Las Vueltas De La Vida

Las Vueltas De La Vida

Basada en hechos reales

_¿Porqué me vas a dejar?, ¿qué voy a hacer sin ti?

_Willy, es en contra de mi propia voluntad, y lo sabes.

_Emily, no te vayas, vuelve.

_No me olvides.

Ella, se despertó gritando de aquel sueño tan triste, que se estaba repitiendo tanto últimamente.

Emily Santana, con 32 años de edad, piel morena, cabello castaño claro largo y lacio, ojos verdes, vivía en la gran ciudad de México, tenía un buen trabajo, era licenciada en administración de empresas, era la más eficiente en lo que hacía, trabajaba en una empresa textil, le pagaban bien, no se quejaba, tenía un buen novio, Víctor, era una vida hermosa la suya, pero, por alguna razón, no era feliz, siempre sentía que le faltaba algo, que no era su lugar allí, quería a su novio, aunque no lo amaba, ya se había olvidado como se sentía estar enamorada, sentir aquella sensación única al ver a una persona, pero, últimamente en cada sueño volvía a recordarlo, estaba soñando mucho con él, William Alcázar, un hombre de 34 años, piel blanca, cabello negro, ojos azules.

Emily y William, eran mejores amigos en la escuela, en Barcelona, España, hace diez años que no había vuelto a su país, Willy, como ella lo llamaba con cariño, y no lo veía desde entonces. Todo comenzó hace veinte años atrás, cuando los padres de Emily decidieron mudarse a México, una decisión que la afectó sumamente a ella, fue muy dolorosa la separación, ya que Emily lo quería más que un amigo, era su primer amor, pero, sus padres nunca quisieron entender eso, era una tontería para ellos lo que su hija decía sentir, cosas de niños cuando no querían abandonar a sus amigos.

_Pero, mamá, papá, yo lo amo.

_Te vas a olvidar de él, es algo pasajero, no sabes lo que dices_ le dijo su madre.

_No quiero ir.

_La decisión no es tuya_ respondió su padre.

_¿Porqué no entienden que yo lo amo?_ insistió ella.

_Hija, es una locura lo que estás diciendo, entendemos que son buenos amigos, pero, volverás a tener otros_ su madre trató de convencerla.

_Yo no quiero otros amigos, lo quiero a él_ respondió con las lágrimas en los ojos.

Salió corriendo hasta la casa de él, le contó sobre la idea repentina de mudarse de sus padres, él la abrazó tiernamente y le prometió_ siempre te voy a querer.

Aquel día se le rompió el corazón a Emily, ni siquiera las palabras de William la podían consolar, sentía un dolor indescriptible en el pecho que iba aumentando por cada segundo que pasaba.

Una vez estando en México quiso escapar, y regresar en donde él estaba, pero, habiendo fracasado en su intento de escape, decidieron dejarla en un internado, en donde terminó su colegio, nunca perdió la esperanza de volverlo a ver, cuando a penas pudo salir, trabajó un tiempo para no pedirle nada a sus padres, fue directo a verlo, estaba tan contenta de que iba a volver a encontrarse con él que ni siquiera pensó si era buena idea la suya, una vez estando en España buscaría trabajo, aunque eso no lo era lo importante en ese momento, a penas llegó en el lugar en donde fue tan feliz fue directo a su casa, le dijeron que no se encontraba allí, sino en el parque con unos amigos, Emily se dirigió hasta el sitio, de solo verlo se le temblaron las piernas, estaba muy nerviosa, con su equipaje en mano fue acercándose hacia él.

Estaba tan emocionada que no pensó en qué decirle, de cómo habían cambiado los dos, sentía vergüenza al pensar que solo había venido por él, incluso darse la vuelta y regresar a México era una buena idea en ese momento, sin embargo, su cuerpo no respondía a la razón, más bien seguía acercándose.

_¡Willy!_ lo saludó ella algo nerviosa, estaba haciendo una llamada al parecer, se había alejado del grupo de personas, no había cambiado mucho, tenía la misma mirada de siempre, sus ojos eran hipnotizadores como de costumbre.

_Hola..., ¿Emily?_ dijo frunciendo el ceño.

_Sí, soy yo_ respondió ella con una sonrisa.

_¡Que sorpresa!, ¿qué haces por aquí?_ esperaba más como un fuerte abrazo, y no una pregunta tan decepcionante como esa.

_Yo vine a...

_William,... ¿vienes?_ gritó una voz femenina interrumpiéndola desde el grupo de adolescentes reunidos allí.

_Lo siento, continúa_ se disculpó y les hizo señas con la mano a que lo esperaran.

_Gracias, es que yo,... vine a verte a ti.

_¿De verdad?, ¿Viniste de México hasta España para verme solamente?

_Sí.

_Cariño, te estamos esperando_ una chica pasó al lado de ella chocándola apropósito, pelirroja de cabello largo y ojos negros.

"Le dijo cariño" pensó ella, sus ojos se llenaron de lágrimas aunque intentó disimular mirando hacia otro lado, pero, sus ojos se encontraron con las de él, como era posible explicar tanto dolor que la oprimía en el pecho, sus lágrimas amenazaban con desbordase en cualquier momento, menos mal que estaba resistiendo lo más que podía.

_¿Nos vamos?_ preguntó de nuevo la chica.

_Sí, bueno,... fue un gusto poder ayudarla señorita_ dijo él, no tuvo el valor suficiente de decir que era su amiga, pasó al lado de ella, viendo aquellos ojos luchando para no derramar las lágrimas, sin embargo, una comenzó a rodar por su mejilla, sin poder contenerse otra más, la vista se le empezó a nublar, miró hacia abajo, caminó con pasos verdaderamente lentos, los segundos parecían horas que no ayudaban con el dolor.

Emily se quedó con el alma hecha pedazos, no se esperaba eso, su mejor amigo la había negado, olvidando su indolencia respondió_ gracias, por su gran ayuda_ se dio la vuelta para mirarlo una vez más, le dio una punzada en el pecho al verlo con otra, de saber que ya lo perdió, o más bien que nunca lo tuvo, él también la estaba mirando, y con una mirada suplicante, que tal vez era el miedo a que lo descubriera, o que no se marchara. De todos modos ya estaba todo hecho, ya la había olvidado, ya tenía nuevos amigos, ya tenía novia, no obstante ella, con el corazón roto no podía oponerse, o seguir en un lugar en donde no hacía falta, se secó las lágrimas que llegaron a rodar por sus mejillas, comprendió que fue una bonita historia, pero, que las páginas de aquel libro en donde, él y ella, eran los protagonistas ya había terminado, y que tenía que seguir su rumbo a parte, desde entonces, ella, no había vuelto ahí, ni siquiera volvió a permitirse pensar en él, hasta en esos momentos, que esos sueños tan repetitivos la obligaban a recordarlo, estaba absorta en los recuerdos cuando sonó su celular.

_¡Hola!

_¡Hola, Emily!_ era su jefa Alejandra Ríos.

_¿Qué sucede?_ preguntó aún distraída.

_Necesitamos hablar, se que es muy temprano, pero, necesito que estés en mi oficina dentro de una hora.

_Está bien, no hay problema, pero, ¿puedo saber de que se trata al menos?

_No es algo malo, no pienses eso, más bien es una buena noticia.

La empresa indumentaria en donde ella trabajaba se llamaba Ríos, puesto que los que levantaron la empresa fueron la familia de Alejandra, ella siguió mejorándolo, y ahora se estaba extendiendo, poniendo nuevos sucursales, los diseños que salían de allí eran de muy buena calidad, y esto llegó a ser tan pedido en Barcelona, España que decidió comenzar por allí, sin embargo, no tenía a quien mandarle allí para que se encargara de la mediana empresa creada allí, y la mejor opción era Emily, su mano derecha, le iba a costar estar sin ella, pero la necesitaba más allí.

Cuando le dio la noticia quiso renunciar inmediatamente, pero, Alejandra, además de ser su jefa era su amiga, sabía de su pasado, y por ende no dejó que renunciara.

_Emily, yo sé, pero, tú eres la mejor en esto, confío solo en ti, sabes que no puedo mandar a cualquiera, la nueva empresa necesita de alguien capaz de manejar las cosas ahí, conozco el motivo por el cual no quieres regresar, pero, en verdad te necesito.

_¿Pero, tenías que crear una empresa justo en Barcelona, y lo peor, cerca en donde está él?

_Era el mejor lugar, iba a ir Juan_ su marido_ pero, por el accidente sabes que él no puede, además... esto te puede servir para cerrar ciclos.

_Yo cerré ese ciclo hace mucho.

_Algo me dice que no, sigues viéndolo en tus sueños.

_Ale, yo no...

_La verdad.

_Últimamente sí.

_Son las vueltas de la vida, seguramente tienen que resolver sus problemas.

_Yo no voy a cruzar palabra alguna con él, sabes lo que me hizo la última vez que fui a verlo.

_No puedes juzgar a la ligera Emily, nada sucede por casualidad, seguramente no estaba preparado, y ahora lo van a resolver.

_No me interesa.

_Por favor, hazlo por mi, te necesito, solo tres meses, y después Juan se va a encargar de todo.

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Comments

Delfina Del Carmen Henriquez Ruiz

Delfina Del Carmen Henriquez Ruiz

Esta muy interesante, pero él es un canalla!!!

2023-02-15

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