechicero podrá quitar- respondió aquel espíritu dejando al rey y demás presentes sorprendidos
-¿No hay cura para esto?-
-La hay pero es imposible …- antes de que terminara el espíritu de hablar el rey lo tenia a escasos centímetros de su rostro mirándolo con odio
-Es como decir que no la hay-
-Su majestad Permítalo terminar de hablar- intervino la hechicera
-continua-
-Como dije es casi imposible obtener la cura pero un hombre que esta dispuesto a sacrificar todo por amor puede encontrar el pueblo mítico que jamás se volvió a ver después de aquella guerra… El pueblo de las primeras Hadas- esa respuesta me dejo helada por que mi pueblo
-¿Dónde esta?-
-Nadie sabe ahora le toca a usted a comenzar la búsqueda – termino por decir y en cuestión de horas el reunió a todo ser mágico que se encontraba en su reino y con amenazarlos para saber quien sabe donde esta mi pueblo y lo vi era una bruja que le dio una esfera extraña junto a un mapa junto a varios hombres y dieron inicio a su búsqueda.
Así que por eso estaba en este lugar por amor una mala decisión o ¿no?
Volví a recuperar la conciencia y vi como estaban mis pequeños hermanos aferrados a mi tratando de protegerme
-¿Qué es lo que viste Nadia?- el gran sabio esta cerca mi y por mi expresión supo que no había nada bueno
-No es un mal hombre-
-¿A que te refieres?- preguntaron varias personas
-Lo hizo por amor – la respuesta dejo a todos helados ya que una de las tantas reglas que teníamos era no juzgar acciones impulsadas por el sentimiento que otorgaba la diosa del amor una de nuestras tantas protectoras
-¿Qué haremos con el?-
-Un trato- fue lo que dije mientras lo miraba ya que el aun no despertaba del hechizo que utilice para ver sus razones de actuar.
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