Matrimonio

Ariana trataba de tranquilizarse, para no asustar a su hijo, esa noche fue a dormir junto a él. A la mañana siguiente a pesar de su inseguridad, dejo que Liam vaya a la escuela.

- Mamá no vendrás conmigo… - la toma de la mano.

- Hoy estoy un poco ocupada, no podré ir a dejarte ni a llevarte – Liam se pone un

poco triste -, pero Santiago ira contigo, cuando vuelvas yo estaré aquí esperándote – lo abraza -, pórtate bien.

Así transcurrió una semana hasta que Ariana no lo soporto más y salió de la casa, esperando encontrar a Ismael y de esa forma poder enfrentarlo, no podía seguir escondida,

aunque camino por varios lugares no lo encontró, por lo cual, volvió a la mansión de la señora Fernanda.

Por otra parte, Sara había encerrado a Ismael en su casa, hasta que aceptara hablar con ella.

- ¿Qué quieres? – Ismael se acerca a ella.

- Primero que me hables de mejor manera, qué tal un amor ¿Cómo te fue? Te extrañé, etc.

- No digas tonterías, agradece que vine hablar contigo.

- Deberías agradecer que todavía pienso escucharte.

- Vas a hablar o no…

- Yo no soy tu querida… Querida Ariana para que me hables de esa manera.

- Si pudiera te mataría.

- No puedes – ríe -, estamos atados. Así que aprende a comportarte conmigo, te dejo solo un momento y vuelves a buscarla, corres a sus brazos, ¿Dónde está tu hijo o hija?

- No tengo un hijo.

- No deseabas tanto tener una hija, pero bueno.

- Deseaba tener una hija que se pareciera a ella, yo cause que mi hijo no viniera al mundo.

- Es una lástima, ya que no has deseado tener un hijo conmigo – es interrumpida.

- Lo que pasa es que eres una put*, he dejado que vayas por el mundo acostándote con quien desees – Sara sonríe.

- Puedes hacer lo mismo, si no lo has hecho es por idiota.

- No es idiotez, se llama amor. Cuando entenderás la única mujer que amaré durante toda mi vida es Ariana.  Te lo dije hay otras

formas de concebir el hijo que tanto deseas, pero estás obsesionada con que me acueste contigo.

- Ningún hombre me rechaza, mírame – se pone de pie y da una vuelta -, mírame muy bien, yo no soy tu amada Ariana, pero si tu esposa. Crees que ella volverá a tus brazos, te dirá no te he olvidado durante todo este tiempo, soy tuya, te aseguro que ya debe haber otro hombre en su vida. Piensas que iba a esperar al asesino de su hijo – Ismael le da una cachetada a Isabel.

- Adelante, vuelve a golpearme – le muestra la otra mejilla -, aquí – se topa la mejilla -, sabes que por esto puedes terminar muerto.

- ¡Entonces mátame! – grita -, acaba ahora con mi vida, de una maldita vez, libérame del

infierno de estar a tu lado.

- Esto no es el infierno querido, este es tu paraíso.

Sara se retira del lugar e inmediatamente va a encerrarse en su habitación, donde se mete a la ducha sin desvestirse, al abrir la llave comienza a llorar y se sienta en el lugar, esperando que eso sea suficiente para que Ismael no escuche su sollozo, mientras que él va a su habitación y tira todo lo que está a su paso, al caminar un momento baja a la cocina y busca cualquier bebida alcohólica, al descubrir que estaban bajo llave no duda en romper la cerradura con un cuchillo, al obtener las botellas comienza a destaparlas.

- Lo siento – se topa la cabeza -, Ariana perdóname, no quise hacerte daño, solo me equivoqué – sigue bebiendo -, pero – tiembla -, juraste que no me dejarías, tienes que cumplir tu palabra, tendremos otro bebe, si, si tendremos otro y esta vez todo saldrá bien.

- Un hijo no reemplaza a otro – Sara intenta acercarse a Ismael.

- ¡Lárgate! – le grita y tira una botella -, todo es tu culpa.

- Solamente quiero ayudarte.

- ¿Crees que de esta forma me ayudas? Me separaste de la mujer que amo – vuelve a beber.

- No, yo no hice eso. Te salvé.

- Me salvaste – ríe -, estás loca, estas dementes.

- Sin mí … - es interrumpida

- Sin ti podría ser feliz.

- Debes entender que yo no te quite tu felicidad, yo no te hice nada.

- Lárgate.

- No puedo. Estamos casados, nuestros padres esperan un heredero.

- Es lo único que te importa… No te interesa lo que siento, haces conmigo lo que te da la maldita gana. Me tienes prisionero aquí.

- Por miedo a que desaparezcas, porque sé que no tienes motivos para volver aquí, para volver a mi lado.

-  Al principio sentí lástima por ti, pensé que al igual que yo eras obligada a contraer matrimonio conmigo. Lo planeaste todo, nunca te he detenido, nunca te pedí que me ames, ni siquiera que me muestres un poco de cariño.

- Porque conozco el hombre que eres, es que puedo soportar todo por ti.

- ¡Está loca! ¡No conoces nada de mí!

- No, no, tú no me has permitido ser parte de tu vida – Ismael se ríe.

- No puedes forzar que te amé, no me puedes obligar a estar contigo.

- No es lo que deseas hacer con Ariana… ¿Quieres que ella vuelva a tu lado? No le

preguntaste si te quería, si tenía algún sentimiento romántico por ti, simplemente

reapareciste en su vida esperando que ella te reciba como si nada a pesar del daño que le provocaste. ¿No recuerdas los golpes que le diste? En ese momento ¿no recordaste que estaba embarazada? Cuando la put* de Isabel te llevaba a la cama, ni siquiera pensabas en lo que sentiría o pasaría con Ariana si se

llegaba a enterar, crees que tienes la moral para decirme que no puedes forzar a nadie a estar contigo, cuando lo has hecho todo mal con ella…

- Me equivoqué, fue la edad, el alcohol, Ariana estaba embarazada no podía tener relaciones con ella de la forma en que deseaba.

- Entonces si esa es la excusa, debes perdonarme yo también me equivoque tal vez fue la edad, el día que se tomó la decisión de nuestro matrimonio pude estar borracha,

ahora me amas…

- No te amaría nunca.

- No te preocupes, vas a escuchar las mismas palabras de Ariana – se pone de pie.

- Ariana me ama.

- ¿Estás seguro de que te ama? No fuiste una simple ilusión, un amor de juventud, un error, piénsalo …

Sara se retira del lugar, pero llama al personal de seguridad para que lleven a Ismael a su

cuarto.

- Javier (guardia de seguridad): no entiendo porque permite que la trate de esa manera,

tengo que reportarle a su padre que le pego de nuevo, a usted no le gusta que intervengamos cuando se trata de su esposo.

- Sara: no pedí tu opinión, un matrimonio es para siempre, pase lo que pase entiendes…

- Javier: le doy mi opinión porque me preocupa, un día la puede matar.

- Sara: nos mataremos.

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