—¡Dios! ¿No puedes ir más lento?— rogaba Alice desde los cielos.
—Estoy retrasado para ir a la reunión.
—¿Cómo te llamas? No te lo pregunté
—Dime Zen.
—¿Qué clase de nombre es ese?
—Es un apodo, tonta.
—¿Y tu verdadero nombre?
—No es importante.
En un instante llegaron a la base del Escuadrón Omega.
Zen caminaba con pasos largos, por lo que a Alice se le hacía difícil seguirlo.
—Quédate aquí en esta sala. En un momento regreso.
Alice admiraba el cuarto. El tiempo pasaba y Zen no regresaba, por lo que comenzó a inquietarse.
Como la curiosidad mató al gato. Alice tomó valor y caminó por el pasillo oscuro por el que Zen desapareció hacía media hora. Al final de éste había un gran portón de madera con hermosa decoración tallada en el marco. Y se encontraba mal cerrada. Por la pequeña abertura, Alice miró dentro a lo que era un estudio muy lujoso y prestó atención a la conversación.
—Tenemos que atraparla de una vez por todas— comentaba un señor con aires de superioridad y aspecto intimidante. Tenía una cicatriz en su rostro a la altura de la mejilla, en su lado derecho.
—Señor, según los últimos informes de nuestros exploradores, la Bruja Clarz ha tomado el pueblo que está al noroeste de Hustelia— intervino otro hombre con lentes.
—No me jodas. Tiene que ser un chiste— opinó Zen— he estado los últimos 3 meses intentando exterminar esas criaturas de los pueblos cercanos para que ella en una semana haya conquistado dos de las cuatro ciudades más importantes.
Los tres hombres seguían discutiendo en ese estudio mientras al otro lado del portón Alice se encontraba en aprietos.
Un hombre calvo la encontró espiando la curiosa discusión. El hombre dio un golpe a la puerta abriéndola completamente.
—Señor encontré a esta niña escuchando su conversación.
—¡Ay, no puede ser!— murmuró Zen
—Je, je, je. Hola, lamento interrumpir— dijo nerviosamente.
—¿Quién es esta intrusa, Robert?
—No lo sé mi Señor, estaba de paso cuando la encontré.
—Pu-puedo explicarlo señor—continuaba diciendo ella.
—¿Si? ¿Qué tienes que decir?— contestó el hombre tenebroso mientras se acercaba a ella.
— Yo la traje aquí, Jason. Ella solicitó mi ayuda y se la iba a dar. Pero esta reunión era primordial e importante.
— Sabes muy bien que no puedes traer personas que no están autorizadas.
—No empieces Jason, no soy un niño para que me regañes. Además, si la traje aquí fue porque pensé que tú podías ayudarla, aunque no sé, esta media loca. Sin ofender Niña.
—Ay no, cómo crees—comentó con sarcasmo.
—Dime chica...¿Cuál es tu nombre?
—Alice Hall, Señor.
Jason, el hombre de la cicatriz, empezó a buscar algo en su laptop. estaba buscando en la data alguna información de Alice.
—Mmm. Qué extraño, no existe ninguna información sobre ti. ¿De dónde eres?
— Aún no entiendo muy bien que ocurrió, pero digamos que soy de otro mundo.
—Ja, ja, ja—interrumpió la risa de Zen. Pero rápidamente desapareció cuando vio el rostro de Jason.
—Carajo, no de nuevo.
—Qué cosa?—preguntó Zen
—¿Cómo llegaste aquí, Alice? —continuó Jason.
—Mmm. entré a una página web donde se suponía iba a leer un libro y de un momento a otro apareció un destello que venía de la pantalla y llegué aquí.
—Comprendo. ¿Cómo se llamaba ese libro?
—Infernal Paradise— todos en la habitación se miraron los unos a los otros con preocupación.—¿Qué sucede? Por qué pusieron esas caras?—continuó diciendo Alice con la voz entrecortada.
—Lamento decirte esto, pero acostúmbrate a tu nueva vida. Es muy poco probable que logres regresar y si pudieras sería dentro de un buen tiempo. Quizás meses o incluso años. Lo siento— contestó el chicos de lentes, quien se había mantenido callado pero atento a la situación.
El mundo de Alice terminó por derrumbarse. cayó al suelo y comenzó a llorar—¿Cómo terminé en esto? ¿Qué voy a hacer ahora?¿Qué pasará con mi madre, con Megan, con mi vida en casa?
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Comments
Mariela Canales
pero que pasó está en un libro y no puede regresar pobre alis
2024-03-16
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