...Reino Newels...
Newels el paso, el reino dorado, el reino de reinos después del Imperio Solei, ese pequeño, pero tan poderoso reino era uno de los más importantes para el imperio, pues este contaba con la armería suficiente para dar batalla a guerras.
El enemigo tendría que derrocar aquel reino para poder llegar al imperio, que se encontraba en las costas donde el puerto era enorme, los rumores dicen que los magos dejaron el imperio al ver el comportamiento codicioso de los pueblerinos que adoraban los objetos preciosos.
Por ello, los magos dejaron de existir dentro los pueblos, para empezar a refugiarse en las montañas Negelea que se encontraban al Este del reino Newels, por eso muchos buscaban la manera de tomar aquellas tierras al ser las más ricas en minerales, metales preciosos y sobre todo en alimento, pues muchos creían que los magos ayudaban a la gente de ahí, pero lo cierto era que los magos habían dejado de existir, oh eso al menos se creía.
Reina Lenia de Loughty era una maga nata, sus cabellos eran amarillos y su piel rosada, ojos azules digna de una maga.
Su poder era maravilloso, su voz era su don más preciado, con ella podía pasar de un día tormentoso a uno primaveral, su canto era simplemente encantador a los oídos de cualquiera.
Por consecuencia los magos eran casados y explotados hasta que el poder dejaba de subsistir en sus cuerpos, por lo que aquellos que crecían con dones, se escondían con tal de sobrevivir en ese mundo.
La lluvia caía en el reino Newels y es que había comenzado una ejecución espeluznante la mujer encadenada a aquellos postes de madera no era más nadie que la Reina Lenia Loughty, derramando lágrimas, imploraba solo una cosa, suplicaba que aquella pequeña niña sangre de su sangre, de cabellos rubios y de ojos violeta no mirase tal espeluznante escenario donde su madre perdería su vida.
La reina únicamente podía oír la desgarradora voz de su hija que la llamaba, la pequeña nada más podía preguntarse ¿Por qué le hacen eso a su madre? Una niña inocente presenciaba la ejecución de su madre la que no se merecía aquello, ¿Por qué ocurría aquello? El Rey Leonard Loughty la había culpado de adúltera y bruja, una vil mentir, pues la mujer que lo amaba había permanecido fiel en sus años de casada, la muchedumbre gritaba "Bruja, debes morir" "Fornicadora" "Adultera" mentiras, simplemente mentiras, las personas que una vez fueron sus súbditos deseaban, no, ansiaban por ver su sangre derramar, enfrente de una pequeña niña que agonizaba en llanto, por la confusión por el sonido de aquellos gritos, por el susto de ver a su madre siendo encadenada, siendo apaleada por la multitud.
En sus últimos momentos la voz femenina de la Reina se escuchó en aquella intemperie, una última canción se hizo escuchar para su pequeño retoño, que vivirá en desdicha, en sufrimiento y discriminación, lamentaba el triste destino en el que su pequeña niña vivirá, derramando lágrimas la multitud había parado, los gritos habían cesado al escuchar una canción triste, una voz que se rompía al cantar, muchos pudieron sentir que estaban siendo liberados de algo que los oprimía de ver la realidad y empezaron a suplicar a favor de su reina, pero el rey era dominado por la ira a causa de mentiras.
Adelaida Loughty paro su llanto al ver la sangre salpicar de aquel cuerpo, del cual había nacido, su extremidad había sido separado de su cuerpo, rodando así por los suelos escuchándose los gritos de susto del público que habían cambiado de parecer.
¿Qué culpa tenía aquel pequeño ser, para ver tan horrible escenario? El Rey despreciaba a esa niña por la infamia que le había sido lanzada, hija de una aventura, hija bastarda, hija desdichada.
Era solo una simple niña que había visto pasar ante sus ojos la pérdida de un ser amado, que no tubo la oportunidad de verla crecer, madurar, enamorarse inclusive casarse.
— Mamá — menciono con voz quebrada mientras lágrimas fluían por sus mejillas rosadas
— Ella ya no es más tu madre —sentenció — Leonora será tu nueva madre, que se encargará de tu educación —
Como podría entender las crueles palabras de su padre, al ver tal momento tan abrumador, impactante, traumático. La niña tan solo cayó de rodillas al suelo, gritando en llanto por su madre, que más podía hacer, era una injusticia, pero tan solo era una simple pequeña.
Una mujer pelirroja de ojos verdes y ropas finas, apareció con dos pequeños niños detrás de ella, uno era rubio, mientras que la niña había heredado el color de cabello de su madre, pero sin duda portaban la sangre del rey, los niños eran hermanos de Adelaide Loughty, el niño había sido nombrado como el príncipe heredero arrebatando la herencia a la primogénita, el pequeño de tan únicamente un año menor que la niña, sintió dolor al escuchar la voz desgarradora de la niña.
— La dejo en tus manos, mi reina —dijo mientras besaba el torso de la mano femenina
— Claro que si mi amado rey, are mi mejor esfuerzo por criar a tu pequeña niña —pronunció con voz hipnótica
— Mi amada reina, esta niña no es mi sangre, sino solo la desdicha de una aventura —informo despectivamente
— Oh mi rey lamento tal triste anuncio, como pudo hacerle esto a tan galante hombre —manifestó hipócrita
— Mi reina amada sé que aras tu mejor esfuerzo por guiar a esta bastarda, lamento que tengais que soportar tal augurio —expresó desdeñosamente, mientras de reojo miraba a la pequeña niña
— Yo me encargaré de ella —
El rey asintió para solo marcharse dejando a su hija tirada en el suelo, Scarlett al ver la partida del rey su rostro cambió por completo, estaba alta, cansada de escuchar aquel fastidioso llanto de la pequeña niña, con prisa camino hasta ella, la tomó fuertemente del brazo al punto de dejar su mano marcada en aquella piel tan pura y tersa, la levantó bruscamente y abofeteo con fuerza, mientras le gritaba
— ¡Cállate! Mocosa, es suficiente, estoy cansada de oírte —
Adelaide Loughty paro de llorar al recibir tal bofetada que dejó palpitando de ardor su mejilla, el escurrimiento nasal había empezado a salir, los jadeos y gemidos de dolor se podían oír salir de aquella pequeña boquita.
Estaba asustada, confundida y triste, estaba siendo arrastrada por aquella mujer que la había abofeteado hace unos momentos, al llegar al castillo la niña volvió a estallar en llanto una vez que le fue arrebatado su peluche favorito, por lo que fue llevada a las celdas que se encontraban en las cuevas debajo del castillo, ahí fue lanzada en la oscuridad y abandonada por los siguientes días.
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Updated 38 Episodes
Comments
Marianela Vofs Aburto
Harás
2024-05-25
0
Marianela Vofs Aburto
Haré verbo hacer
Are,, zurcar la tierra para sembrar
2024-05-25
0
Marta Bedetti
no pobre chica por qué....
2024-05-23
0